Parece broma, pero no lo es. En Australia, la aerolínea Qantas ofreció un vuelo panorámico de 7 horas que despegó y aterrizó en el mismo aeropuerto y cuyos boletos se agotaron en 10 minutos.

La idea de la línea aérea fue ofrecer un recorrido por algunas zonas de interés, como la gran barrera de coral, a baja altura y con la comodidad de ir en una nave de última generación.

Y es que se trata de una tendencia que algunas líneas están impulsando en Asia, en donde los pasajeros pueden apreciar desde el aire un sinnúmero de atractivos en una región del mundo en donde éstos abundan, saliendo y regresando al punto de origen, además del atractivo de que los vuelos se denominan “a ninguna parte”.

La pandemia y el encierro obligatorio han generado este tipo de fenómenos que ayudan a que la población pueda salir, con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de sus casas y visitar otros sitios, a la vez que las aerolíneas recuperan algo de dinero luego de un año que ha llevado a varias de ellas al borde de la bancarrota.

También es una muestra de creatividad y de cómo las necesidades de empresas y de la gente se puede combinar para ofrecer algo llamativo en esta época de Covid-19.