Los números del Coronavirus en los Estados Unidos no se detienen en su carrera alcista, los contagios superan los 2 millones y las muertes están rumbo a las 115 mil, pero esto no es lo peor ya que en 22 Estados se ha vuelto a decretar alerta roja ante el repunte de casos y varios de éstos son en la zona fronteriza con; México, Arizona, California y Texas.

En Arizona, por ejemplo, el número de personas que dieron positivas a este virus se incrementó en 90 por ciento en una semana. La directora del Servicio de Salud del Estado, Cara Christ, dijo que este incremento lo esperaban, los modelos matemáticos que aplicamos mostraban una curva ascendente para junio sobre todo a raíz de la reapertura parcial del Estado… “sabemos que el virus está aún entre nosotros, debemos actuar con las medidas de prevención necesarias, no podemos relajarnos”.

La aplicación de las pruebas de contagio que realizó el gobierno de Arizona a poco más de 600 mil personas así como el rastreo de los casos que resultaron positivos y los modelos matemáticos aplicados, le permitieron prevenir esta alza nuevamente en tanto en casos positivos como en muertes mismas, sin embargo, donde se rompió todo lo proyectado fue con la apertura parcial de los estados ordenadas desde la Casa Blanca.

En Texas las cosas no han marchado tan bien como lo esperaba el inquilino de la Casa Blanca, el número de hospitalizados sólo la semana pasada aumentó en casi 3 mil casos y el número de fallecidos total superó los mil 700. Este número de hospitalizaciones, récord en el estado desde el inicio de la pandemia, se produce a más de un mes después de que Texas iniciara la reapertura parcial.

El doctor Steven Purrie, del Departamento de Microbiología de Harvard, ha dicho que el desconfinamiento ha sido entendido como el alejamiento del virus, sin embargo, lo único seguro hasta antes del medicamento y la vacuna para evitar su contagio es la prevención, no hay más, para que se dé un debilitamiento de la pandemia.

Dentro del seguimiento puntual que han dado los medios de comunicación en el mundo y en particular en los Estados Unidos, ha destacado el realizado por el periódico, The Washington Post, quien de forma detallada ha reportado los contagios, los fallecidos e incluso de los hospitalizados. Desde principios de junio el periódico ha mostrado el resurgimiento de la infección en estados como: Alaska, Arizona, Arkansas, California, Florida, Kentucky, Nuevo México, Carolina del Norte, Mississippi, Oregón, Carolina del Sur, Texas y Utah, todo a raíz de la reapertura parcial.

Entre esos estados; California, Florida y Texas registran el mayor porcentaje de nuevos casos, desde el 22 de mayo al 8 de junio, el promedio porcentual en siete días fue: California 41 por ciento, Florida con 52 por ciento y Texas del 39 por ciento.

La crisis de salud y la económica siguen chocando, hay voces que hablan de la ponderación de una sobre la otra, sin embargo, no se ha encontrado la fórmula que permita una convivencia en sus soluciones, los contagios no se detienen ni tampoco el número de fallecidos. La falta de ingresos económicos, la quiebra de negocios, así como el negro y complejo futuro, se perciben a primera vista.

La crisis sanitaria que azota el territorio estadounidense amenaza con convertirse en la mayor crisis social que ha afrontado el país, la actual administración no es capaz de poner en marcha la economía lo antes posible, una economía estrangulada por el proceso de confinamiento actual.

Una crisis social de esta magnitud está por convertirse en una seria crisis política que impediría forjar una estrategia de reactivación económica que devuelva al país a una ruta de crecimiento.

Lo que es cierto es que un alargamiento en el retorno a la productividad de todo el sistema económico significa dinamitar la economía nacional con un costo social difícil de asumir en una sociedad como la estadounidense, sin embargo, el retomar el impulso económico parece que implica desatender el control sanitario que minimice el impacto del coronavirus.

 

De lo que se trata es de impulsar la creatividad del sistema productivo para seguir funcionando y minimizando el riesgo de contagio, esto se puede alcanzar conjugando el trabajo en casa hasta donde sea posible con la prevención de las condiciones de seguridad pertinentes en los espacios de trabajo colectivo (protocolo de funcionamiento, controles y equipamiento adecuado, pruebas reorganización del proceso productivo para evitar los contactos, adaptar los sistemas de salubridad a la nueva situación, etc.).

En una realidad compleja como la actual el criterio sanitario con ser fundamental no es lo único que debe guiar la política pública. El mundo empresarial como actor colectivo, clave en la marcha de la sociedad debe ser fundamental en la toma de decisiones públicas de la trascendencia que el momento presente exige. La clave está en la colaboración público-privada activa, creativa y esta colaboración debe empezar desde ya para anticiparse a los problemas del futuro.

Actuar en esta línea sin demoras facilitará la gestación de una estrategia de desarrollo económico y social de largo alcance y sobre la que hay que resaltar cuatro cuestiones de índole estratégica, que entiendo, críticas para el futuro de la sociedad y que son:

1.- La necesidad de poner en valor y fortalecer (en lo material y tecnológico) desde el ámbito político y social el sistema sanitario. Los responsables públicos deben concederle la prioridad que su función crítica cumple en una sociedad sana y dinámica.

2.-La necesidad de reforzar el sistema científico y tecnológico tanto para prevenir y anticipar eventos indeseables como éste para reaccionar con rapidez ante imprevistos sanitarios, económicos o sociales, alimentando la capacidad creativa del sistema productivo. También en este caso la fortaleza de la economía es vital.

3.- Se debe fortalecer el sistema productivo y empresarial, tanto para salir airosos de la crisis socioeconómica generada por el Covid-19 como para contar en el futuro próximo con un sistema productivo y tecnológico más dinámico y versátil.

Para conseguirlo, el normal funcionamiento de la actividad productiva cuanto antes es decisiva y la colaboración entre las instituciones públicas y el mundo empresarial es crucial. Trabajar juntos y cooperar con finalidad creativa y preventiva los hará más fuertes y garantizará la creación de empleo de calidad. Una economía privada creativa y comprometida es imprescindible para el progreso económico y social.

4.- Es necesario impulsar el desarrollo de la sociedad civil y la educación cívica para afrontar con rigor y coherencia una crisis como la actual, no se puede permitir que el remedio sea peor que la enfermedad.

Ante todo esto hay que destacar las proyecciones publicadas por el Fondo Monetario Internacional, en su informe más reciente pone cifras al deterioro económico que se está produciendo a nivel mundial debido a la expansión del Covid-19.

Si hasta ahora sólo se intuía que la contracción económica en la que se encuentran podría ser mayor que la experimentada durante los primeros momentos de la crisis financiera de 2008, ahora ya se tiene la certeza que se enfrenta a un shock sin precedentes desde la Gran Depresión de los años treinta del pasado siglo.

Cuando ya no cabía una desgracia más en Estados Unidos, arrodillado por una pandemia de coronavirus, una recesión económica de dimensiones desconocidas estalló la ola de protestas más amplia de las últimas décadas. Una serie de manifestaciones y disturbios por el descontento racial que ha logrado desbordar a las autoridades de varios estados. Una situación que en otra época quizás hubiera inspirado un momento de unión pero que en 2020 sólo ha conseguido redondear una gran postal de la distopía. Estados Unidos, en su peor momento.