Una fecha memorable puede ser festejada, aplaudida, solemnizada, celebrada, conmemorada. La pregunta es, ¿En qué palabra se ubica el día internacional de la mujer?
Para definir lo anterior, primero debemos recordar por qué se instituye el día internacional de la mujer.
Como mujer, es muy común, el día 8 de marzo recibir felicitaciones, flores o algún obsequio para festejar la fecha. Sin embargo, el episodio histórico que lo origina no tiene nada que pueda resultarnos motivo de alegría.
Es de todos conocido que, a lo largo de la historia, en mayor o menor medida y de acuerdo con las circunstancias de la época que les haya correspondido, las mujeres han luchado por alcanzar la igualdad de oportunidades y derechos. Pero no fue sino hasta el siglo XIX, cuando cobraron fuerza los movimientos feministas, entre otros, el de las sufragistas, en búsqueda de la reivindicación de la mujer para obtener derecho el sufragio, a la educación, a la igualdad laboral, a la emancipación social y familiar.
Un 8 marzo, pero de 1908, en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, en el afán de la reivindicación señalada, un grupo de mujeres que laboraban como obreras, se declararon en huelga, en demanda de reducción de la jornada laboral a 10 horas, mejoramiento de las condiciones de trabajo, pero sobre todo, pidiendo igualdad salarial con los varones que realizaban las mismas actividades, es decir a trabajo igual salario igual.
La lucha por los derechos laborales de las trabajadoras textiles continuó en los años subsecuentes, hasta que el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York, sacó a la luz pública las pésimas condiciones de trabajo en las que laboraban las obreras, en su mayoría inmigrantes. Como las puertas del edificio estaban cerradas, las trabajadoras no pudieron salir y más de un centenar de mujeres fallecieron en el siniestro.
El 3 de mayo siguiente, en Chicago, se llevó a cabo el día de la mujer y en 1909, se conmemoró en Nueva York, por vez primera el “Día Nacional de la Mujer.”
En 1910, se realizó en Dinamarca, Copenhague, la “Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas”, cuyo tema fundamental fue el sufragio universal para todas las mujeres. En este acto, Clara Zetkin, socialista alemana, presentó la propuesta de establecer el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, como un homenaje a las mujeres que fallecieron en la fábrica de Nueva York.
En 1977, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció oficialmente el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer”. Con la finalidad de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las fémeninas.
De acuerdo con estos antecedentes, considero que no podemos hablar de festejos, sino más bien del recuerdo de una fecha que hacer persistir en la memoria pasados acontecimientos que revelan grandes injusticias y, en esa virtud procurar corregir el rumbo a fin de que actos como éste, no solamente no se repitan, sino que constituyan un punto de reconducción hacia el sendero correcto: la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, sustantiva y transversal.
Las diferencias sexuales entre hombres y mujeres son palpables y están a la vista, pero las diferencias de género han sido provocadas, como lo define Marta Lamas, por el conjunto de creencias, normas, costumbres, que una sociedad determinada hace, construye, desarrolla, sobre lo que considera lo propio de los hombres y lo propio de las mujeres; por tanto, una real perspectiva de género, debe analizar qué ocurre con los hombres y qué con las mujeres, en determinada cultura, espacio, perspectiva o problemática social.
De tal manera que el problema estriba en eliminar los roles estereotipados que determinada cultura marca para los hombres y para las mujeres, marginado y discriminando a éstas últimas.
En estas circunstancias, creo que la palabra adecuada es conmemoración que conforme a la Real Academia española significa: “Recordar solemnemente algo o a alguien…”
La conmemoración del pasado 8 de marzo, las diferentes marchas que tuvieron lugar tanto en la Ciudad de México como en el interior de la República Mexicana y el #Un día sin mujeres, considero que constituyen actos sin precedente en nuestro país. Reflejo de un despertar femenino, que hoy por hoy ya es imparable.
Sí, un acontecimiento sin precedente, donde miles de mujeres que sin importar diferencias ideológicas, religiosas, sociales, políticas, demostraron el gran valor de la unidad.
Sin embargo, es necesario tomar consciencia de que la búsqueda de igualdad de derechos y oportunidades no es un problema que afecte de manera exclusiva a las mujeres, sino que nos corresponde a todos por igual, a hombres y mujeres, pues para todos resulta coveniente vivir en un país mas igualtario y por consiguiente, más justo, en donde hombre o mujer tenga el derecho de decidir, estudiar, gobernar, trabajar, luchar por sus sueños e ideales.
Creo, sin temor a equivocarme, que no hay familia en la que no exista cuando menos una persona del sexo femenino y en esa tesitura, la pregunta es: ¿qué queremos para nuestras hermanas, madres, hijas,…? ¿qué clase de vida queremos para ellas? ¿Qué país deseamos heredarles?
Quiero concluir este artículo con un pensamiento de la analista Georgina Malroux, en Perfiles de Occidente en el Tercer Milenio:
“La irrupción de la mujer en las aulas fue vertiginosa y con ella logró la apropiación de su conciencia.
La integración de las mujeres al empleo remunerado consiguió la apropiación de su autosuficiencia.
El acceso a los anticonceptivos desmitificó su sexualidad y propicio la apropiación de su cuerpo.
El divorcio sin estigma social significó la apropiación de su personalidad civil.
El otorgamiento del voto ciudadano constituyó la apropiación de su personalidad ciudadana.
El movimiento feminista planteó una visión distinta del mundo y reivindica para la mujer el derecho de participar en la construcción de la historia.
No siempre supieron asumir su papel de vanguardia. No siempre pudieron. No siempre comprendieron. Sin embargo, la historia nos demuestra que fue percibiéndose su aprendizaje.
Por eso ha cambiado la economía, la educación, la moral, poco a poco fueron ha ido cambiando al mundo”.
Ministra en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
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