¿Por qué negar la realidad, en qué ayuda, qué ganamos con minimizarla? estas simples preguntas se las han hecho al presidente de los Estados Unidos en torno a la pandemia de Covid-19, las respuestas no han llegado, se ha perdido en la palabrería, ha tratado de justificar lo que a todas luces se ha dejado de hacer y lo peor aún, ha engañado a toda una sociedad.
A inicios del año, al ser cuestionado sobre los primeros y rápidos avances del naciente Covid.19 señaló desde el foro económico más importante del mundo, el de Davos, que la situación estaba controlada… “es sólo una persona que vino de China y lo tenemos bajo control. Todo va a estar bien” y no, nada lo ha estado, Nueva York, es el foco mundial de este virus, de su contagio y propagación.
Entonces señor presidente ¿qué ha pasado…?
El 26 de enero cuando se registraron 15 personas contagiadas siguió negando la realidad… “en un par de días van a bajar los contagios y pronto muy pronto veremos acercarse a cero, afirmó Donald Trump, quien agregó; es muy buen trabajo el que hemos hecho, el riesgo para los estadounidenses sigue siendo muy bajo ” la realidad necia y terca como es, ya mostraba los efectos devastadores en Asia y la fuerza con la que se movía en Europa.
Tres meses después con 400 mil contagiados y cerca de 11 mil muertos, Donald Trump seguirá pensando que su administración ha hecho un buen trabajo, que todo está bajo control, en verdad. Los alarmantes reportes de los hospitales en la zona de Queens, donde los cadáveres tienen que ser depositados en camiones de refrigeración al no haber espacio en la morgue o la falta de personal médico, de enfermeras y técnicos, además de que zonas tan emblemáticas como el Central Park, lucen hoy con carpas donde se han instalado servicios médicos de emergencia.
En verdad presidente Trump, la economía está derrumbada, el país vive momentos nunca antes vistos, las ganancias obtenidas en los mercados de valores han desaparecido, el futuro de pequeños, medianos y grandes negocios se ve amenazado, donde las cifras de desempleo superan el 20 por ciento y la recuperación se ve lenta y dolorosa.
La administración del presidente Trump ha señalado que esperan hasta 240 mil fallecimientos por este virus y que los tiempos por venir serán difíciles…” Estados Unidos vivirá un momento como el de Pearl Harbor, como el ataque a las torres gemelas en cuanto a las muertes que se esperan por la crisis del coronavirus, advirtió ayer el director general de salud pública del Gobierno estadounidense, Jerome Adams. En televisión nacional abundó…”la problemática está en todo el país, no en un sólo lugar”.
En busca de una explicación del porqué y cómo ha avanzado este virus hago algunas reflexiones amigo lector: A finales de enero, Donald Trump encargó a su vicepresidente Mike Pence que encabezara un equipo de trabajo para gestionar la epidemia y, el 2 de febrero el gobierno tomó las primeras acciones al decretar la prohibición de entrada a su territorio a los extranjeros que hubieran visitado China en los últimos 14 días.
A ellas atribuyó, el presidente haber salvado numerosas vidas, sin embargo, los analistas y estudiosos levantaron la voz para preguntar por qué estas acciones no fueron acompañadas de otras medidas para preparar al país ante el avance de esta pandemia.
El 12 de marzo, el presidente se dirigió a la nación desde el Despacho Oval, en un discurso preparado en el que llegó a decir que se suspendían todos los viajes desde Europa e incluso los intercambios comerciales, algo que luego tuvieron que apresurarse a corregir desde el gobierno, la medida sólo era para extranjeros no residentes.
El papel de un líder debe agrandarse ante los problemas, la sociedad lo espera e incluso lo demanda, los vacíos de poder se magnifican en situaciones extraordinarias, de ahí que la presencia, la dirección y el rumbo se vuelve indispensable.
Donald Trump ha mostrado que “conecta” fácilmente con su base electoral, pero la pandemia que recorre el mundo exige acciones concretas y certeras, algo que parece no haber entendido, sigue abonando a la confusión, las contradicciones y hasta la mentira, muy a pesar del equipo científico-político que él mismo ordenó se creara.
Aquí algunos ejemplos: “al coronavirus lo tenemos totalmente bajo control”, expresión que pronunció un día después de confirmarse el primer caso el 22 de enero…“Mucha gente piensa que este virus se va a ir en abril con la ola de calor”, esto lo pronunció con 11 casos confinados…”les informo que los Estados Unidos está desarrollando rápidamente una vacuna contra el coronavirus” dijo a finales de febrero… me gustaría que el país se abriera con energía, para el domingo de pascua…”
El comportamiento del mandatario estadounidense ha sido cuestionado duramente por la sociedad, los especialistas en el campo de salud y los medios de comunicación, entre otros muchos, todos ellos lo han cuestionado duramente ante el avance de este virus, los contagios y las muertes.
Juan Luis Cebrián, desde las páginas de El País de España, escribió… “en septiembre del año pasado, un informe de Naciones Unidas y el Banco Mundial avisaban del serio peligro de una pandemia que además de cercenar vidas humanas, destruiría las economías y provocaría un caos social. Llamaba a prepararse para lo peor: una epidemia planetaria de una gripe especialmente letal transmitida por vía respiratoria. Señalaba que un germen patógeno de esas características podía tanto originarse de forma natural como ser diseñado y creado en un laboratorio, a fin de producir un arma biológica. Y hacía un llamamiento a los Estados e instituciones internacionales para que tomaran medidas a fin de conjurar lo que ya se describía como una acechanza cierta”.
Es verdad que ningún mandatario del mundo es igual a otro, ni siquiera a los de su mismo país, pero la gran mayoría de ellos, ignoraron los múltiples avisos, llamados y ejemplos en otras naciones de lo que esta pandemia estaba consiguiendo y de la velocidad a la que se mueve, sin embargo esto no lo quieren admitir, hacen, dicen y pretextan todo tipo de situaciones en busca de evadir, lo que en muchos país, como lo Estados Unidos es una realidad: La irresponsabilidad presidencial.

