Los hombres sin mérito pueden ser ricos,
pero el mérito sólo puede ser célebre.
Isócrates
Este 4 de octubre una de las instituciones culturales más relevantes de nuestra ciudad cumplirá 40 años garantizando el derecho de acceso a la cultura a través de la recreación contemporánea del trueque que originó el Tianguis Cultural de El Chopo.
Al amparo de una corriente innovadora de los espacios culturales dependientes de nuestra Universidad Nacional, el extraordinario edificio construido en ocasión de la Feria Internacional de Dusseldorf en 1903 fue adquirido por la Compañía Mexicana de Ferias y montado nuevamente en un solar ubicado en la aristocrática colonia Santa María, en 1909.
El espectacular inmueble atrajo la atención de la legación japonesa para exhibir ahí su patrimonio cultural e industrial durante la feria organizada en ocasión del Centenario de la Independencia: el 2 de septiembre de ese año el presidente Díaz inauguró con toda pompa y protocolo el “Pabellón Japonés” que el imperio del Sol Naciente ofreció a México como parte de los festejos.
En diciembre de 1913, bajo el golpista Victoriano Huerta, el inmueble se destinó para albergar la colección de fósiles que conformaron el Museo de Historia Natural, vocación que mantuvo hasta fines de los sesenta del pasado siglo; en 1929 ya había sido donado a la UNAM.
Por decisión del presidente López Mateos, la Nación recuperó el patrimonio museográfico de El Chopo a fin de exhibirlo en las nuevas instalaciones que para tal efecto se construyeron en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, en donde se exhibe en la actualidad, en tanto el edificio se destinó a la división de asuntos culturales de la UNAM, recreando el emblemático edificio para tales fines.
Fue así como bajo la dirección de la escritora poblana Ángeles Mastretta, el promotor cultural Jorge Pantoja propuso rehabilitar el espacio como tianguis de trueque de discos de vinilo, decantándose espontáneamente el proceso a favor del rock contemporáneo y de músicas autóctonas latinoamericanas y de protesta.
Fue tal el éxito del innovador planteamiento que en torno a él las calles aledañas empezaron a ser escenario de procesos de intercambio de fanzines, libros y de diversos productos buscados por los jóvenes capitalinos; así El Tianguis de El Chopo transformó radicalmente la vida del espacio público y del centro cultural en una época retrógrada en la que la criminalización juvenil era el deporte favorito de la sociedad adulta.
Ello llevó a su salida del inmueble, a su expulsión de la Santa María, a su reubicación en diversos espacios hasta que en 2003, ante la embestida foxista en su contra para construir la Mega Biblioteca José Vasconcelos, la delegación Cuauhtémoc le otorgó a dicha demarcación el primer reconocimiento de patrimonio cultural en la historia delegacional, lo que jurisdiccionalmente impidió su extinción por parte de los intereses del gobierno federal.
Este espacio de recreación cultural hoy es mérito de quienes a lo largo de los años han sabido vivirlo y defenderlo como una conquista cultural y social, cuyos fundadores no serán ni han sido ricos, pero, como decía Isócrates, sí han sido combativamente célebres por propio mérito.