La mejor oposición es aquella que es capaz de demostrar,
no que puede gritar más, sino que puede llegar
a ser el mejor gobierno haciendo propuestas.
Carlos Castillo Peraza

 

El presidente López Obrador siempre ha manejado un discurso dicotómico en el que divide a sus “amigos” de sus “enemigos” y últimamente, desde su tribuna mediática diaria, hemos sido testigos de cómo las voces que no lo apoyan se van multiplicando y por lo tanto cada vez son más los “enemigos” que menciona.

Para empezar, es importante aclarar que ni Acción Nacional, ni los empresarios, ni las calificadoras internacionales, ni los comunicadores y columnistas independientes o las otras fuerzas políticas somos “enemigos” del presidente López Obrador. Podemos ser rivales electorales, podemos tener visiones muy distintas de cómo se deben enfrentar los problemas y podemos ser una voz crítica, pero no enemigos. La gran diferencia es que a los enemigos se les busca eliminar, a los rivales se les busca vencer y en este preciso caso vencer con argumentos y con propuestas.

El documento apócrifo que presentó el presidente para denunciar “la boa” no es más que otro invento para intentar dividir y distraer la atención del evidente fracaso de la mal llamada 4T. Acción Nacional no es una fuerza política clandestina ni busca un relevo por ninguna vía ajena a la democrática. No está de más recordar que así ha sido los últimos 80 años y nuestra apuesta siempre ha sido institucional y pacífica.

Hemos hecho propuestas claras y viables; sustentadas y respaldadas por expertos nacionales e internacionales, por grupos académicos y por grupos empresariales. Hemos denunciado la necesidad de que se responda de manera diferente ante las crisis de salud, económica y de seguridad, y la única respuesta recibida han sido insultos y falta de voluntad de trabajo. Una soberbia que no permite escuchar y que ve a todo aquel que no aplaude lo absurdo como un “enemigo”.

El tema ha crecido tanto que en días pasados el presidente repitió insistentemente que Acción Nacional votó en contra de los programas sociales en la Cámara de Diputados y en esta declaración se dejan ver dos cosas con claridad: la primera es que el presidente no sabe mucho de leyes ni de técnica legislativa; las políticas públicas no se ponen en la parte dogmática de la Constitución y no son objeto del Poder Legislativo en ningún rubro que vaya más allá de aprobar los recursos para que se lleven a cabo. El Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados no votó en contra de los programas sociales porque los programas sociales no se votan, votamos en contra de una aberración legislativa. La segunda verdad que se hace evidente es que el tema no son los programas sociales, es la insistencia en dividir a la sociedad, el claro intento de denostar a partir de mentiras y la limitada visión de que todo se divide entre “quienes están con la cuarta transformación y quienes están en contra”.

A falta de argumentos sólo le quedaron descalificaciones al presidente López Obrador. A falta de resultados sólo le quedaron cuentos de “complots” y consejos obvios que no nos dicen nada que no sepamos. No sólo en el PAN creemos que las cosas van mal y es urgente un golpe de timón, son todos los medios productivos e incluso actores afines al presidente como Cuauhtémoc Cárdenas.

Nosotros somos una oposición que ofrece soluciones viables y lo vamos a seguir siendo. La “4T” es un gobierno que sigue sin solucionar nada mientras hace de la calumnia la única política pública que ha implementado con cierto éxito.

@JCRomeroHicks