Un pueblo habituado durante largo tiempo
a un régimen duro pierde gradualmente la noción misma de 
libertad.

Jonathan Swift.

 

Aún México se encuentra inmerso en las graves consecuencias generadas por la pandemia del coronavirus. A pesar de que cada vez es más claro, que los datos, cifras y recomendaciones de la autoridad federal no se apegan a la verdad, esta no deja de actuar de esa manera. Lo mismo la información del Presidente de la República, que la de sus subalternos, mandan mensajes encontrados, contradictorios, en el mayor de los casos desnudados por la realidad.

Ante esa creciente cifra de contagiados y muertos, ante una economía deteriorada, incluso antes de la pandemia, no olvidemos que el decrecimiento para situarnos en cero fue la constante en los primeros meses del año, ante los casos de inseguridad pública, delincuencia desatada, problemas que han rebasado sobremanera a las autoridades federales, ahora nos encontramos con un escenario más crudo, la realidad una vez más se impone, como siempre lo hará, pues los engaños son temporales, no podrán permanecer ocultos por siempre, como ya está sucediendo actualmente.

Ante el regreso a la nueva normalidad, el estancamiento económico, la pérdida de más de 12.5 millones de empleos, producto de esta crisis de salud en solo un mes, el de abril. Aún falta por ver el daño generado en mayo, junio y lo que dure aún el confinamiento. Si comparamos la oferta de López Obrador de crear 2 millones de empleo, tenemos que se han perdido seis veces más empleos que los que pretendía crear.

Las cosas no le han salido bien al gobierno, y le seguirán saliendo mal, pues las medidas para evitar más daños a la población no han llegado, no se ven por ningún lado, por el contrario, crecen a la par de la gente en la calle, que al ver la salida del Presidente a la gira nacional de inauguración de sus obras emblemáticas, piensa que ya es momento de retomar la normalidad.

Ahora el Presidente le sube el tono a la confrontación política, a la desviación de los temas centrales, la crisis de salud, de seguridad pública y la económica, quien para no referirse a ellos y no asumir la responsabilidad que tiene por los errores de su gobierno en la gestión de esta crisis, revive la lucha entre clases. Pretende formar sólo dos bandos, buenos y malos, conservadores y liberales, inclusive retando a que quien no está con él,  está contra él. Actitud que ya hemos visto en algunos regímenes autoritarios en el continente. Para refrescar la memoria dejo este fragmento escrito por Pablo Ignacio Rossi, periodista argentino, refiriéndose al populismo de los años 70, que en nuestro país pretende copiar este gobierno:

“Populismo, un virus multiforme convertido en pandemia. Formidable agente transmisor e incubador de corrupción y de autoritarismo en todas sus variantes. Ilusorio vehículo de prosperidad que consolida el empobrecimiento crónico como herramienta de dominio. Excusa fácil del demagogo, instrumento tentador del cínico para empoderarse y saquear en nombre del pueblo. Pero, fundamentalmente, una tara cultural que destruye valores a su paso, socavando cualquier principio básico de responsabilidad individual frente a las consecuencias de los actos propios”.
No caigamos en la confrontación ni permitamos que nos encajonen, nada más falso que pensar que existen dos bandos antagónicos en nuestro país, no podemos caer en ese juego, México es más que confrontaciones que pretenden desviar la atención sobre los problemas más graves que nos aquejan, es más que la generación de bandos opuestos, por encima de ellos está la realidad, el ser mexicanos, plurales, diversos, en todos los contextos.

No son dos cajones, los matices son muchos. Que nadie nos confronte ni nos enfrente. La única decisión sobre el presente y el futuro es quién está con México o contra México.

@perezcuevasmx

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