En el Estado de México se impulsa una reforma (evidentemente) por diputados locales de Morena, la cuál atenta contra la democracia participativa, ya que pretende acabar con la representación proporcional plena en los 125 municipios que conforman el Estado de México. Con esta reforma se busca quitar espacio y aplastar a las minorías políticas.
Si bien no estoy a favor de la existencia de tantos partidos políticos (no por el hecho de que representen minorías, sino porque se vuelven un negocio) y en artículos pasados lo he expresado, no es la forma de quienes detentan el poder, repriman a otras fuerzas políticas.
Con la ya famosa “austeridad” que la 4T lleva como estandarte, la cuál no ha dado resultados, buscan “ahorrar” el gasto corriente en los municipios, pero existen otras medidas más eficaces.
En 1977 se expide la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales con el objetivo de un sistema mixto de representación proporcional; esto quiere decir que se compone por candidatos de elección y de porcentaje sobre la intención del voto. Posteriormente en 1983 se reformó el artículo 115 constitucional que, entre muchas otras modificaciones, se avala la existencia de regidores de representación proporcional, con la finalidad de dar espacio a las minorías políticas y un contrapeso en cabildo.
“No necesitamos menos gobierno, necesitamos mejores servidores públicos construyendo un buen gobierno”.
La reducción de síndicos y regidores será un atraso democrático en el ámbito municipal. Los regidores que acompañarán al alcalde en turno no podrán tener una opinión o postura distinta a la del presidente municipal, porque la represalia política sería automática. Ahora que Morena se encuentra en la mayoría, busca eliminar la pluralidad y minoría política.

