Diálogo entre poesía y pintura

 

Deslumbrante el libro Diálogo entre poesía y pintura, de Pita Amor y Nacho Ortiz. Michelle Sandiel, esposa del artista, cuenta el origen de los óleos. Al enterarse que el pintor preparaba una serie llamada Musas y mujeres, Pita de inmediato se ofreció a escribir poemas para cada una de las obras. El resultado de esa colaboración es este libro fuera de serie.

La portada es el óleo que corresponde a La dama de las camelias, y el poema de Guadalupe Amor lleva este epígrafe: “¿Recuerdas que querías ser Margarita Gautier?” En mi opinión, es una alusión a Pina Pellicer, quien quería interpretar en el teatro al personaje creado por Alejandro Dumas, hijo. El romanticismo en pleno incluye una prostituta enamorada, que se sacrifica por amor y no se suicida, pero se deja morir por la enfermedad romántica por excelencia, la tuberculosis. Cuando en diciembre de 1964 se suicida Pina, la poetisa escribe (versos que no aparecen en el libro): “Tanto eras para la vida/ que tú elegiste la muerte”.

De los poemas de Pita, hay muchos muy rescatables, como éste: “María la Egipciaca,/ la cortesana de los ojos de oro,/ con diadema de alpaca,/ lleva en el hombro un loro,/ y la escolta un leopardo rojo y moro.” (Las tentaciones de María Egipcíaca fue puesta en escena por Miguel Sabido, con otra leyenda: la actriz María Douglas).

Aunque la selección de las mujeres corre por cuenta de Nacho Ortiz, la lista, impulsada por la cercanía de Pita Amor, es de mujeres libres, heterodoxas, transgresoras. Como la escritora, retadoras de la sociedad, ajenas a sus límites. Algunos nombres: Paulina Bonaparte, Salomé, Doña Bárbara, Lucrecia Borgia o María Magdalena. En ellas, como en metáfora, aparece Guadalupe Amor.

De las obras de Ortiz son notables todas, destacan La Bella Otero, María la Egipcíaca y María Magdalena. Después hay otras obras, entre ellas, un autorretrato y unas cabezas que parecen arrancadas de un tzompantli.

 

Pita y López Mateos

Aparte de presentarse en cualquier lado portando sólo un abrigo de mink, Diego Rivera pintó a Pita desnuda. En la inauguración de la muestra de Rivera, en  Bellas Artes, Adolfo López Mateos iba acompañado de Pita. Al llegar al cuadro que la captaba, la escritora explicó: “Diego pintó mi alma”, a lo que el Presidente replicó: “Pues que bonita alma tiene usted, Pita”.

 

Otros que la pintaron

En una lista que encuentro en línea aparecen Cordelia Urueta, (hermana de Chano), Martha Chapa (que es vecina de página aquí en el Siempre), Raúl Anguiano, Roberto Montenegro (del grupo de Contemporáneos), Alfonso Michel (la venta de obras suyas permite la primera fuga a Europa de Sergio Pitol), Antonio Peláez y el querido Juan Soriano. En Todo para los dioses de Sergio Fernández, Pita Amor es protagonista absoluta (siempre lo fue)  de “La caja vacía”, texto que relata un hecho premonitorio de la muerte de su hijo Manuelito, tragedia que marcó la vida de la escritora.

 

Pita, en el centro del escenario

Siempre fue protagonista de su literatura y este libro, en que se refiere a otras mujeres, no es la excepción: sin embargo, voy a citar uno de ellos en que habla, no soterradamente como en el resto, de ella misma:” Mi sombra a mí me persigue,/ me persigue temblorosa,/ la luz persigue a la rosa/ y mi nostalgia persigue./ No había nada que mitigue/ mi tortura milagrosa,/ mi pasión escandalosa./ Que un rayo a mí me castigue,/ que un rayo a mí me quiebre en cuatro,/ ¡que caiga el telón del teatro!/ como cae un blanco dado,/ a pesar de ser cuadrado./ Que mi cuerpo a mí me fulmine/  que hasta mi sombra él termine.”

Protagonista de su literatura (recuérdese Yo soy mi casa) y de su propia vida, la legendaria Guadalupe Amor siempre se colocó en el centro del escenario.