Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales,
honestos, valerosos y eficientes;
si se rinden al crimen y a la 
corrupción,
están condenando al país a la 
ignominia más desesperante y atroz.

Javier Sicilia.

Transparencia internacional y Transparencia mexicana acaban de presentar un estudio sobre la corrupción transnacional y su impunidad en 47 países del mundo, entre los que se encuentran nuestra nación y por supuesto como ha sucedido en muchos de los estudios, investigaciones, análisis o temas que tienen que ver con este flagelo, cáncer institucional en los estados, México saca muy malas calificaciones y se vuelve ejemplo de lo que no debe hacerse.

En ese estudio denominado “Exportando corrupción 2020” nos muestra datos muy interesantes sobre las sanciones por la corrupción transnacional realizadas entre los años 2016 a 2019, que entre este número de países en conjunto integran el 80 por ciento de las exportaciones de todo el orbe, entre ellos, la información de Transparencia Internacional sitúa a nuestro país como un lugar en el que no se ha sancionado un solo caso por cohecho internacional.

En el mundo, el combate a la corrupción se da de distintas y diversas formas, unas eficaces, otras no pero todas tienen que ver con el compromiso de gobernantes y gobiernos, además de estructuras serias conformadas por instituciones, leyes, mecanismos, que funcionen coordinados para dar la batalla contra la corrupción en todas sus modalidades, por supuesto tiene que ver con las condiciones concretas de cada país, sustentados en el marco jurídico y su aplicación, en un auténtico Estado de Derecho, con democracias consolidadas, fuertes y estables, además cuenta mucho la participación ciudadana, pienso que sus acciones son esenciales y trascendentes, en nuestro país esa participación ha sido determinante para lograr los avances que hemos tenido, sustanciosos pero pocos y en consecuencia aún insuficientes.

Para combatir la corrupción es necesario que los países actúen de manera decidida, firme y contundente, para buscar soluciones concretas y específicas, en este estudio se refleja como un dato muy importante que de las 47 naciones analizadas solo cuatro –menos del 10 por ciento– tienen una lucha que reúne estos parámetros, a la inversa tenemos que 43 naciones no combaten decididamente a la corrupción, unas que aplican poco las normas y las demás que de plano hacen muy poco o no hacen nada por lograr acciones eficaces.

En el caso mexicano debemos advertir que las acciones no se encuentran coordinadas, que el actual gobierno de plano no le interesa la lucha contra la corrupción, aunque sea su bandera de todos los días, en el discurso ha permeado que se combate la corrupción, pero en los hechos se demuestra lo contrario, lo vemos en las licitaciones que no se realizan, que son sustituidas por adjudicaciones directas, la mayoría sin reglas y con altos sobre costos.

El estudio abarca un periodo de transición intergubernamental pues desde 2016 a 2018 era tiempo del Gobierno de Peña Nieto y 2019 ya era tiempo del actual Gobierno de López Obrador, de alguna manera observamos que la corrupción continuó de una administración gubernamental a otra. Muestra de que este gobierno no combate la corrupción, los datos de esos tres años analizados, así lo reflejan, ni un solo caso sancionado, tampoco ninguno presentado ante el poder judicial, un tema pendiente es la recuperación de activos generados por la corrupción transnacional, pero ese es otro tema pues si no se ha logrado ninguna sanción, menos recuperar los productos económicos generados.

@perezcuevasmx

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