En 2015, el politólogo estadounidense Graham Allison creó el concepto de la “Trampa de Tucídides” para analizar la competencia entre China y Estados Unidos (EE.UU.). Esta teoría explica la relación entre una potencia hegemónica en declive y otra en ascenso, donde la tensión entre ambas potencias puede conducirlas a una guerra hegemónica en la que la gran potencia venza y asegure su primacía o pierda y sea reemplazada por la potencia en ascenso. Lo anterior sucedió en el siglo V a.C., donde el historiador Tucídides describió que, el aumento de poder de Atenas intimidaba la hegemonía de Esparta, lo que desató la “Guerra del Peloponeso”. Los atenienses perdieron la guerra poniendo fin a su ascenso.
Lo anterior se relaciona con la rivalidad que enfrentan China, la potencia emergente y EE.UU. la potencia hegemónica. La confrontación es comercial, económica, geopolítica, y sobre todo una lucha tecnológica por el desarrollo de la red 5G y la Inteligencia Artificial (AI).
Desde 2018, el presidente estadounidense Donald Trump obsesionado por disminuir el déficit comercial, impuso una escalada de aranceles a los productos chinos argumentando prácticas desleales, robo de propiedad intelectual, espionaje empresarial y transferencia de tecnología estadunidense. En represalia, Beijing hizo lo mismo, y así se afectaron ambas economías que son interdependientes y al comercio global. En enero 2020, China y EE.UU. firmaron la primera fase de un acuerdo que le puso pausa a la guerra comercial. China se comprometió a aumentar compras por US$200.000 millones de productos estadounidenses, meta que ahora parece inalcanzable por el COVID-19.
El ámbito tecnológico es donde mayor competencia existe, ya que, quien asuma el liderazgo por el desarrollo sobre la red 5G y la Inteligencia Artificial tendrá ventajas económicas, políticas y de inteligencia. Así, China anunció el plan “Made in China 2025” que consiste en alentar la innovación local y autosuficiencia en sectores estratégicos para el desarrollo y liderazgo del país a nivel internacional. Huawei es la empresa mundial que más ha desarrollado e invertido en la 5G y se encamina a la vanguardia. Las ventajas de la red serán mayor velocidad y más dispositivos conectados al mismo tiempo, lo que afectará el despliegue de aplicaciones de IA, el internet de las cosas, autos y armas autónomos y telemedicina. EE.UU. tiene como objetivo frenar el desarrollo tecnológico de China, por ello, presiona a sus aliados para prohibir la presencia de Huawei en su infraestructura 5G, ya que es una amenaza a la seguridad nacional.
En el ámbito geopolítico y militar, desde la llegada del presidente chino Xi Jinping en 2013, la nación se ha dirigido a formar un gran poder marítimo capaz de asegurar sus derechos e intereses en alta mar, incluidas sus reclamaciones marítimas no resueltas en el este de China y el Mar de China Meridional, lo que ha provocado conflictos con sus vecinos.
Hoy, ya tiene consolidada una fuerte marina de guerra y tiene más submarinos de ataque que EE.UU. en la zona, lo que debilita la capacidad estadounidense para defender a sus aliados tras una eventual agresión china, pero a la vez impulsa a los vecinos de Beijing a armarse para balancear la distribución de poder. China tiene armas hipersónicas donde aventaja a EE.UU.
China construye la “Nueva Ruta de la Seda”, proyecto de infraestructura billonario para conectar Asia, África y Europa con puertos, ferrocarriles, rutas terrestres y marítimos de Eurasia para consolidarse como centro económico mundial y asegurar el abasto de materias primas y energéticas. Reveló el plan de “Collar de Perlas” que es una cadena de bases navales y puertos comerciales a lo largo de sus principales rutas petroleras, desde el Mar Rojo y el Golfo Pérsico hasta el Mar del Sur de China para asegurar suministros y controlar el vecindario.
Con la llegada de la pandemia, se reanudaron los ataques y recriminaciones mutuas por el origen del virus. Beijing ha usado su poder suave llevando suministros médicos al mundo; tiene presencia en organismos multilaterales y ha llenado el vacío que EE.UU. ha dejado y garantiza que la vacuna del COVID-19 será un bien público global.
Es así como existen presiones de ambos países para tomar partido y, acercarse a cualquier potencia, supone represalias por la otra. Éste es uno de los mayores retos que enfrenta el Sistema Internacional para no caer en la “Trampa de Tucídides”, en la que el hegemón y un poder emergente terminen en guerra.
La autora es coordinadora académica de la Facultad de Estudios Globales y Doctorante de Seguridad Internacional en la Universidad Anáhuac México