Tiene 78 años, acaba de ser operado del corazón y es llamado socialista y a pesar de ello puede ser el candidato que enfrente a Donald Trump en busca de la presidencia de los Estados Unidos. Bernie Sanders, actual senador por Vermont ha sido alcalde, miembro de la Cámara de Representantes y desde 2015 Legislador. Se llama independiente y desde esa posición los demócratas lo impulsan para que sea electo Jefe de Estado.
Nacido en Brooklyn, Nueva York en 1941, en su época como estudiante fue miembro de la Liga Socialista de la Juventud (YPSL por sus siglas en inglés) activista y organizador de protestas como parte del Movimiento por los Derechos Civiles para el Congreso de Igualdad Racial y el Comité Coordinador Estudiantil No Violento. En 1963 participó en la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad donde Martin Luther King Jr. pronunció su histórico discurso.
Después se mudó a Vermont en 1968. Allí, Sanders realizó sin éxito campañas independientes para gobernador y Senador en la década de 1970. En 1981 ganó la alcaldía de Burlington, la ciudad más grande de Vermont, como independiente. Finalizó su primer mandato con un alto porcentaje de aprobación y fue reelegido tres veces. En 1990, obtuvo el puesto para representar el Distrito Congresional mayor de Vermont en la Cámara de Representantes de EE.UU. En 1991, Sanders fue cofundador de la Camarilla Congresional Progresista, ejerció el cargo de congresista durante 16 años antes de ser electo como senador en 2006. En 2012, revalidó su puesto con un amplio margen obteniendo casi el 71 por ciento del voto popular.
En la elección del 2016, Sanders sucumbió ante Hillary Clinton, al inicio de su campaña en 2015 nadie lo conocía más allá de las fronteras de su pequeño estado del noreste y de las paredes del Capitolio en Washington DC, donde ha pasado toda su vida independiente. Aun así, logró llegar al final de la carrera e incomodar en varios momentos a su popular competidora, la ex secretaria de Estado, aunque nunca logró superarla numéricamente en los cuatro meses de primarias de hace 4 años.
A pesar de los casi 79 años, Sanders parece haber conquistado de nueva cuenta la simpatía de los “millennials”, los latinos, los negros y la población de menores recursos. Después de las 4 asambleas realizadas (Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur) es el que ha conseguido el mayor número de delegados 45, cifra claro muy lejana de los mil 990 requeridos para ser electo y se llega al súper martes de marzo como favorito. Esa misma noche, de ganar los 14 Estados en lo que se desarrollaran elecciones primarias, entonces el camino para alcanzar la nominación presidencial de los demócratas sería una realidad y sería el contrincante de Donald Trump para el 3 de noviembre próximo.
Hace poco más de un año mediante un correo electrónico, Bernie Sanders anunció a sus simpatizantes que participaría en la carrera presidencial en busca de alcanzar la candidatura demócrata… “Nuestra campaña será sobre cómo transformar el país y cómo crear un Gobierno basado en los principios de justicia económica, social, racial y medioambiental”, en esta comunicación también agregó… “nuestra campaña no es sólo sobre derrotar a Donald Trump, es para cambiar a los Estados Unidos”.
Los años han pasado, la fuerza, la salud y las condiciones políticas tanto dentro como fuera de los Estados Unidos, son otras y veremos si aún Bernie Sanders puede reclamar la paternidad sobre la agenda de la izquierda ya que esa supuesta “revolución” que ha experimentado el partido cuenta ya con portavoces, como Alexandria Ocasio Cortez, acaso más eficaces entre los votantes jóvenes que lo arroparon cuando hace tres años se enfrentó al establishment. Y la moderna campaña de guerrilla basada en la virilidad y la autenticidad que lo dejó a las puertas de la nominación demócrata, es hoy la norma en esa nueva hornada demócrata que estrena mayoría en el Congreso.
Vale la pena reflexionar sobre el proceso de selección anterior y saber sí a partir de los resultados negativos hubo un real sacudimiento de los cimientos del Partido Demócrata. Algunos analistas políticos acusaron a Sanders y su retórica rupturista de cavar una fractura en el partido que hizo inevitable su derrota. La pregunta de entonces y que aún sigue presente es: ¿podrá Sanders derrotar a un candidato-presidente populista y alejado del centro? “Hace tres años, durante nuestra campaña de 2016 cuando presentamos nuestra agenda progresista, nos dijeron que nuestras ideas eran radicales y extremas”, recuerda Sanders. “Pues han pasado tres años y como resultado millones de estadounidenses están alzándose y luchando, todas esas políticas y más, son apoyadas ahora por una mayoría de estadounidenses”.
Donald Trump ha modificados los escenarios económicos, políticos y sociales de hace 4 años, hoy son diferentes, por no decir que, en algunos casos totalmente diferentes, lo que puede convertirse en un arma de doble filo. Hoy Sanders ya es un político reconocido dentro y fuera del país que lo avalan 13 millones de votos y que ha construido una maquinaria financiera que le ha permitido recaudar más de 230 millones de dólares en pequeñas donaciones, sin embargo, y como una marcada y profunda diferencia la izquierda ya no es su patrimonio, ya no cuenta con la novedad de luchar contra el sistema (anti-establishment) que tan bien funciona entre cierto electorado.
¿Podrán los grupos minoritarios de negros, hispanos y pobres hacer la diferencia entre los demócratas e impulsar a Bernie Sanders hasta la candidatura presidencial? está por verse. Janet Murguía, presidenta de la asociación Unidos US afirma… “sabemos que los latinos llevan en el corazón la cuestión de la inmigración, pero cuando van a votar lo que les preocupa son temas como la economía, la sanidad, la vivienda, el estancamiento salarial”.
Y bueno el actual senador por Vermont afirma en todo acto público… “vamos a crear un sistema sanitario universal y gratuito, vamos a subir el salario mínimo a 15 dólares la hora y vamos a hacer gratuita la educación universitaria”.
¿El tiempo para Bernie Sander parece haber llegado nuevamente, pero lo logrará en esta ocasión…? La ruta parece la correcta, las circunstancias lo favorecen, sin embargo, Buttigieg, Bloomberg y hasta Biden pueden dar la sorpresa. Nada aun está seguro, el super martes (3 de marzo) nos puede dar la pauta.