En abril pasado se observó la caída más fuerte en los indicadores de confianza en el país, por supuesto, esto es un reflejo de la difícil situación en la que está la economía nacional tanto por las decisiones tomadas por el actual Gobierno como por las asociadas a la pandemia del Covid-19, generando confusión y desconfianza.

Hay encuestas que miden la incertidumbre de una forma más  precisa, y han generado indicadores que muestran que estamos cayendo con gran velocidad, por ejemplo, esto lo muestra la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE) para los sectores Construcción, Industrias Manufactureras, Comercio y Servicios Privados no Financieros.

En definitiva, necesitamos un cambio fundamental tanto del gobierno como de la sociedad, se requiere solidaridad social y económica. SIN EMPLEO NO HAY DESARROLLO, SIN EMPLEADORES NO HAY PROGRESO, se puede hablar mucho alrededor de esta complicada circunstancia pero es fundamental sostener los tres pilares de la economía: abasto, salud y energía.

La pandemia nos ha mostrado las grandes debilidades que tiene el país, así como el muy precario sistema democrático y de gobierno, desafortunadamente está generando muchas muertes innecesarias agravadas por el miedo al desempleo que será una epidemia importante en México. Las pérdidas son brutales y las promesas que ha generado el gobierno, como la de generar dos millones de empleos en los próximos meses, son además MUY  difíciles de cumplir.

Lo preocupante de todo esto, es que,  estamos pasando por un momento muy difícil, pero lo que viene será peor, porque será muy complicado reconstruir el tejido social y la estructura económica en varios años. Los problemas se incrementarán, si no se toman urgentes medidas de reactivación económica en áreas críticas como el turismo y todo lo que está relacionado a este importante sector, así como en las manufacturas e industrias, y especialmente aquellas relacionadas con la generación de energías limpias y rentables y un apoyo a la agricultura, pesquero  y todo el sector agropecuario, esto independientemente de fortalecer el sistema de salud y educativo. El costo que tendrá este gobierno de no apoyar el empleo será muy grande, de hecho, podemos afirmar que este periodo será un sexenio perdido para el desarrollo del país.

No hay que olvidar que México tiene enormes fortalezas y una de ellas es su gente, así que no debemos caer en provocaciones porque cuando se  trata de dividir el país,  perdemos ia  su gran oportunidad de recuperarnos.

Viviremos un invierno económico fuerte y largo, pues la incertidumbre y falta de confianza serán constantes, que los empresarios tendrán que administrar. Al respecto, las empresas y sus equipos de trabajo deberán mantener una vigilancia permanente de las oportunidades que vayan generándose, aprovecharlas podría ser la diferencia entre la permanencia y el cierre de operaciones, por supuesto, también es importante que se realice un trabajo serio en la identificación de riesgos, medición de impactos para la organización y su mitigación, esto podrá dar claridad de posibles acciones en el corto y mediano plazo que permitan una transición más fluida hacia la recuperación y ASÍ SOBREVIVIR EL INVIERNO QUE VIENE.