Los tiempos de los gobiernos son muy cortos y
los de la delincuencia largos y azarosos
Álvaro Uribe Vélez

A la enorme incertidumbre que genera el momento que estamos pasando con la pandemia de Covid-19, debemos sumar lo que esta sucediendo en la calle. A la desinformación y contradicciones de los discursos de la autoridad, aumentemos también la oleada de pos-verdades y fake news, que inundan las redes sociales, los espacios donde fluyen con total impunidad, arrollando la poca información veraz.

También debemos sumar la pérdida de empleos por millones, la creciente crisis económica que esta generando el decrecimiento hasta un menos siete por ciento, según las predicciones de las más importantes financieras mundiales, incluidos los vaticinios de los sectores empresariales nacionales y el Banco de México.

La vuelta de golpe a la nueva realidad, sin las medidas pertinentes para hacerlo de forma ordenada y segura, genera todos los días condiciones para que el contagio continúe de manera exponencial, lo mismo que las muertes. No sé como este percibiendo el común de las personas todo lo que estamos viendo con esta crisis de salud. Pero es indudable que aun con las cifras que presentan las autoridades, las cuales no son del todo confiables, a simple vista uno puede percatarse que la curva sigue en aumento día tras día.

Por lo tanto, no podemos confiarnos en que la etapa de contagios, esta superada, contralada, que lo demás depende de los cuidados, que cada uno en lo particular tiene que realizar, como sugirió el Presidente de la República, deslindándose de una de sus principales tareas del gobierno: ser el impulsor de las medidas de seguridad, salud y prevención, para que la población se encuentre tranquila.

Pero tal tranquilidad no existe. Cada vez estamos en mayor riesgo, por una parte, por la desinformación que hay en el ambiente, por la otra por las tardías decisiones de las autoridades, además de los errores, falta de planeación, organización y trabajo en coordinación con los otros niveles de gobierno.

Tal parece que en los hechos el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha tomado la determinación de que se sálve el que pueda, él no hará nada más que seguir en la implementación de sus planes a costa de lo que sea, contra quien se oponga, cueste lo que cueste.

Con todo el pesar que genera esta grave crisis, más todo lo que he narrado, surgen actos verdaderamente descalificables. La delincuencia no ha sido controlada, tampoco han logrado disminuirla. El asesinato del juez federal Uriel Villegas Ortiz, nos muestra lo descompuesto que esta nuestro país. Que lo hayan ultimado a él y a su esposa en las puertas de su hogar frente a sus menores hijas, resulta un acto de barbarie, de un pueblo sin ley, donde no hay justicia, donde la vida pasa en penumbra, zozobra, incertidumbre y miedo.

Por el coronavirus, la crisis económica, la inseguridad pública, el mal gobierno y todos los problemas que estamos viviendo como sociedad, podemos confirmar que nadie esta seguro en México.

@perezcuevasmx

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