Por Diana Marmolejo

 

Soy yo la que se acuesta desnuda, el cuerpo es mío, ese que se une a las persianas y no me permite salir al sol. Que come cordura y se alimenta de ganas. Que nunca quiere salir.

Soy yo, serpiente sin uñas que escala por las paredes de tu cuerpo y busca una salida exhalando el sudor de tus rodillas.

Soy yo, martirio al amanecer sin culpa por la mañana. Soy yo, la que goza sin tener que abrir los ojos siquiera. Soy yo, montaña que se eleva de las entrañas mudas de mi madre.

Soy yo, y  solo espero no tener que romperme las piernas para salir un día más a respirar.