Entrevista con Carlos León y Antonio Cárdenas, politólogos

 

Recientemente Anastasia O´Grady, reconocida periodista del Wall Street Journal, publicó una columna en el medio norteamericano titulada Mexico Slides Toward One-Man Rule. En el texto se crítica contundentemente la dinámica de la cena que el Andrés Manuel López Obrador sostuvo con la élite empresarial mexicana en aras de comprometerla con la polémica rifa del avión presidencial.  O´Grady sostuvo que el mandatario tabasqueño utiliza una estrategia de terror para confrontar a los empresarios y puntualizó que México se encuentra en camino de convertirse en el país de un solo hombre, argumento para el que no reparó en comparar a López Obrador con dos particulares personajes: Antonio López de Santa Anna y Porfirio Díaz.  A su estilo personal, López Obrador descalificó estas afirmaciones y al medio, definiendo como “exagerada” la analogía; ¿Fueron atinadas las palabras de O´Ready?, ¿la historia pone en jaque constantemente a AMLO?, ¿qué representan estas fricciones con la prensa internacional?  A estas preguntas responden dos jóvenes e inteligentes politólogos.

 

Carlos León/ Politólogo

Discurso contra la corrupción, el medio de la amenaza

Primeramente, Carlos León  considera que, sin intenciones de prescindir de los errores y declaraciones criticables del presidente mexicano, la columna de O´Grady es sumamente superficial en el sentido de que no pretende generar un debate real entorno a la recomposición del sistema político en la llamada “Cuarta Transformación”.

“Pretende enfocar la atención en asegurar que el país se está convirtiendo en ‘país de un solo hombre’, y cómo AMLO aprovecha las herramientas institucionales a su alcance para presionar de manera bravucona a los empresarios, sin embargo, O´Grady está omitiendo dentro de su crítica, a la figura misma del presidente y a la historia del presidencialismo mexicano, que si se ha caracterizado por algo, es por tratar de atraer a su esfera de atención la mayor cantidad de los asuntos públicos y mediáticos en el país. López Obrador está cuestionando esos mecanismos de control que fueron creados y que han servido como una herramienta para limitar el poder que tuvo en otros tiempos el presidente, con el fin de reconfigurarlos para tener un mayor control sobre el país. No obstante, esta tendencia no es una novedad, Es el reflejo de los cambios que está teniendo el sistema político mexicano, así como los ha tenido en otros tiempos,  el detalle se encuentra en que todo se magnifica por la personalidad y la figura que AMLO ha construido sobre sí mismo”.

De forma paralela,  León indica que el terror al que se refiere la periodista puede explicarse teniendo en cuenta el discurso de López Obrador contra la corrupción.

“En el artículo se critica el hecho de haber reunido a la élite empresarial y haberlos casi amenazado para cooperar en la rifa del avión presidencial, que dicho sea de paso, es otra muestra del estilo personal de gobernar de López Obrador: su palabra es ley, así esté en lo incorrecto, y si el aseguró que habría rifa, entonces habrá rifa. En mi opinión, de parte de AMLO hay descalificaciones constantes sobre aquellos que lo critican, sin embargo, como tal amenazas y terror como herramientas, no son utilizadas directamente por él, pero sí indirectamente y siempre con el discurso de luchar contra la corrupción. O´Grady bien menciona el caso de la Unidad de Inteligencia Financiera, que está prácticamente cazando a personajes que representan voces disidentes del gobierno, bajo acusaciones de corrupción. La misma estrategia se puede repetir en otras dependencias donde la amenaza es constante con el pretexto de la corrupción; es algo que temen aquellos que no comulgan con el proyecto de la cuarta transformación, incluido el sector empresarial”.

Carlos León/ Politólogo

 

Refiriéndose a la comparación histórica con Santa Anna y Díaz, el también docente expresa que es desafortunado igualar a tres personajes cuyos contextos históricos son completamente distintos, pero que se les puede equiparar considerando su popularidad y las voces, a favor y en contra, que generó o genera su figura.  Así mismo asevera que López Obrador se ha beneficiado constantemente de sus referencias históricas.

“López Obrador ha tratado de hacer su propia división cronológica de la historia nacional, a partir de explicar las grandes transformaciones del país, y asumiendo su gobierno como la cuarta transformación. Puede ser solo un recurso discursivo, pero gracias al apoyo popular que ha gestado en estos años, este tipo de discurso se reproduce con facilidad y gracias a los medios de comunicación y las redes sociales, hoy es muy común hablar de la 4T, aunque no tengamos una idea clara de hacia dónde nos está conduciendo. Al final, el más beneficiado de esta discusión pública, es el mismo López Obrador”.

Carlos León comparte también su visión respecto a los roces que mantiene López Obrador con la prensa,  específicamente la internacional.

“Desde que comenzó el sexenio, los primeros en sentirse amenazados fueron los medios de comunicación, pues desde años previos, AMLO siempre ha sido crítico de varios de ellos. Las llamadas conferencias mañaneras, son un ejercicio mediático en el cual el Presidente marca el tema y la nota que se ha de discutir en el día, no porque así lo mandate o lo instruya, sino porque los medios buscan de cierta forma no enemistarse con López Obrador y de paso, a través de la polémica, vender un poco más.

En mi opinión, el temor de la censura está presente, sin embargo, no es una censura que provenga directamente del gobierno, sino de los mismos seguidores de AMLO. Ustedes pueden hacer el ejercicio de manera sencilla, ubiquen cualquier nota que hable del Presidente en redes sociales, y encontrarán una cantidad brutal de gente que lo defiende a capa y espada, aunque se haya equivocado garrafalmente, como suele suceder constantemente. En el caso de los medios internacionales, el enfrentamiento con López Obrador es más abierto, considerando que su audiencia objetivo no está en México, sino en sus países de origen. El País de España, el New York Times, Washington Post, Wall Street Journal e incluso Univisión, todos de Estados Unidos, han sido muy críticos del gobierno de México, particularmente en temas donde se comprometen intereses o casos de violación de Derechos Humanos, como el alza en los feminicidios. En estos casos, AMLO no tiene la capacidad de mediar la agenda como lo hace con los medios nacionales en las mañaneras, por lo cual el enfrentamiento puede tornarse más cruento. Al final, es un ejercicio que enriquece el debate público y aporta más opiniones para que la sociedad informada construya su propio criterio”.

Finalmente, León realiza un diagnóstico lo que representa la confrontación del presidente  con los medios de comunicación.

“El problema de fondo no es si AMLO está siendo correcto al refutar a sus detractores de manera directa, sino cómo lo está haciendo. Acusar al neoliberalismo y a los conservadores de los ataques en su contra, es una estrategia que desde la campaña presidencial en 2018 ha venido utilizando, pero que con el tiempo ha pasado de una acusación directa hacia partidos o actores políticos, a una especie de paranoia que se queda en el discurso de siempre.

Esto sin duda es un golpe muy duro hacia la democracia que se ha construido en este país desde hace algunas décadas. La libertad de prensa, libertad de expresión y la exigencia en la rendición de cuentas, no deben quedar en medio del golpeteo mediático que López Obrador fomenta todo el tiempo. En ese sentido, esto le puede pasar factura a mediano plazo, sobre todo considerando la importancia de sectores que han quedado vulnerables ante su inacción o cambios de políticas, como son las mujeres, enfermos, niños o estudiantes, y que están haciendo más constantes las protestas que demuestran la inconformidad con su gobierno. Esto seguramente, le impactará en las elecciones intermedias en 2021”.

 

Antonio Cárdenas/ Politólogo

AMLO solo quiere que su voz se escuche

Por su parte, Antonio Cárdenas Rodríguez destaca que el artículo de O´Grady lanza señales de alarma sobre la personalidad del mandatario.

“Creo que el artículo menciona signos preocupantes que ya se han mantenido en la arena pública durante mucho tiempo. Desde la campaña de 2018 muchas personas fuimos muy insistentes en que AMLO tenía una vena autoritaria muy preocupante que habíamos podido constatar quienes lo conocimos en el PRD. Afortunadamente, en ese entonces, la pluralidad característica del PRD había contenido esos impulsos, cuando se va a un partido que se basa en su figura y que su voz es la única se muestran más evidentemente, ahora en el gobierno creo que no queda duda que AMLO es un personaje conservador y con tendencias muy autoritarias”.

El egresado de la UNAM manifiesta que si bien utilizar el término “terror”  es exagerado, la amenaza y el personalismo parecen ser dos elementos esenciales en el gobierno actual.

“Como bien se ha señalado en muchos medios, el uso de las instituciones de justicia de manera selectiva es altamente preocupante, la Unidad de Inteligencia Financiera se ha convertido prácticamente en la inquisición contra los opositores del presidente. Muchas personas hemos sostenido durante mucho tiempo que tan mal es no aplicar la ley para complacer a las amistades como usarla para atacar a personas adversarias. En cuanto al personalismo creo que, a lo largo de los años, se mostrará como uno de los componentes claves de este gobierno.

 

Antonio Cárdenas/ Politólogo

“Desde el primer día de su gobierno el presidente ha dejado claro que la única voz que quiere que se escuche debe ser la suya, su gabinete pocas veces habla, sus miembros no tienen una agenda propia y ni siquiera sus legisladores y legisladoras se atreven a hablar fuera de la agenda presidencial. Se ha vuelto hasta cómico ver cómo alguna persona del grupo gobernante comienza a plantear una agenda propia y el presidente la borra completamente con una frase en alguna conferencia matutina”.

Al tocar el tema de la analogía histórica, Cárdenas Rodríguez identifica algunos puntos de congruencia entre los tres personajes.

“Yo nunca he sido partidario de comparar a figuras del presente con las del pasado, creo que ese es precisamente uno de los problemas con el presidente López Obrador, quiere que se le compare con los nombres de las personas que marcaron la historia de México. Creo que tanto Santa Anna como Díaz son productos de su tiempo que tienen diferencias muy considerables con López Obrador y que no permiten la comparación.  Santa Anna vivió en una época donde la misma idea de México era alguno nuevo, sin instituciones y que a lo más que se podía aspirar era a un liderazgo fuerte.

“Díaz, por el otro lado, fue alguien tremendamente autoritario que basó el crecimiento del país en una profunda desigualdad y supresión de libertades. López Obrador es distinto, él llegó al poder en un país con instituciones, solidez y un papel privilegiado en el panorama internacional, pero a veces pareciera que no lo entiende o no quisiera que fuera así. A veces da la sensación que el presidente está tan desesperado por “ser parte de la historia” que se le olvida que ésta se construye en el ahora. Las personas que tanto admira como Juárez o Cárdenas nunca hablaron de regresar a los tiempos de virtud de sus antecesores, sino que precisamente lo que les distinguió fue que tenían su mirada orientada hacia el futuro, hacia el México que podía construirse, no hacía el pasado y el México que había sido. Durante estos meses se ha demostrado que cada vez que el presidente se detiene a voltear nostálgicamente hacia las virtudes del pasado los problemas del presente le golpean el rostro”.

Construyendo una lectura del papel de la prensa y la confrontación con López Obrador, el especialista expone que la los medios de comunicación tienen el deber inobjetable de criticar al gobierno y no solamente mencionar los aspectos positivos, además de considerar la desigualdad entre los periodistas y la figura presidencial, aunque a tendencia de esta administración se muestra reacia a aceparlo, además de que la prensa internacional no parece importarle mucho.

“No es para nada saludable la manera en que AMLO se refiere a los medios . Por supuesto que todo el mundo quiere contar con un presidente que sea cercano, que dé la cara y responda a las preguntas que le tiene los medios y la ciudadanía, pero AMLO ha utilizado esta aspiración legítima para justificar los actos de propaganda, descalificación y marcado de agenda en las que ha convertido sus conferencias matutinas. A menudo se nos olvida, porque el presidente es una persona muy sencilla, pero él es el encargado de administrar 20 secretarías de Estado, los 6 billones de pesos del presupuesto y, además, es el comandante supremo de más de 140 mil elementos del ejército y 60 mil de la marina, ¿imagina que tú siendo un periodista que apenas tiene para sus propios gastos recibas una mención peyorativa de su parte? La verdad es de miedo, y el presidente debería ser más consciente de todo el peso que tiene su palabra”.