Estar alerta, he ahí la vida;
yacer en la tranquilidad, he ahí la muerte.

Óscar Wilde.

Mientras en nuestro país las cosas cada vez se complican más por una crisis de salud mal operada, diversos países del mundo que hicieron mejor las cosas, lograron aplanar la curva, controlar la pandemia de coronavirus  y empezaron a retomar la nueva normalidad, y a pesar de todos los esfuerzos, lo logrado y avanzado, hoy tienen que tomar medidas drásticas para confinar nuevamente a los ciudadanos en sus casas, España, Francia y otras naciones inclusive han decretado toque de queda para hacer cumplir las disposiciones sanitarias.

Si eso está pasando en naciones de primer mundo que verdaderamente se esforzaron por controlar la crisis de salud, el escenario es catastrófico en países como el nuestro que a más de 8 meses no vemos la salida, el gobierno en ningún momento ha tenido control de los contagios y las muertes, que todos los días siguen creciendo.

A lo anterior, hay que sumar la desinformación que existe y la falta de interés de las autoridades para tomar con seriedad la pandemia, pues ha quedado demostrado que al gobierno le interesa más la lucha ideológica, política y electoral de su mal llamada cuarta transformación, la que nunca ha existido como tal y las únicas transformaciones que ha logrado son para mal.

La desaparición de los 109 fideicomisos, la cancelación de obras, el desvío de miles de millones de pesos en adjudicaciones directas amañadas con sobre costos exorbitantes, los programas de asignación directa de recursos sin padrones de beneficiarios ni reglas de operación, obras faraónicas que se inundan, afectan el medio ambiente y no cuentan con estudios técnicos, hacen que el dinero se pierda.

Mientras tanto las necesidades crecen, los empleos se pierden, la gente no encuentra donde hacerse de recursos económicos para llevar el sustento diario a casa, las escuelas ven decrecer sus listas de alumnos, y los que quedan se ven cada vez más cansados, agobiados, estresados.

Los que han permanecido en casa ya sufren las consecuencias del cambio de hábitos, rutinas y desarrollo de su vida como la venían haciendo antes de la pandemia. Que el mundo empiece a cerrar es un llamado de alerta grave que debemos considerar, allá se puede hablar de rebrote, aquí en México no hay rebrote pues el brote original aún no ha sido controlado.

Debemos empezar a actuar con mayor prudencia, es cierto que debemos acostumbrarnos a vivir con el virus, para ello hay que tomar medidas de precaución, pero no podemos caer en excesos de confianza como ya lo hacen millones de personas que están en la calle sin ningún cuidado personal ni hacia los demás.

Tomemos en consideración lo que está sucediendo, es cierto que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero tratemos de aprender de esas experiencias, más lo tenemos que hacer ante un gobierno indolente, desinteresado en las necesidades de los mexicanos, preocupados solamente por sus clientelas electorales y lo que le genere votos.

México tiene que despertar, viene la primera aduana, las elecciones intermedias de 2021, hagamos lo necesario para enderezar el rumbo. Hagamos caso de las graves señales de alerta.

@perezcuevasmx

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