Hace unos días se cumplieron 6 meses de que se presentara el primer contagio de Coronavirus en los Estados Unidos, las cifras son simplemente alarmantes, han fallecido más de 158 mil personas y los contagios rondan los 5 millones. Es la nación con el más alto número de muertos, el 22 por ciento del gran total hasta el momento, lo que significa que casi uno de 4 muertos eran estadounidenses. Nadie nunca hubiera imaginado este dramático escenario y lo peor, es que aun no se ve el fin de este obscuro episodio y las pruebas rápidas para detectar un posible contagio superan los 5 millones.
En marzo pasado la Organización Mundial de la Salud, (OMS) decreto al Covid-19 como una pandemia, el desarrollo e impacto que ha tenido en la humanidad es aun de proporciones impredecible.
Nueva York sigue siendo el Estado con el mayor número de decesos, están rondando los 33 mil, seguido por su vecino Nueva Jersey con casi 16 mil. California es otro estado con cifras récord mas de 9 mil 700 y Texas, Arizona y Florida que se ha convertido en el nuevo centro de la pandemia en la parte norte del continente americano y que habían logrado mantener bajo control la propagación del virus, han perdido el rumbo y suman cifras impensables tanto en los apartados de muertos como de contagiados.
Las dudas sobre las cifras oficiales que ofrece el gobierno crecen, especialistas y estudiosos de este mortal padecimiento hablan incluso de que la cifra puede ser superior hasta en 3 veces, ya que muchos de los fallecidos lo hicieron en su casa y los reportes sanitarios los reportan con víctimas de otros padecimientos. La realidad parece haber superado a los discursos gubernamentales.
El mismo presidente Donald Trump abona este terreno con las recomendaciones del uso de la Hidroxicloroquina a pesar de que autoridades sanitarias no han autorizado e incluso lo consideran peligrosos contra la salud.
La agenda de trabajo del presidente de los Estados Unidos ha disminuido notablemente, pero sus actividades como candidato a un segundo periodo presidencial se han incrementado, incluso a costa de su propia salud, el miércoles por ejemplo acudió a una zona de extracción petrolera y gasera, además de una cena de recaudación de fondos para su campaña al oeste de Texas, una de las regiones de mayor contagio del Covid-19 del estado.
Autoridades de salud ven con preocupación las actividades electorales de candidato presidencial republicano, quién tambien ocupa la posición de presidente y que se poniendo su salud en alto riesgo de contagio, por alcanzar un periodo más en la Casa Blanca. Para nadie es un secreto que Texas vive un momento de gran dificultad en el marco de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, con partes de su territorio que han visto los hospitales llegar hasta el límite de sus capacidades por una avalancha de nuevos contagiados en las semanas posteriores al inicio de una rápida reactivación económica por voluntad del gobierno estatal.
La actual administración anuncio hace unos días que 21 Estados se encuentran en la llamada zona roja por el rebrote de este virus y donde sus gobernantes incluso solicitan que se haga obligatorio el uso del cubrebocas, ya que en sus regiones se han registrado mas de 100 nuevos casos por cada 100 mil habitantes en las pasadas 2 semanas.
Entre los Estados que se han sumado a esta zona roja se ubican Alabama, Arizona, Arkansas, California, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Dakota del Norte, Florida, Georgia, Idaho, Iowa, Kansas, Louisiana, Mississippi, Missouri, Nevada, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Wisconsin, de estos Florida es uno de los más afectados, la semana pasada por ejemplo registró un récord de fallecidos por el Covid-19, con 216 personas en tan solo 24 horas. Ese estado, como lo hemos mencionado es ya el nuevo foco de la pandemia y los numero siguen en una preocupante alza.
Y las incongruencias de la administración Trump están a simple vista Florida es uno de los pocos estados donde el uso del cubrebocas no es obligatorio. Más de 5 mil trabajadores de hospitales y clínicas han solicitado mediante una carta pública que se decretara esta medida, pero el gobernador Ron De Santis ha preferido no firmar la orden, con el apoyo total de la Casa Blanca.
Y otro caso más, Texas también en “zona roja” que va rumbo a los 480 mil contagios, con un promedio semanal de 8 mil nuevos casos, que a ese ritmo que marcha superara en las próximas semanas a Nueva York y, se ubicara como en la tercera región con el mayor número de las infectados en los Estados Unidos, solo por debajo de California y Florida.

