Entrevista con Mario Mata Carrasco, diputado federal

Los agricultores de Chihuahua tienen muy claro que sin agua sus cultivos no se podrán dar. Por ser una región que depende del agua, se ha tenido que tecnificar buena parte de los campos productores, pues no pueden depender del agua producida por las lluvias, lo que también los ha llevado a planear la manera de tenerla disponible gracias a un sistema de presas.

Esto también ha provocado que los cultivos se planeen considerando el vital líquido, por lo que se considera la disponibilidad de éste para la producción de cosechas que requieren más o menos agua.

Así había venido haciendo sin mayor problema que los que se provocan por algunas sequías que se han presentado, pero teniendo la posibilidad de recuperarse en el siguiente ciclo agrícola.

Pero este año todo cambió. La decisión de tomar agua de las presas para pagar el Tratado Internacional de Aguas puso en pie de lucha a los agricultores y desató uno de los mayores conflictos de los que se tenga memoria.

Y es que el conflicto por el agua en dicha entidad es algo que no se había presentado en el pasado, a pesar de sequías o de la falta de cumplimiento en el acuerdo que hoy se presenta como el motivo para recurrir al agua de las presas chihuahuenses.

La razón de las protestas, sintetiza para Siempre Raymundo Soto, ejidatario del municipio de Rosales, es simple: “se están llevando el agua ahorrada para iniciar el siguiente ciclo 2021”.

De acuerdo al diputado federal Mario Mata Carrasco, para resolver este problema se necesita voluntad política, “algo que ahorita no hay, eso es muy malo para una gobernanza del agua pues se olvidan de los criterios técnicos. Si se revisa las declaraciones del presidente, pues no ha dado un solo dato técnico, se va a los ataques hacia los actores que estamos en este momento, hacia lo personal, hacia la filiación política, como si ser funcionario de gobierno nos eximiera de las responsabilidades con el pueblo, yo le digo que politizar este tema es de quien no quiere resolver”.

Mario Mata Carrasco

El inicio del conflicto

A pesar de que el Tratado de Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos, firmado el 3 de febrero de 1944, “específica que la contabilidad en la

entrega de agua a los Estados Unidos se lleva por ciclos de cinco años consecutivos y, en caso de sequía extraordinaria, los faltantes que hubieren se reponen en el ciclo siguiente” –de acuerdo a un documento de la Semarnat que aborda la problemática de la sequía–, en la presente administración federal se decidió tomar el líquido del sistema de presas de Chihuahua para cumplir con el compromiso.

Raymundo Soto explica que las presas estatales –Boquilla, Las Vírgenes, el Granero y otras– que son nacionales, se utilizan para la producción agrícola de varios municipios de la entidad, pero que, de acuerdo al Tratado, la compensación de agua a Estados Unidos proviene de las presas internacionales.

“De las presas nacionales se toma los escurrimientos y demasías, pero el agua en las presas nacionales es agua concesionada. Por la complicación que se ha venido dando, las presas no se cerraban y se tenían tres cultivos”, pero que por la situación se cambió el esquema y, ahora, las presas se cierran varios meses al año, con lo que sólo se siembra un solo ciclo.

“Necesitamos tener agua almacenada, y esa agua la debemos tener del ciclo anterior, tal vez de las lluvias, si cerramos el ciclo con las presas vacías ya no podemos sembrar”.

Ese es el riesgo que se vive hoy ante la utilización de las presas para el pago del Tratado y lo que ha detonado el conflicto que se vive en el norte del país.

Soto recuerda que durante 75 años se ha pagado el Tratado y no ha habido problema, ni se ha necesitado del agua almacenada en las presas, pero que en 2020 se tomó la decisión de vaciarlas para cumplir con el acuerdo, lo que dejaría a los agricultores sin agua para el siguiente ciclo, considerando que la lluvia ha sido escasa en la entidad.

“Ya vaciaron El Granero, las Vírgenes ya la vaciaron y lo quieren hacer con la Boquilla, es una impotencia”, añade Raymundo Soto.

Mala administración

Otra faceta de este problema tiene que ver con la manera en que se cambió el enfoque en el manejo de las presas por parte de Conagua.

“Ha habido una mala administración del agua y por primera vez en toda historia del Tratado, se han abierto las presas agrícolas para algo diferente que no sea el riego, también por primera vez se han afectado las concesiones de los agricultores de Chihuahua”, relata para este medio el diputado Mario Mata, quien adicionalmente recuerda que en un punto de acuerdo que presentó, y a pregunta expresa, Conagua contestó que nunca se han abierto las presas, ni afectado las concesiones.

“Con eso nos quedamos tranquilos, pero en noviembre del año pasado abren la presa el Granero, extraen 130 millones de metros cúbicos, pero sobre todo manejan información muy opaca de cuanto se entrega a Estados Unidos”, señala, para agregar que “no se nos puede acusar de que haya un mal manejo del pago de Tratado anteriormente”.

El legislador también señala que hay presiones políticas por parte de Tamaulipas, que también reclama agua de los ríos que se ubican en la frontera, “es algo injusto para Chihuahua, si al estado se le impusiera únicamente la obligación de pagar a Estados Unidos nunca tuviéramos problemas, el problema es que al decir que las dos terceras partes del agua es para México, pareciera que Chihuahua no es México, que nomás tiene que aportar, es la realidad, no ha recibido nada como un pago de esa entrega, ni siquiera de inversión hidroagrícola, nos hace falta un par de presas para guardar agua”.

El contexto

De acuerdo a Mario Mata Carrasco, el uso de agua en la entidad para labores agrícolas se ve afectada por varios factores, lo que ha provocado que los agricultores tomen medidas para garantizar el abasto.

“Hay varios factores. El cambio climático, llueve menos; una reconversión de cultivos, aunque la gente de Chihuahua en lo años 90 al ver que era cada vez más difícil cumplir con los compromisos, quitaron un cultivo –antes había dos–, esto en 700 millones de metros cúbicos que se devolvieron a Conagua, así antes se sembraba soya, trigo, que consumían mucha agua; además, hay extracciones ilegales, tanto en pozos como en agua robada, y quien puede combatirlo es precisamente Conagua”.

Mata Carrasco advierte que, en lugar de combatir el robo de agua, “toman el camino fácil de abrir las presas y la militarización del sistema hidroagrícola de Chihuahua, lo cual no se había visto nunca en la historia de México”.

Y sobre el despliegue militar que se dio y que generó varios videos que se difundieron en redes sociales, comentó que se trata de una exageración.

“Estamos ante un gobierno que tiene otra filosofía de gobernar, de establecer sus planes a través del tolete y el fusil”, además de recordar el incidente en donde perdió la vida Yessica Silva, “la última versión fue que era un enfrentamiento, pero no es cierto, fue una ejecución por parte de la Guardia Nacional en eventos distintos a la protesta, con 6 horas de diferencia, no sé por qué, desconozco los motivos y los disparos son por la espalda, cómo se justifica eso”.

La posición de Conagua

Por su parte, la Comisión Nacional de Agua (Conagua) señaló en un comunicado que los datos que se han dado a conocer, la mayoría de parte del gobierno estatal, no son reales, “es incorrecto que Chihuahua haya aportado 68 por ciento del volumen que nuestro país entrega para el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944”, además de precisar que “se debe recordar es que el río Conchos presenta un retraso en su aportación y por ello no se ha cumplido con el Tratado” y que “señalaron que de las presas ‘Las Vírgenes’ y ‘El Granero’ se extraen 20 y 22 m3/s, respectivamente. Ambos datos son correctos, pero no dicen que fueron acordados con el gobierno estatal”.

Finalmente, invita al gobierno estatal “a no difundir información imprecisa que puede confundir a la población”.

@AReyesVigueras