“Estos no son tiempos normales. Por primera vez en nuestra historia nos enfrentamos a tres crisis históricas, todas al mismo tiempo. Nos enfrentamos a la peor pandemia en 100 años. La peor crisis económica desde la Gran Depresión. Los llamados más imperiosos a la justicia racial en una generación. Y tenemos un presidente que no ha logrado liderar la respuesta contra el virus, que ha costado vidas y diezmado nuestra economía, y ha avivado las llamas del odio y la división”, manifestó el martes 11 de agosto el virtual candidato presidencial oficial del Partido Demócrata de Estados Unidos de América (PD), Joe Biden, al anunciar que había elegido a la senadora Kamala Devi Harris como su compañera de fórmula –vicepresidenta–, en las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre.

Joe Biden (que fue vicepresidente de EUA durante los dos periodos de Barack Hussein Obama), aseguró que la actual senadora por California, primera mujer negra en ocupar ese puesto, así como la Fiscalía General del mismo estado –que en caso de ganar la elección sería la primera mujer, además afroamericana, en lograrlo en la historia de la Unión Americana–, es la mejor preparada para ayudarlo a derrotar al presidente republicano Donald Trump. Asimismo, elogió a la senadora por su desempeño como fiscal general y en su labor parlamentaria. El competidor del mandatario (magnate) refirió que conoció a Kamala Devi Harris por medio de su hijo Beau Biden que fue Fiscal General de Delaware y que falleció de cáncer cerebral en el año 2015.

Al fundamentar la selección de Kamala Harris como compañera de fórmula, Biden comentó que su hijo Beau “tenía un enorme respeto por ella y su trabajo. Pensé mucho en eso mientras tomaba esta decisión. No hay opinión de nadie que yo valore más que la de Beau y estoy orgulloso de tener a Kamala conmigo en esta campaña”.

 

Pagar es corresponder, dicen, y eso fue lo que hizo la senadora Harris después de las palabras de su ahora compañera de fórmula electoral. De acuerdo a los tiempos, en un tuit, Kamala aseguró: “Biden puede unificar al pueblo estadounidense porque ha pasado su vida luchando por nosotros. Y como presidente construirá un Estados Unidos que esté a la altura de nuestros ideales”.

La designación de la senadora Harris para formar la dupla con el ex vicepresidente Biden, levantó ámpulas, directamente en el equipo de Donald Trump que ni tardo ni perezoso convocó a una rueda de prensa para despotricar en contra de ella. Para empezar, el magnate considera que la ex fiscal general de California resta más que suma a la campaña del demócrata Biden. El presidente afirmó –sin mayores pruebas–, que “Harris es una persona que ha dicho muchas, muchas cosas que no son verdad. Está muy a favor de subir los impuestos, quiere cortar los fondos del Ejército a una escala que nadie podría creer, está contra el fracking, está contra los derivados del petróleo, y, me pregunto, como puede sostener eso y luego ir a Pensilvania, a Ohio, a Oklahoma o al gran estado de Texas si estás contra el fracking, el fracking es muy importante, está a favor de socializar la medicina con lo que perderás a los médicos, perderlas tus planes de salud, quiere quitarle los seguros médicos a 180 millones de americanos, 180 millones de americanos que están muy contentos con sus planes de salud, y ella se los quiere arrebatar, así que era mi candidata favorita, y ya veremos qué tal le va. Tuvo un desempeño muy pobre durante las primarias, se suponía que lo iba a hacer muy bien y apenas cosechó un 2 por ciento de los apoyos, gastó mucho dinero y, bueno, estoy un poco sorprendido de que la haya elegido, la está siguiendo desde hace un tiempo y estoy sorprendido. Fue extraordinariamente desagradable con el juez Brett Kavenaugh, fue horrible le cómo lo trató, y no pienso olvidar eso”.

Tratándose de Donald Trump nada sorprende, sobre todo en esta campaña electoral en la que las encuestas no le favorecen. Los porcentajes en contra lo traen loco. Está desesperado, sobre todo porque sabe que la senadora Kamala Harris lo atacará a fondo. Y que es muy posible que salve la maldición de las anteriores candidatas a la vicepresidencia. Como fue el caso de Geraldine Ferraro, la primera mujer candidata al puesto como compañera de fórmula de Walter Mondale por el PD que cosechó un rotundo fracaso ante el republicano Ronald Reagan. En 2008, la conservadora Sarah Palin fue elegida como compañera de John McCain. Su fichaje fue muy controvertido ya que muchos consideraron que Palin –ex reina de la belleza–, no estaba preparada para el cargo. Los republicanos perdieron. Kamala Harris es la tercera mujer que aspira al cargo.

Hija de padre jamaicano y de madre nacida en la India –ambos universitarios e investigadores de alto nivel–, Kamala Devi Harris (Oakland, California, 20 de octubre de 1964), creció en una familia popular, pero que logró desarrollar una carrera profesional digna de admirar, aunque sus padres se divorciaron cuando era niña. En muchos sentidos, la historia de Kamala es representativa del deslucido “sueño americano”. Dadas las circunstancias políticas, la candidata a la vicepresidencia estadounidense es un buen complemento para el abanderado demócrata. Su primera ventaja es ser mujer. El contraste con el actual vicepresidente republicano, Mike Pence, es evidente. Además, es hija de inmigrantes, lo que la aleja del ideal que aspira el votante republicano, más conservador y religioso.

A diferencia de lo que hubiera resultado con otra candidata demócrata a la vicepresidencia, como Elizabeth Warren, la senadora Harris cuenta con habilidades más que comprobadas en oratoria y argumentación. Tiene la formación suficiente para construir su discurso de manera sólida. De tal suerte, la selección de Biden se sostiene con la capacidad de lograr una compañera capaz de construir un discurso creíble, frontal y persuasivo. Más allá de su currículum vitae, el abanderado demócrata contará con una mujer moderna que le abrirá nuevos espacios entre el voto de inmigrantes, el voto femenino y el voto afroamericano.

La carrera jurídica de Kamala Harris tiene cimientos firmes: después de graduarse en la Universidad Howard y en el Casting College of The Law de la Universidad de California, en la década de 1990 laboró en la Oficina de la Fiscalía de distrito de San Francisco y en la Oficina del fiscal de la misma ciudad. En 2004 fue elegida la séptima fiscal de distrito de San Francisco, y en 2011 fue elegida como trigésima segunda fiscal general de California, puesto que desempeñó hasta 2017. Y, el 21 de enero de 2019 anunció su campaña para postularse a la nominación demócrata a presidenta de EUA que sería elegida en las elecciones del mes de noviembre próximo. En marzo del año en curso cedió los trastos a Joe Biden y, el 11 de agosto éste anunció que Harris le acompañaría en la boleta electoral como candidata a la vicepresidencia.

El 8 de noviembre de 2016, Kamala Devi derrotó a Loretta Sánchez en las elecciones al Senado para suceder a la saliente senadora Bárbara Bóxer, convirtiéndose en la tercera mujer senadora californiana y la primera de ascendencia jamaiquina e India. Sus principales actividades como senadora se centraron en apoyar la atención médica de pagador único, la legalización de la mariguana a nivel nacional, la protección municipal para los inmigrantes indocumentados, la ley DREAM, la reducción de impuestos para las clases media y trabajadora, así como el aumento de impuestos a las grandes corporaciones y al 1 por ciento más rico de la sociedad.

El padre de Kamala, Donald Harris (1935) es profesor, emérito, de economía de la Universidad de Stanford. Emigró de Jamaica en 1961 para cursar estudios de postgrado en economía en la Universidad de California en Berkeley. La madre, Shymala Gopalan Harris, ya fallecida, fue una científica especialista en cáncer de mama que emigró a EUA desde Madrás (hoy Chennai, India) en 1960. Orgullosa de sus orígenes, a sus hijas les dio nombres sáncritos (Kamala, la mayor, significa flor de loto, símbolo muy importante en la cultura India: “el loto crece bajo el agua, la flor sale a la superficie, mientras las raíces quedan firmemente plantadas en el fondo del río”, así lo explica la ex fiscal general de California, en su libro The Truths We Hold: An American Journey (Las verdades que sostenemos: un viaje estadounidense), y Maya, la menor), para preservar su identidad cultural.

La diversidad cultural que lleva en la sangre Kamala, apoya a la firmeza de carácter de la senadora Harris y muy bien plantados los pies sobre la tierra, algo que demostró en más de una ocasión como jefa de los fiscales en su estado natal, California. Carácter que parece desorientar al presidente Donald Trump, que en más de una ocasión la ha calificado como “nasty”, que puede traducirse como “desagradable” pero que también significa: horrible, asquerosa o repugnante, términos que suele utilizar el magnate cuando se refiere a las mujeres.

Donald Trump resintió la nominación de la senadora Harris a la vicepresidencia de EUA en la fórmula con Joe Biden, porque ella se opuso a la nominación de Brett Kavanaugh como juez de la Corte Suprema por las acusaciones de carácter sexual en su contra. El presidente apoyaba al acusado, quien finalmente llegó al máximo tribunal. Pero el magnate no “olvidó” a Kamala. De último momento, Trump respalda los argumentos de John Eastman, un profesor de derecho de la Universidad de Chapman, California, en un artículo en el que asegura que la senadora Harris “no es estadounidense” porque sus padres eran extranjeros y visitantes temporales en 1964 cuando Kamala nació. Otro invento de Trump, que hizo algo similar con el presidente Barack Obama asegurando que no había nacido en territorio estadounidense.

Los argumentos de Eastman y de Trump son falsos. Según la Décima Cuarta Enmienda de la Constitución de EUA, todas las personas nacidas en territorio estadounidense adquieren inmediatamente la nacionalidad, independientemente del origen de sus padres. Este incidente y otras que se presentarán de ahora en adelante solo demuestran la desesperación de Trump que presiente que podría ser presidente de un solo periodo. Kamala, némesis de Donald Trump. VALE.