Si hay algo que es seguro en esta época de pandemia y crisis económica, es que nada es seguro. Si bien hay una proliferación de vacunas que se trabajaron en tiempo récord, las dudas acerca de su efectividad también se han hecho presentes y ya hay quien las rechaza, a pesar de ser la vía para que volvamos a eso que tanto añoramos, la normalidad.

Y hablando de normalidad, muchos se cuestionan si lo que desea es volver a estar como antes del inicio de la pandemia, con todo lo que eso significa, o si lo que llamamos normalidad implicará una nueva dinámica social en la que la cercanía con nuestros semejantes será algo que se evite para que no haya lugar a enfermedades y la salud dominará sobre todo, incluso algunas libertades.

Y pensando en el virus, tampoco hay certeza que el que actualmente asuela gran parte del mundo será el primero o el único al que la humanidad deba enfrentar. La posibilidad de que un virus que se origine en cualquier rincón del mundo provoque una nueva pandemia seguirá latente, al igual que la posibilidad de rebrotes y nuevas enfermedades.

Quizá esto sea materia más para un escritor de ciencia ficción, pero el futuro se pinta de incertidumbre y la normalidad no será la que anhelamos y los riesgos en forma de un nuevo virus serán parte de nuestras vidas de ahora en adelante.