Es curioso cómo los hombres muchas veces sólo
ven lo que han decidido ver
 y no lo que hay realmente ante ellos

Santiago Posteguillo.

 

La ciudadanía está muy confundida, los mensajes son encontrados, la mayor de las veces, contradictorios. Mientras el Presidente López Obrador declara que se aplanó la curva de contagios y muertes por Covid-19, que la pandemia esta domada, el Subsecretario López Gatell, hace malabares para decir, de una manera muy suave que no contradiga a su jefe, que es necesario quedarse en casa

Cuando el Presidente dice que no es necesario usar cubrebocas, después de muchas reticencias a hacerlo, el Subsecretario ya aparece con uno, expresando que será parte de la nueva normalidad. Mientras este dice que el pico aún está en lo más alto de la crisis y que hay que continuar con la sana distancia, al menos hasta el 15 de junio, López Obrador dice que se tomará en cuenta el semáforo para las entidades, e inclusive ya está planeando giras para inaugurar el arranque de sus proyectos faraónicos.

Mientras el Presidente dice una cosa, su Subsecretario matiza, diciendo entre líneas que se continúe con la sana distinta, los gobernadores tienen otros datos, los sectores empresariales, sociales, siguen sufriendo los embates de la falta de movilidad económica. Estadísticas, datos, informes, van y vienen, pero solo generan más incertidumbre. La gente en la comunidad piensa que todo acabará en los primeros días de junio, nada más falso que ello.

Si bien es cierto, que la necesidad económica, obliga a tomar decisiones para retomar las actividades, también cierto es que la crisis de salud ni siquiera ha sido contenida, mucho menos controlada. Apenas están surgiendo los brotes por el rompimiento de la cuarentena de muchos mexicanos por el día de la madre, pero también por la información contradictoria de las autoridades federales que alientan con el fin de la pandemia.

Todos queremos que este trago amargo, pase lo más pronto posible, pero desafortunadamente ello no depende de cada uno de nosotros en lo individual. La realidad tiene otros datos, unos que ni siquiera pueden cuadrarse pues la misma autoridad por la mañana presenta una información y por la tarde otra. De ahí que no tengamos la certeza del regreso a la nueva normalidad. Analistas internacionales nos alertan de consecuencias más graves para el país por falta de certeza en la información y por la forma de la toma de decisiones públicas.

Los discursos, datos, malabares, buscapiés, reacciones de amenaza no pueden ocultar la realidad. Esta se empeña en hacerse presente, va ganando la batalla. El Presidente tiene posibilidad de corregir el rumbo, pero cada día demuestra que no lo quiere hacer, que no lo va a hacer.

No ve que las malas decisiones generan graves problemas al país, o quizás si lo ve, pero no le importan las consecuencias.

@perezcuevasmx

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