El caso de Rosa Pérez Pérez electa para la Presidencia Municipal de Chenalhó, Chis. en el período 2015-2018, es una muestra palpable de que, si bien hemos avanzado en el reconocimiento de los Derechos Políticos de la Mujer Mexicana, también lo es que su aterrizaje sustantivo, todavía tiene mucho camino por recorrer.

Hace 67 años se promulgó el Decreto en el que el Presidente Adolfo Ruiz Cortines adicionó al artículo 34 Constitucional, en el que se reconoció a las mujeres la calidad de ciudadanas mexicanas, y con ello la posibilidad de gozar de las prerrogativas de los ciudadanos, entre otras, la de votar y ser votadas para cargos de elección popular.

A partir de entonces, no obstante que se han reformado y adicionado numerosas leyes, establecido diversas acciones positivas para lograr la paridad de género en materia de elecciones para cargos públicos, lo cierto es que no ha sido fácil para la mujer mexicana lograr esta igualdad sustantiva, pero todavía a sido más difícil para las mujeres indígenas, en cuyas comunidades los usos y costumbres son más restrictivos de la participación de la mujer.

Sin embargo, la actuación determinante en el reconocimiento de estos derechos, por parte de la Suprema Corte, y el Tribunal Electoral del PJF, en multiples sentencias, han construido una doctrina constitucional, que hace posible, cada vez más, la efectiva participación política de las mujeres.

Para muestra un botón, traigo a la memoria el caso de Rosa Pérez Pérez, mujer indígena originaria de la comunidad de Chenalhó, Chiapas, quien en el proceso electoral que inició el 7 de octubre de 2014, para la renovación de los Ayuntamientos, fue postulada por un partido político para ocupar la presidencia municipal.

El 19 de julio de 2015 se llevó a cabo la jornada electoral y el 22 siguiente se realizó el cómputo respectivo, en el cual la planilla de Rosa resultó ganadora. Consecuentemente, la autoridad electoral reconoció su triunfo e hizo entrega de la constancia de mayoría correspondiente.

El primero de octubre siguiente Rosa protestó el cargo como la primer mujer en la historia de su comunidad en ocupar la presidencia municipal.

En los primeros días del mes de abril de 2016, a escasos 6 meses de haber tomado posesión del encargo, un grupo disidente simpatizante del partido político que quedó en segundo lugar en las elecciones, encabezado por el Síndico Municipal de su propia planilla, efectuó varios actos en los que tomaron espacios públicos, vías de comunicación, negocios privados y atentaron contra la integridad de las personas que la respaldaban.

El 13 de abril siguiente Rosa fue obligada a firmar un escrito dirigido al Congreso del Estado, en el que solicitaba licencia indefinida en el cargo y renunciaba a su derecho a promover cualquier medio de defensa.

En esa misma fecha Rosa dirigió un escrito al Gobernador del Estado y a diversas autoridades estatales comunicándoles que había sido obligada bajo coacción a firmar un documento en el que la comprometían a presentar su renuncia irrevocable al cargo que por elección popular había ganado, documento que no conocía en su integridad. Además afirmó que no presentaría renuncia alguna.

El 28 de abril Rosa convocó a una sesión extraordinaria al Cabildo para informar sobre la situación que guardaba el conflicto político encabezado en su contra por el Síndico Municipal; dio cuenta con una serie de disturbios organizados con el fin de generar un ambiente de inestabilidad y demandar su destitución; así como, el hecho de que la forzaron a firmar un documento en el que la obligaron a pedir licencia indefinida en el cargo.

También dio cuenta con los argumentos aducidos por el Síndico en el sentido de que las razones del descontento eran que en el período que llevaba la administración de Rosa no se habían ejecutado obras, lo cual fue desmentido por ella, con una relación de obras y lugares en los que éstas se verificaron.

Rosa afirmó que el verdadero motivo de este movimiento es que una mujer no puede gobernar la comunidad, no obstante que haya sido elegida por el voto público.

El Cabildo acordó dar su respaldo a Rosa y exhortar al Síndico a abandonar el movimiento y regresar al trabajo.

El 25 de mayo los disidentes retuvieron y secuestraron al Presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado y a otro Diputado, a quienes trasladaron a Chenalhó y amenazaron a Rosa con quemarlos vivos, si ella no presentaba su renuncia a la Presidencia Municipal.

En esa misma fecha a las 23:00 hs. Rosa se reunió con diversas autoridades del Estado, quienes le exigieron su renuncia o licencia definitiva al cargo, para lograr la liberación de los Diputados retenidos. Ante esta presión, se vio obligada a renunciar y el Congreso del Estado nombró en su lugar al Síndico disidente.

Rosa no claudicó y con la ley en la mano, agotó los medios de defensa procedentes. Su recompena fue que 9 meses despues, pudo recuperar la Presidencia Municipal, gracias a la resolución del TEPJF en la que hizo respetar el voto ciudadano que la eligió; los derechos de una funcionaria que coactivamente fueron violentados y obligó a las autoridades Estatales al restablecimiento de su cargo, con la seguridad necesaria.

El Tribunal consideró que es una conducta discriminatoria prohibida por nuestra Carta Magna, obligar a Rosa, por el simple hecho de ser mujer, a privarla del ejercicio del encargo que obtuvo lícitamente en los comisios municipales.

Tuve el gusto de entrevistarla en el programa “Más que una Historia” en el Canal del PJF, ahora “Justicia TV”. Fue muy interesante conocer la vida de una mujer indígena de lucha y esfuerzo que a los 12 años quedó huérfana de madre y se hizo cargo del cuidado de 6 hermanos menores. Contra las costumbres de su pueblo rechazó el matrimonio en diversas ocasiones y emigró a San Cristóbal de las Casas, Chis. para tener oportunidad de estudiar de manera semiescolarizada hasta la preparatoria y trabajar. Concluyó la carrera de Derecho, cursó dos maestrias e inició el doctorado y trabajó como traductora en ECOSUR. Nada de esto impidió que conociera a su esposo se casara con él y procrearan a 6 hijos. Además de atender su despacho jurídico para ayudar sobre todo a la gente de su comunidad.

En estas circunstancias, ¿les parece justo y correcto que en el ejercicio de un cargo de corta duración como el de los ayuntamientos (3 años), Rosa se haya pasado más de un tercio de su mandato haciendo valer los medios legales correspondientes para que la dejeran ejercerlo, en vez de haber ocupado ese tiempo en cumplir su cometido?

No cabe duda que el camino recorrido en el reconocimiento de los derechos políticos de las mujeres ha sido largo, pero el hecho de que una mujer indígena haya logrado ocupar una presidencia municipal, a través de en una elección, es sin duda un gran logro, un cambio radical e importante en la mentalidad de las personas que forman parte de la comunidad de Chenalhó. Pero, la aceptación por parte de grupos radicales antifeministas, todavía es un factor cultural de gran reticencia a vencer. La determinación de Rosa Pérez y la decisión del TEPJF, fueron factores fundamentales para el respeto de estos Derechos.

La autora es ministra en Retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

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