Han transcurrido dos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, 2 años perdidos, en donde la corrupción, el desempleo, la pobreza, el desabasto de medicamentos, la inseguridad y violencia son la noticia constante.

Las cifras son alarmantes, en nuestro país 81 personas son asesinadas al día, tan solo agosto fue el segundo mes más violento en lo que va del año al acumular 2,524 víctimas de homicidio doloso.

El presidente de la República no solo se queda cruzado de brazos, también miente cínicamente. Los feminicidios no han disminuido, las cifras ahí están claras como el agua. De noviembre de 2018 a julio de 2020 hay un aumento de 8.96 por ciento, en promedio se cometen 78 feminicidios al mes, evidentemente no están a la baja, al contrario.

A pesar de que el país se consume en manos de los delincuentes, el titular del Ejecutivo Federal ha optado por regañarlos en las mañaneras en lugar de emprender una estrategia de seguridad eficaz.

Ahora, si hablamos de oportunidades, el panorama no es nada alentador. De acuerdo con las cifras oficiales se han perdido más de 12 millones de empleos.

Además, de acuerdo con el CONEVAL, el número de pobres en México fue de 52.4 millones en 2018, sin embargo, se pronostica que esa cifra pueda aumentar en 4.8 millones más por la crisis mundial de Covid-19.

No obstante, el Gobierno federal y MORENA decidieron darles la espalda a millones de mexicanos. Dijeron no al Ingreso Básico Universal para ayudar a las familias mexicanas en esta crisis y por si fuera poco dejaron a su suerte a las micro, pequeñas y medianas empresas, provocando un panorama más convulso para la economía del país.

Al primer mandatario no le importa la salud de las y los mexicanos, es insensible ante el dolor de más de 60 mil familias que perdieron a sus seres queridos a causa del Covid-19, nunca acató las recomendaciones de salud, ni las más sencillas como portar el cubrebocas.

Ante el segundo informe de gobierno del presidente López Obrador, el pueblo no está “feliz, feliz” y por supuesto que a nadie le cayó “como anillo al dedo” la pandemia. Es urgente que el gobierno en turno recalcule su fallida estrategia y ponga en marcha un plan no sólo por un mejor porvenir sino para solucionar el socavón que ha dejado.