La manía de visitar el pasado reciente

Primero que nada, tratemos de entender que el mundo estaba sumido en una economía donde era creciente la preponderancia de los gobiernos en todo tipo de actividades.

A finales de los años 70 comenzó a destacar una propuesta para nada novedosa, pero que algunos países comenzaron a impulsar como original: menos gobiernos y más ciudadanos. O en el caso de la economía, menos gobiernos, menos impuestos, más empresas y libertad de mercados.

Dos ventajas le encuentro a aquel momento histórico: Se propició la mayor apertura, el menor proteccionismo de las naciones, -—por un lado—; se estimuló la creatividad y la innovación, -—por el otro—. Nada como gobiernos delgados, todo para la libre empresa.

Un contra surgió con el tiempo: El mercantilismo excesivo, que se acompañó de un perverso contubernio entre individuos del empresariado y de los gobiernos locales y federales. Una corrupción en despoblado que dio al traste con las ventajas del neoliberalismo.

Milton Friedman, la escuela de Chicago y la híperlibertad de mercados. Hasta los conservadores de la escuela de Austria levantaron la ceja ante tan audaz descaro.

Pero bueno hubo países como el Chile de Pinochet, la Gran Bretaña de Margaret Thatcher, o los EE. UU. de Ronald Reagan, donde esa súper libertad de mercados fue un éxito total…, aunque como todo en esta vida, acaso temporal. Terminó todo lo bueno prostituido por las deformaciones y corrupciones del dinero. El espíritu social del individuo en armonía con sus congéneres, fue más que neutralizado por la avaricia del individuo en concubinato con otros personajes dispuestos a todo por el peculio mal habido.

Además, Wall Street terminó imponiéndose a Main Street.

Si algo aprendimos de ese neoliberalismo salvaje, es que, como todo en la vida, “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no le alumbre”.

 

¿Y México?

México comenzó a ver con interés la llegada a Occidente de este “nuevo modelo económico”, máxime que se agotó nuestro modelo estatista populista demagógico impulsado en la docena trágica por Echeverría y López Portillo, por cierto, que también cargado de corrupciones derivadas de sus propias vertientes.

Nuestro primer paso para la incorporación a este “nuevo modelo”, fue el ingreso de nuestro país al GATT, hoy la OMC. Imagine usted si es millennial las controversias que provocó esa decisión, en una cultura del cerrazón y aislacionismo totales. De ahí para el real lo demás es todo historia que la puede explicar mejor que nadie su Alteza Serenísima, Don Andrés Manuel López Obrador, el sabio.

Al final de cuentas surgió una realidad imposible de negar, y que ahora es sinónimo de traición: El neoliberalismo, que no fue sino el exceso del modelo friedmaniano y de la escuela de Chicago: La alianza, muchas veces en contubernio del sector privado con los gobernantes nacionales, para hacer algunos negocios nauseabundos en lo oscurito.

La 4T demuestra cada día más, que es digna aprendiz de ese modelo hoy tan censurado por boca del tlatoani supremo.

 

Alternativas

Esos excesos para nada implican que el capitalismo esté muerto, ni tampoco que la libertad de mercados y la competencia son herramientas en extremo poderosas para crear riqueza y bienestar. Riqueza individual, sí, pero también riqueza social y movilidad poblacional.

Ahí es donde el nuevo capitalismo surge para impulsar el desarrollo del conjunto humano, a más del individual. Si existe el Socialismo del Siglo XXI, también hay Capitalismo del Siglo XXI.

 

¿Capitalismo Siglo XXI?

Es Adam Smith, David Ricardo, von Mises, Hayek, sin dejar atrás a la CEPAL, a la Universidad de Michigan, a los economistas indios de la India, de Gran Bretaña y de EEUU; a nuevos premios Nobel que merecen doble laurel, como en 2020 Banerjee, Duflo, Kremer y sus estudios extraordinarios sobre la reducción de la pobreza; por supuesto tenemos que volver a estudiar a J.M. Keynes, y repasar con gran respeto a Carlos Marx.

Junte a todos ellos y más que se me escapan, —ambientalistas, geógrafos, urbanistas, matemáticos, y otros científicos maravillosos que ha dado el mundo del progreso, con nuevos enfoques para este siglo—, ellos y más todos impulsores y desarrolladores de las nuevas tecnologías y hasta donde vamos, astrónomos, pero también los creadores y continuadores de la carrera espacial, los grandes visionarios.

La suma de todos los anteriores da por resultado una definición empírica de El Nuevo Capitalismo del Siglo XXI, que como firmó desde el año pasado la Business Roundtable de EEUU, así como muchos de los más importantes Fondos de Inversión Globales: Este nuevo Capitalismo significa pensar en el respeto absoluto a todas las libertades de los individuos, pero reconocer la gran responsabilidad de cada empresario, inversionista, capitalista, con sus Stakeholders, – empleados, socios y proveedores, vecinos, comunidades, vecindades, ciudades, regiones y países; con el ecosistema, con la naturaleza, con el planeta, con el combate al cambio climático desde ya, no en veinte años. Es detener en seco la producción de contaminantes, sin pensar en la utilidad económica, sino en su sustitución por nuevos medios rentables en términos ambientales, sociales y corporativos.

Es la coordinación con ONGs, con la sociedad civil, y por supuesto con los gobiernos, con los que habrá que plantear una nueva relación en pos del progreso de las libertades, de los individuos, de las sociedades, del planeta.

El Capitalismo del Siglo XXI piensa en sus accionistas, sí (Shareholders), pero sin descuidar un solo instante a los Stakeholders.

 

El Capitalismo del Siglo XXI imposible que sea aceptado por la 4T

Primero, porque ahora sus integrantes también están urgidos de corromperse, bajo la bandera de ser los verdaderos representantes del pueblo bueno y sabio.

Segundo, porque implica respetar como nunca las libertades individuales y con ellas la democracia liberal, antítesis del eje demagógico –populista– totalitarista, que practican con alegría profunda la corrupción y deformaciones de los anteriores.

Ahora los nuevos procuran encarnarse en semi deidades modernas, que so pretexto de su pureza teo-filosófica, de la falsa esperanza que fundan en los pueblos ansiosos de creer, se cobran para sí mismos el poder y la corrupción que merecen; lo que les fue negado durante muchos años.

Por último, tampoco aceptarán ese Capitalismo XXI, cuando la visión progresista de ellos es regresiva y revisionista: “Mi grandeza será la nueva reinterpretación del pasado”.

¿Le suena? Si no nos movemos desde ya, estos “nuevos” nos van a proyectar al pasado que ya no corresponde a lo que nuestro México y todos sus habitantes merecen para este nuevo siglo, el XXI.

 

Signos de Vida del Capitalismo XXI

Redacto uno solo pero contundente: Las grandes empresas petroleras exitosas, me refiero a corporativos como BP, Shell, Exxon-Mobil, ya redefiniéndose rumbo a Empresas Energéticas; ya no más petroleras. Lo anterior significa la sustitución esta misma década de sus productos contaminantes y nocivos, por productos limpios. Energía de transición como el gas natural, rumbo a las energías limpias como la eólica, solar, maremotriz, geotérmica. Además, las bioenergías como el aprovechamiento de algas marinas, la basura (por qué no), hasta llegar a la energía de hidrógeno. El uso del hidrógeno es ya. No en 100 años.

En EE. UU. la empresa de camiones de carga compactos Nikola busca un acuerdo con BP PLC para la construcción de estaciones de recarga de hidrógeno. Así como hoy acudimos a las gasolineras con nuestros automóviles, así más pronto de lo que se imagina habrá una amplia oferta de electrolineras e hidrogenolineras. Imparable, claro está, la participación de la IP en estos desarrollos.

Otro ejemplo: Las grandes empresas armadoras de automóviles y camiones como VW, BMW, Mercedes Benz, GM, las japonesas, ven como meta el 2035 para reconvertir sus unidades en vehículos eléctricos y de hidrógeno. Ya ni siquiera se piensa en motores híbridos.

Por contra a más de Pemex, CFE y la propia SENER, incluyo en la lista de proyectos inmorales de la 4T al ahora deforme Conacyt y su directora vendida, que con terror somos testigos de su rechazo a las biotecnologías. Por algo será. ¿Por qué cree usted amigo lector?

Mientras que unos voltean al pasado y sueñan con el monopolio de hidrocarburos, otros ya van por el hidrógeno o la explotación de minerales en el espacio.

De seguir con la histeria 4T, México se quedará sola a nivel mundial; tal vez acompañado por naciones como Venezuela, Cuba, Rusia, Turquía o Afganistán.

 

El Siglo XXI es para crear, innovar, explotar tecnologías

En pleno siglo XXI la filosofía seguirá siendo fundamental para el pensamiento humano. La discusión, el diálogo entre seres humanos también.

El siglo XXI es del aprovechamiento más que de los recursos de la naturaleza, de las tecnologías múltiples para nuestro desarrollo, del convencimiento social de que tenemos que ser sustentables y pro-ecológicos, para nosotros, para nuestro entorno (por ej. Urbanismo) y para nuestro planeta.

Tendremos que unirnos y aprovechar el pensamiento humano, con las ciencias y tecnologías conocidas y las nuevas que depare esta nueva etapa de procesos, retos y descubrimientos, para beneficiar a las sociedades, para transitar de la civilización de las reacciones y resiliencias, hacia una nueva sociedad con retos y aciertos que a México y sus habitantes, a Norteamérica, al mundo entero, nos conducirá hacia una nueva realidad. Así sea.

 

Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos e impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor. Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno.