Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace,
 pero el hecho sigue siendo un hecho

Isaac Asimov.

 

Don Efraín González Luna, uno de los humanistas mexicanos más sólidos, de un pensamiento preclaro, precisó, contundente, adelantado a su tiempo, expresaba en uno de sus discursos:

“Yo creo, sinceramente, que existe un estado psicológico que merecería tal vez el nombre de “neurosis de la escaramuza”, un estado psicológico en virtud del cual los actores del primer plano, las figuras más inmediatas ofrecidas a la visión, son deformadas y abultadas en condiciones tales que el interés vital de la acción a fondo se abandona y se pierde por atender lo inmediato”.

Traigo a colación su pensamiento porque en la etapa que estamos viviendo en México es muy necesario tomar referentes que nos permitan analizar la realidad y sobre ella tomar decisiones en lo individual, personal y colectivo.

Pienso que mayor responsabilidad tienen quienes representan formalmente comunidades establecidas con responsabilidades colectivas: empresarios, sociedad civil organizada, partidos políticos, pero sobre todo quienes gobiernan desde los diversos poderes o espacios públicos.

En la multiplicidad de problemas, crisis y pendientes por resolver, debemos de vislumbrar de manera integral esa realidad y la forma de abordarla para la solución más certera posible.

Por acción u omisión el discurso de este gobierno se ha dirigido a desviar la atención de los principales males que nos aquejan como nación.

Rebasar la cifra de 60 mil muertes, producto de la pandemia de coronavirus, según las cifras del gobierno, mismas que han sido cuestionadas por expertos que exponen con argumentos muy sólidos, que las proyecciones oficiales son superadas tres a uno.

Tal cantidad de fallecimientos, se suman a erradas estrategias en materia de salud, que han generado más contagiados. Desafortunadamente, no vemos el aplanamiento de la curva, por el contrario, los casos de contagios y muertes siguen aumentando.

Pero este no es el único problema que tenemos, a este se suma la crisis económica, de seguridad, de corrupción, errores, caprichos y malas decisiones del gobierno federal, situación que nos lleva por senderos que cada día agravan la vida cotidiana.

En tanto, el gobierno genera distractores para tratar de ocultar la realidad, prefiere hablar del avión presidencial, de la rifa, de que todo está bien y que ya no hay corrupción.

Discurso con el que muchos dirigentes partidistas, líderes sociales y políticos se enganchan, centrándose en el tema que impone en los medios, volcándose a la reacción como si fuera la única problemática.

Así sucede una y otra vez, el ejecutivo federal marca el tema y la reacción es inmediata, como lo expresa González Luna, se vuelcan a resolver lo inmediato olvidándose de lo más trascendente, de lo importante de las acciones de fondo.

Por supuesto que se debe responder, reaccionar a las infamias gubernamentales, pero esto no debe ser como única acción, pues los temas más importantes no deben dejar de mencionarse, exigiendo que sean resueltos, evidenciando sus errores, demandando sus acciones corruptas, totalitarias, contrarias a la ley, sin perder el foco de la realidad integral y la responsabilidad con todos los temas que aquejan al país.

Estemos alerta porque la guerra sucia, que desde el interior del gobierno federal implementan, apenas empezó, ya que está empeñado en mantenerse en el poder a costa de lo que sea.

Retomando el pensamiento de Efraín González Luna, sugiero que tomemos en cuenta su recomendación para controlar “la neurosis de la escaramuza”:

“Superemos esa posición. Tengamos la serenidad bastante para apartar el episodio del momento, efímero, circunstancial, para ver más hacia adentro, más hacia el fondo y hacia arriba”.

 

@perezcuevasmx

perezcuevasmx@gmail.com