“No hay otra nobleza que la de la virtud,
el saber, el patriotismo y la caridad”,José María Morelos y Pavón
La desolación hecha plaza, la angustia hecha humildad y los imparables decesos provocados por el Covid-19, han fortalecido en las mayorías de seres humanos en el mundo un profundo sentimiento de solidaridad y unidad ante una pandemia cuyos efectos se han dejado sentir desde su inicio.
No obstante este profundo y generalizado sentir, hay quienes en un desplante de inmoralidad y de revanchismo político, de manera artera y oportunista han querido inocular a la sociedad con sus fobias, animadversiones y desinformaciones, a fin de provocar condiciones “políticas” que les pudieran permitir recuperar sus fueros y privilegios, despreciando la urgencia universal de unidad sanitaria.
En tanto nuestro país ha dado muestras irrefutables de acciones preventivas, de convocatorias masivas a asumir esta crisis como una oportunidad de unidad nacional y de propiciar mecanismos mitigadores de la obligada reclusión -en los que la cultura a distancia ha asumido su protagonismo sanador y revitalizante- existe una virulenta reacción de los grupos políticos desplazados en las urnas, por cocinar un caldo de cultivo óptimo para derrocar al actual y legítimo régimen democrático.
Las voces adversas a la información clara, puntual, comedida y atinada del gobierno de México, expresada día a día por el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Dr. Hugo López Gatell, han aderezado una sistemática campaña mediática en contra de la política sanitaria asumida por el gobierno federal en función de las facultades constitucionales que se le otorgan ante la presencia de una epidemia de la magnitud que estamos enfrentando.
Tratando de obnubilar la certeza médica y científica que sustentan las acciones de gobierno, estos grupos de difamación han instrumentado una desinformación y contrainformación que se acerca riesgosamente a la descalificación personal del funcionario.
Lo mismo está ocurriendo hacia quienes hemos asumido la determinación de acompañar este proceso sanitario desde el ámbito de nuestras obligaciones político-administrativas, cuyo actuar genera, a la menor provocación, la descalificación virulenta de la oposición.
Reconocemos que dentro de los opositores al gobierno de México y de la Ciudad hay personas que han entendido que estos no son momentos para ataques y divisiones, sino de unidad en torno al bien común, no obstante, sus voces son acalladas por la estridencia mediática de quienes encuentran en la generación de falsedades el arma letal que les pudiera servir para rescatar su mundo de privilegios y canonjías.
A ellos, a quienes así piensan y actúan, es bueno recordarles que, para el más grande de nuestros héroes de Independencia, José María Morelos y Pavón –autoasignado como Siervo de la Nación– caridad, patriotismo, sabiduría y virtud son las cualidades que sostienen la nobleza verdadera del ser humano.