Entrevista con Salvador Mejía, experto en prevención de lavado de dinero
Al arribo del ex director de Pemex Emilio Lozoya a la ciudad de México, no estaba claro el estatus jurídico del hasta ahora único ex funcionario detenido por el caso Odebrecht, lo que dio pie a dichos y especulaciones. Cuando se señaló que llegaba como testigo colaborador— luego de que sus abogados en España cuadraron su extradición a México— la Fiscalía General de la República lo consideró como “detenido” para que horas más tarde el presidente López Obrador confirmara que es testigo colaborador “se tiene el compromiso del señor Lozoya de dar información a cambio de una reducción de pena”.
La incertidumbre permeaba sobre si se le llevaría a declarar al reclusorio norte o a una audiencia, pero no fue así. Empezó el juego de espejos. Se despistó a la prensa sobre su destino y luego se supo que no pisó ninguna cárcel, sino que se fue al Hospital Ángeles del Pedregal por presentar “síntomas de anemia y debilidad general”, según señaló un doctor de la FGR.
Entrevistado por este semanario, Salvador Mejía, experto en prevención de lavado de dinero y corrupción, destaca que desde el arribo de Lozoya lo que ha privado no es la secrecía de las investigaciones sino la incertidumbre por un lado, y por otro, las especulaciones.
¿Cómo se encuentra en este momento Emilio Lozoya?, se pregunta y responde “gozando posiblemente de las mieles de una gran negociación política generada desde España a través de sus abogados. Hubiéramos pensado que como cualquier mortal, bajando del avión, ingresaría a un reclusorio, por eso nos fuimos en banda con esas imágenes montadas por la FGR y nos topamos con que un médico legista, en menos de dos horas, determinó que tenía tal y tal enfermedad —también participó un médico particular enviado por la familia—.
“¿Cuál es el estatus jurídico? Ser testigo protegido político por parte de la administración del presidente López Obrador, se está jugando en buena medida con la credibilidad de la ciudadanía, para el siguiente proceso electoral. La nada, creo que estamos en medio de la nada jurídica y eso es terrible para todos nosotros”.
El Criterio de oportunidad
Para el licenciado en Derecho por la UNAM, socio director de la firma de Consultoría Asimetrics, Lozoya Austin busca acceder a un “criterio de oportunidad” y demostrar que tiene los elementos probatorios idóneos para que el ministerio publico federal inicie una carpeta de investigación y que luego judicialice en contra de todas las personas que señale.
“Primero tiene que convencer a la autoridad, en este caso a la Fiscalía General de la República, de que posee los elementos necesarios para poder ir sobre una presa más grande, que nosotros pensamos en el ex presidente Enrique Peña Nieto o en su ex brazo derecho, Luis Videgaray, pero bajo ninguna circunstancia son los únicos y justamente parte de lo que me preocupa de este criterio de oportunidad. Lozoya puede ser que tenga, no lo sé, pero lo que se dice es que él tiene varias horas de video con diferentes integrantes de la grey política”.
Asi, apunta, “puede ser que de pronto aparezca un testimonio del señor Emilio diciendo, señalando esa sombra que ves, es determinada persona. Incluso hasta Mario Aburto puede ser señalado y perdón por el mal chiste, pero en este momento Lozoya tiene la facultad de decir, esa sombra que ven es del senador tal, está otra es la diputada tal y entonces ese legislador, miembro de la élite política tendrá que salir a negarlo todo. Esa situación es la parte más peligrosa que tiene el criterio de oportunidad”.
La Fiscalía General de la República, asegura Mejía, hoy se está jugando el futuro de su titular, “esto de la mano de que no logren acreditar ante un juez, ante la imparcialidad del poder judicial, que no acrediten los señalamientos de Lozoya. Ahí está el punto fino del criterio de oportunidad y yo siempre voy a pedir que no olvidemos en México, que tiene una pésima historia con tos testigos protegidos”.
Recuerda que durante el sexenio de Felipe Calderón se abusó de esa figura que entre 2006 y 2012, según el IFAI, un total de 379 personas se acogieron a la figura de testigos colaboradores.
“Camino a mi oficina tengo el otrora Centro Nacional de Arraigos, ese palacio negro del calderonismo donde encerraron a hombres y mujeres que habían sido acusados injustamente, junto con auténticos delincuentes por los señalamientos particularmente de dos testigos protegidos, Jennifer era el nombre clave de uno de ellos y el otro Emilio, que al final no lograron acreditar los delitos”.
Es más, el famoso “michoacanazo”, “fundamentado en dichos de testigos protegidos que no fueron sino una patraña de mentiras, de personas que estaban dispuestas a decir lo que fuera con tal de evadir sus responsabilidades. Esta es la parte más peligrosa de este proceso para obtener el criterio de oportunidad”.
Otro problema derivado, advierte, “es que supuestamente las audiencias no van a ser públicas, aunque por hay opiniones muy certeras e interesantes que proponen que no hay ningún impedimento para que esto no ocurra”.
Esto nos lleva todavía a otro problema, el show. “El espectáculo que vamos a tener y que también va a terminar por ser un elemento de las próximas elecciones. ¿Cuál es el estatus de Emilo Lozoya?, en una de esas, un activo de la cuarta transformación para buscar y asegurar votos para demostrar que se está luchando contra la corrupción . Habrá que ver si no termina esto en un show o en casos como el de Elba Esther Gordillo, que después de varios años sale libre y todos esos casos que ya tenemos en nuestra imaginación”.
Puntualiza también que en el caso Lozoya resulta oportuno señalar que hay de casos a casos y aunque Lozoya y Rosario Robles fueron integrantes del sexenio peñista, resulta muy claro que no son tratados de la misma manera.
Lozoya y la caja de pandora
Cuestionado sobre si los videos y grabaciones abrirán una caja de pandora, el especialista en corrupción destaca: “López Obrador prometió al electorado que combatiría la corrupción y en nuestro imaginario está el caso del ex presidente Enrique Peña Nieto, donde Lozoya es un elemento activo de esa corrupción, sobre todo por estar vinculado con Odebrecht, el escándalo de corrupción más grande en los últimos tiempos. Esta incertidumbre lo único que genera es un agravio al ánimo de procuración de justicia, pero vamos a ver que documentos tiene. Una cosa es lo que Emilio dice que tiene bajo el brazo y otra es lo que va a llegar a probar en tribunales.
“Me recuerda la expresión norteamericana to big to fail, es demasiado grande un presidente en México para caer, es una estructura demasiado sólida como para que esto ocurra. Creo que lo que si va ocurrir es que será utilizado como un argumento para intentar comprobar ante el electorado que algo se está haciendo para combatir la corrupción.
“Al final tendremos un poquito de más con lo mismo porque el tema de la corrupción, eterno en México, siempre va acompañado de un discurso férreo en su contra, junto con falta de resultados. Eso es lo que hemos visto y no veo, por el momento, que ocurra algo diferente, pero sí también veo, responsabilidad para los servidores públicos que están a cargo”.
Mientras en los medios de comunicación circulan presuntas filtraciones que vinculan no solo al ex presidente Peña Nieto o Videgaray, sino también a Felipe Calderón —quien se asegura sabía sobre Odebrecht, el ex senador Ernesto Cordero e incluso a Carlos Salinas de Gortari por el caso de Agronitrogenados, Mejía destaca: “Estaremos ante la posibilidad de dos juicios, el judicial y el mediático. La manera en la cual se están conduciendo las cosas nos lleva a pensar que no necesariamente tendremos el resultado que quisiéramos. Lo he dicho y no me retracto, el día en que el ex presidente Peña tenga que comparecer ante un juez, ese día me van a ver en el Ángel de la Independencia con una botella de mezcal celebrando, ya que el pasado sexenio redefinió el concepto de corrupción y nosotros necesitamos justicia.
“Justicia no significa ver conforme los usos y costumbres de la guerra de Independencia, las cabezas cortadas y sostenidas en picas afuera de Palacio Nacional o de la Alhóndiga de Granaditas. Necesitamos que sean presentados ante un juez para poder defenderse y que el ministerio público presente evidencias tan contundentes y sólidas como para que el juez tome una decisión.
“Me gustaría ver que el sistema de procuración de justicia en México funciona pero ahora por lo que hay, veo más un uso del derecho con fines políticos que de justicia, lamentablemente. Todo debe estar enfocado a la justicia, conforme a derecho y nadie por encima de la ley, si se cometió un delito que se pague y si no, que le permitan regresar a su casa. Ojalá y ocurra”.


