Después de haber negado la realidad, hemos entrado a la fase dos de la pandemia, provocada por la intervención de la Organización Mundial de la Salud, y curiosamente por la presión ciudadana después de la crítica que hiciera la cantante mexicana Thalia, a través de su cuenta de Instagram a un vídeo en donde el jefe del Ejecutivo nos pedía, seguir tomando la calle y conviviendo como si nada pasara.

Ni duda cabe que al presidente López no sólo le falla la empatía, sino que desde hace meses se ha quedado sin reflejos políticos, seguramente después de tanta brega por el desierto, Palacio Nacional se ha convertido, no solamente en un oasis que le ha embriagado, sino en una burbuja, qué le impide tener contacto con el exterior

A estas alturas del partido, es difícil pensar que los actos del Ejecutivo son torpes o inexpertos, nada más lejos que eso, López ha mostrado una maldad inusitada, pocas veces en la historia de nuestro país nos hemos topado con un personaje de tan mala entraña.

Si bien es cierto que en esta aventura lo acompaña Hugo López Gatell, egresado de la Universidad John Hopkins en Estados Unidos, epidemiólogo e investigador ahora subsecretario de prevención y promoción de la salud en la Secretaría de Salud mexicana, resulta que no es nuevo en este campo y ya se había enfrentado a la epidemia del AH1N1 en la administración del presidente Calderón.

Sin embargo, fue tan mala su actuación, que fue separado de sus funciones y ahora fue rescatado como muchos otros políticos cercanos al presidente, de la oscuridad y del olvido, la apuesta del subsecretario es por sí misma riesgosa por su naturaleza, está convencido y ha convencido al presidente, palabras más palabras menos, que la epidemia tiene un curso natural de contagio, desarrollo y de posible cura, las estadísticas que ha presentado no parecen malas y con un poco de suerte estas decisiones tan riesgosas, podrían tener éxito.

Desafortunadamente el presidente López ha decidido, no solamente desmantelar el estado mexicano, sino su economía, sus voceros, la prensa oficialista y sin duda los funcionarios que le acompañan han apostado por criticar mezquinamente la posibilidad de que la ciudadanía guarde cuarentena.

En estos días, Ildefonso Guajardo ex secretario de economía en la administración anterior, compartió en redes sociales, una serie de medidas nobles y generosas para mantener el ciclo económico entre las personas de menores recursos, y también aseguró que, aunque el distanciamiento social mejor conocido como cuarentena es un lujo que no todos pueden darse al final todos tendremos la necesidad de encerrarnos.

Sin embargo, el doctor Julio Frenk Mora, ex secretario de salud y creador del Seguro Popular, aseguró qué la cuarentena nos da la oportunidad de disminuir el riesgo de contagio, de probar medicamentos conocidos ante una nueva enfermedad y nos permite buscar la posibilidad de una cura materializada en una vacuna, de ahí la necesidad de guardarnos.

No se nos olvide que el estado mexicano ha podido sobrevivir por los ahorros y por la infraestructura constitucional y legal, heredada por los gobiernos de extracción panista y por la administración priista del ex presidente Enrique Peña Nieto, sin embargo, el presidente López decidió echar mano del fondo de contingencias, que por cierto fortalecía el Seguro Popular, para simplemente dilapidarlo y en pocas palabras, tirarlo a la basura, hoy por hoy sabemos que son muchos los beneficiarios de sus programas sociales qué han alzado la voz para denunciar que no han podido cobrar un centavo y ya han transcurrido 15 eternos meses de esta administración.

Lo lógico en esta situación, es que todo el que pueda se resguarde en su casa, desafortunadamente, los argumentos de los aplaudidores del presidente en este caso tienen un asidero real, no todos pueden darse ese lujo, el estado mexicano no puede cuidar de sus ciudadanos, porque hay que decirlo con toda franqueza, el presidente y su partido han decidido desperdiciar nuestros ahorros con los cuales hubiéramos podido hacer frente de forma más cómoda a esta pandemia.

Ni duda cabe que “en tierra de ciegos, el tuerto es rey” y es por ello que el doctor López Gatell ha cobrado tanta notoriedad, prácticamente es el único hombre con la educación necesaria de entre todo el gabinete y parece ser el único que entiende de este tema, y aunque parece ser un hombre bien intencionado, resulta que su superior jerárquico no lo es. Un jefe de Estado que no muestra empatía por los ciudadanos que ha juramentado cuidar debe de ser tachado como un político arribista e irresponsable.

Hoy somos el hazme reír a nivel mundial, ninguna estampita, ningún billete de un dólar y ningún trébol de 4 hojas nos van a salvar, la puesta del estado moderno mexicano fue por la educación, a pesar de sus fallas, y por el fortalecimiento de un sistema de salud qué ha costado generaciones y generaciones en crearlo modernizarlo y ponerlo al punto.

Afortunadamente ha sido la sociedad y los gobernadores de los Estados, quienes han decidido dar un paso adelante en el cuidado de la ciudadanía, hoy más que nunca, López no tiene quien le escriba, se ha convertido en el solitario del palacio…

@DrThe