La definición más básica de “tránsfuga”, la que podemos encontrar en un sitio como Wikipedia reza de la siguiente forma “es una denominación atribuida en el quehacer político a aquellos representantes que, traicionando a sus compañeros de lista o de grupo —manteniendo estos últimos su lealtad con la formación política que los presentó en las correspondientes elecciones—, o apartándose individualmente o en grupo del criterio fijado por los órganos competentes de las formaciones políticas que los han presentado, o habiendo sido expulsados de estas, pactan con otras fuerzas para cambiar o mantener la mayoría gobernante, o para dar la mayoría a un grupo que no la tiene, o bien dificultan o hacen imposible a dicha mayoría el gobierno de la entidad. La acusación de transfuguismo suele ser usada en los casos de escisiones y cismas en los partidos políticos, si bien es frecuente que el tránsfuga cree un partido político como cobertura de su acción. Existen múltiples circunstancias por las que los políticos deciden abandonar una causa y admitir una nueva”.
El transfugismo es un deporte de contacto y de alta peligrosidad, implica como ya se leyó antes, cambiar de un día para otro de modos políticos, de proyecto, incluso de posición personal ante algunos problemas o formas de ver el estado de las cosas, de igual forma, se fortalece a un nuevo grupo y por ende los ataques hacia el tránsfuga se pueden arreciar de forma cruel, mezquina y perversa, pero eso lo vive en carne propia quien decide transitar por ese camino. Cuando se observan “los toros desde la barrera” se pueden intuir otras cosas…
El partido en el poder fue una exitosa amalgama de tránsfugas, ciudadanos que venían del PRI, del PRD y del PAN, el mismo jefe del ejecutivo en algún momento militó en el Revolucionario Institucional y en el de la Revolución Democrática.
¿Qué podemos decir de aquellos que decidieron abandonar al PRI, crear el PRD y ahora encontrar tibio acomodo en MORENA? No se nos olvide que eso hicieron Porfirio Muñoz Ledo, quien también pasó por las filas del PT, del PARM y del PRD; y Cuauhtémoc Cárdenas que con más pudor solo dio un salto después del PRI, aunque decidió renunciar al PRD en 2014. En la misma situación se encuentran Ifigenia Martínez, Alejandro Encinas, Yeidckol Polevnsky y Ricardo Monreal, este último también goza de militancia múltiple, algo que al menos se debería de definir en algún diccionario de derecho electoral.
¿Por qué selectivamente se nos olvida que notables cuadros políticos de Acción Nacional decidieron hacer lo mismo previo a la elección de 2018? Es el caso de Gabriela Cuevas, Germán Martínez y Manuel Espino, los dos últimos ¡ex presidentes del Comité Ejecutivo Nacional del PAN! ¡En el caso de Espino, presidía su ex partido cuando triunfó el expresidente Calderón en 2006!
Recordemos que el año previo a la elección de 2018, el candidato López invitó abiertamente a todo aquel que quisiera firmar un supuesto pacto de unidad al pie del Monumento de la Revolución, el caso más notable fue el del ahora senador morenista Alejandro Armenta, antes diputado y presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Puebla, el cual al estampar su firma abiertamente se alejaba del partido que había confiado en él.
El transfugismo, aunque cuestionable a mi parecer, es otra forma de darle aire a las élites, de ganar nuevos espacios y permite medir empíricamente la unidad y viabilidad tanto de los partidos políticos como de los proyectos que van floreciendo alrededor de los mismos, el caso de Lily Tellez aunque es el más notorio, por haber renunciado a MORENA y transitado al PAN, no es el más impactante.
El 20 de mayo la diputada local en el Estado de México Crista Amanda Spohn Gotzel, emanada del Partido del Trabajo, decidió incorporarse también a la bancada de Acción Nacional y romper así con la mayoría calificada de dos tercios con los que contaba MORENA y sus aliados, con lo que prácticamente podían hacer lo que querían, pero ahora ya no. Lo mismo ha sucedido en otros estados, Sonora, por ejemplo.
Cuando el transfugismo se convierte en regla previo a que inicie el proceso electoral federal, implica que algo no anda bien, que no existe unidad, disciplina o al menos buena camaradería, para quienes quieran criticar de desleal a la Senadora Tellez recuerden que, cuando el excandidato López Obrador renunció al PRD no solo se llevó a casi todos los cuadros y militantes, sino que les heredó una multa millonaria que hoy día afecta de forma importante a los de la Revolución Democrática.
La traición se ha convertido, en muchas ocasiones, en el principio del fin…
@DrThe

