El viaje de López Obrador a Washington fue un encuentro donde hubo más elogios mutuos que alusiones a problemas concretos, los presidentes de México y de Estados Unidos, sellaron una alianza económica a sólo unos meses de las elecciones norteamericanas. Se considera que fue un viaje peligroso, porque a mediano y largo plazo, de no triunfar la reelección Donald Trump, las relaciones entre las dos naciones que de por sí siempre han sido ríspidas, partirán de cero para tejer redes con los demócratas.

Por lo pronto, la prioridad fue la entrada en vigor del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y las inversiones entre las naciones, así como la coordinación binacional ante el Covid-19, y la reactivación económica ante la crisis mundial.

Flavio González Ayala

Flavio González Ayala, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de SLP, y académico de estudios de Asia y África del Colegio de México, entrevistado por este semanario, manifestó que el propio López Obrador fue a Estados Unidos porque entró en vigor el pasado primero de julio el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos, y Canadá, que es considerado uno de los pilares de la estructura en la reactivación económica de México.

Sin embargo, dijo el internacionalista, el primer ministro canadiense Justin Trudeau dijo que no iba a Washington porque el Tratado ya entró en vigor y aduciendo una cuestión local, canceló la visita, lo que quitó las suspicacias sobre el eventual apoyo electoral a Donald Trump, mientras que López Obrador, cuando inicia su visita a Estados Unidos, lo hace cuando Trump está en Arizona, en el muro en la frontera entre México y Estados Unidos, donde asegura que ya han construido varios kilómetros, cuando no pasan de 300 kilómetros aproximadamente.

Todo ello, puntualizó, generó una serie de expectativas que todavía no se han resuelto porque señalaban que esta situación significaría apoyar la campaña de electoral de Trump.

Manifestó que AMLO durante la visita, debió reunirse de una manera prudente, sino con el otro candidato demócrata Joe Biden que encabeza la preferencias electorales, — si hoy fueran las elecciones en Estados Unidos, Biden lleva varios puntos de ventaja sobre Trump—, por lo menos debió sostener pláticas con el caucus hispano en el Congreso de Estados Unidos, hablar sobre como está la relación bilateral y entrevistarse con Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.