Entrevista a Luis Jorge Arnau, editor y escritor

El pasado 30 de abril de 2019 falleció Oscar Chávez. Después de una efímera hospitalización debido a presentar síntomas del COVID-19, uno de los intérpretes y autores mexicanos más representativos de la música latinoamericana había dejado de existir dejando tras de sí la conmoción de la noticia y un enorme vacío en su público, que tuvo que conformarse con despedirse a la distancia de Chávez. Personaje multifacético, polémico, pero comprometido siempre con sus ideas, Oscar Chávez trascendió generaciones, colores, medios y clases, y dio a su voz un sentido de identidad nacional que seguramente se transpondrá al eco de su partida. Luis Jorge Arnau, editor culto y escritor extraordinario,  comparte con Siempre! su apreciación sobre la figura y la obra del llamado “Caifán mayor”, a quien comienza describiendo de manera puntual.

“Óscar Chávez fue un extraño referente de un estilo de música que en México no tuvo la vigencia de otros países de Latinoamérica; sin embargo, durante medio siglo su luz apoyó y promovió la canción comprometida que algunos llaman de protesta. Sin duda, Chávez es el prototipo mejor logrado de combinar compromiso social con capacidad musical”.

Haciendo referencia la interpretación que Oscar Chávez realizó de canciones tradicionales mexicanas como La llorona o La Ixhuateca, Arnau lo dimensiona como un referente de la preservación del patrimonio musical pero más allá de os espacios convencionales.

“Aunque se le reconoce más en canciones comprometidas, Chávez intervino de manera muy directa e influyente en la canción popular mexicana en distintos ritmos. Su presencia en festivales, conciertos y discos muestra que su faceta es mucho mayor que simplemente la que le recuerdan el público y las autoridades. Su aportación a la conservación fue el haber mantenido claridad en el estilo, apego a ritmos más tradicionales y apoyo a cientos de músicos que crecieron a su sombra”.

 

En aras de recordar su labor actoral, el director de la editorial Paralelo 21 asevera que Oscar Chávez probablemente cumplió “a secas”  con sus roles en el cine, pero que la película de Los Caifanes, es sin duda el mejor filme para acercarse al músico en la pantalla, pues es una de las piezas mejor logradas del séptimo arte nacional, aunque no necesariamente por actuación.  Sin embargo, es ineludible el protagonismo de Chávez en el rubro de la lucha social.

“En la lucha social Óscar Chávez es fundamental. Sus canciones acompañaron los movimientos estudiantiles, los obreros, los campesinos, los de aquellos que estaban en desventaja frente al poder, durante 50 años. Este es el gran Óscar Chávez que seguirá con nosotros. La gente recordará a Óscar Chávez combativo, que cantaba contra el gobierno y a favor de los menospreciados, los jodidos. Ese será el personaje del que se hablará en los próximos años, porque además estuvo enfrentado prácticamente contra representantes de todos los partidos”.

Finalmente,  el autor de La reunión del chocolate reflexiona sobre el legado de Oscar Chávez que se quedará en la memoria colectiva mexicana.

“A un ícono no se le debe “ayudar” para mantener su legado. Si el mensaje muere, no hay nada qué hacer, quien deja huella no necesita que hagamos retrospectivas y conciertos en su honor ni queramos empujar su trabajo. Apenas han pasado pocos días y tanto PAN, PRI y Morena ya han buscado apropiarse de su voz, eso pasa cuando alguien asume algo que no le corresponde, y que es tratar de mantener un legado. Lo que sí recomiendo es que lo escuchen los jóvenes, al menos una vez, para que entiendan sobre los mínimos espacios que hubo durante años para enfrentar a la injusticia. Si en realidad se quiere apoyar a Óscar Chávez, hay que concentrarse más en atender as injusticias que él atacó”.