Desde que inició esta administración hemos constatado que estamos frente a un gobierno de ocurrencias encabezado por un Presidente de la República que se preocupa en trivialidades como organizar tandas o rifas en lugar de ser que un estadista.
Hemos sido testigos de que el titular del Ejecutivo federal antepone sus intereses electoralistas que el bienestar de los mexicanos, por ejemplo, a inicios del 2019, López Obrador destruyó las Estancias Infantiles sin importarle el futuro de 310 mil 628 niñas y niños de todo el país, además del retroceso en los apoyos que recibían las más de 295 mil madres y padres trabajadores, así como la pérdida de ingresos para más de 50 mil 438 trabajadoras.
Es imposible olvidar las desafortunadas declaraciones que hizo el Presidente en el marco del 8 y 9 de marzo para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, y en el que dio mayor difusión a la rifa del “avión presidencial” que en promover acciones para visibilizar y atender la violencia contra las mujeres. Al parecer siempre serán más importantes sus prácticas populistas que las más de 10 mujeres que mueren diariamente en nuestro país.
Lamentablemente, en medio de esta crisis económica y de salud, López Obrador insiste en llevar a cabo obras de infraestructura inviables, como Santa Lucía, Dos Bocas o el Tren Maya, despilfarrando los recursos económicos que no le pertenecen en frivolidades, en lugar de dotar de equipo medico a los hospitales, dar insumos al personal de salud y proteger la economía y empleo de millones de mexicanos.
Increíble, pero el Gobierno federal prefiere gastar $65 mil millones de pesos en PEMEX, que en atender las prioridades de esta crisis.
Se necesitan camas de cuidados intensivos, pruebas de detección y apoyos económicos para 40 millones de mexicanos que ganan menos de cinco salarios mínimos o que no tienen un ingreso formal, sin embargo, el Presidente de la República consideró mas importante, en estos momentos críticos, destinar $2,500 millones de pesos para el Tren Maya.
El Poder Legislativo no es la excepción, lamentablemente hemos visto un Senado de la República arrodillado ante López Obrador. Después de casi un mes sin sesionar, la Mesa Directiva del Senado de la República, convocó a sesión ordinaria para discutir un único tema: la Ley de Amnistía.
No importó que se encontraban enlistados temas de trascendencia nacional como la propuesta del Ingreso Básico Universal que consiste en la asignación de 3,207 pesos mensuales a todas las personas trabajadoras informales y dedicadas al campo mientras dure la pandemia, así como la Ley de Rescate Económico que busca prorrogar el pago de capital e intereses de créditos automotrices, hipotecarios, tarjetas de crédito y personales, así como los servicios como luz, agua y predial durante esta contingencia sanitaria.
Desafortunadamente, todas las solicitudes de la oposición para revisar temas de salud y de economía fueron desechadas y el partido oficial en uso de su inminente mayoría, aprobó la iniciativa enviada por el primer mandatario en septiembre pasado, dejando de lado a los millones de mexicanos que día a día se enfrentan a una crisis económica, de salud y de desempleo como consecuencia de una pandemia que no ha sido tomada con responsabilidad por las autoridades.
Urge que esta administración deje de lado sus prioridades electorales y asuma con responsabilidad el gran reto que hoy enfrentamos, hacer lo contrario podría cobrar la vida de millones de personas.