Entrevista con Alejandro Madrazo Lajous, investigador del CIDE

“Eso es, en gran medida, mentira y es una exageración del presidente. Es cierto que históricamente había un problema con la transparencia de los fideicomisos, por ejemplo, uno de los más famosos por sus problemas de transparencia y el uso para financiar campañas electorales, célebre, es el que hizo el presidente para los segundos pisos cuando era jefe de gobierno en el Distrito Federal, entonces la opacidad era brutal y, claramente el fideicomiso era un vehículo para poder drenar financiamiento y moverlos hacia campañas electorales”.

Las palabras son del investigador del CIDE, Alejandro Madrazo Lajous, quien ha hecho público su rechazo a la extinción de 109 fideicomisos por parte del Poder Legislativo.

De inicio, en entrevista con Siempre, refuta que dichos instrumentos estuvieran plagados de corrupción o alguna otra irregularidad, en contra de lo que voceros oficiales han venido diciendo, en especial respecto a que no se les auditaba.

“Desde 2007 los fideicomisos son auditables y son auditados, entonces los problemas de transparencia de los fideicomisos, en gran medida, desaparecieron en 2007”.

Pero, además, agrega en la entrevista, ni siquiera los propios legisladores de Morena pueden citar más de 3 ejemplos de corrupción en este tema.

“Están hablando de desaparecer 110 fideicomisos, hasta donde sé y he escuchado a la gente de Morena hablar, tanto en espacios públicos, entrevistas y debates como en corto, en confianza, con los que existe interlocución, no más de 3 fideicomisos me han sido mencionados como que tengan problemas de corrupción, 3 de 110, es como si argumentáramos que porque hay 15 diputados involucrados en escándalos de moches hay que desaparecer a la Cámara de Diputados, simplemente es un razonamiento falaz”.

Alejandro Madrazo Lajous.

Las bondades

Contrario a la intención de satanizar estos instrumentos, con calificativos como que son parte de un esquema elitista o que están plagados de corrupción, o que ya no son parte de la realidad de este país, los fideicomisos son herramientas idóneas para ciertos objetivos como señala nuestro entrevistado.

“Al contrario, los fideicomisos son un vehículo para transparentes, evitar y contener las oportunidades de corrupción. Siempre va a haber corrupción, sobre todo en una cultura política tan corrupta como la nuestra, pero los fideicomisos han servido para acotar esa corrupción, para ser transparentes y con reglas claras en los gastos. En particular para que se destinen a los fines para los que originalmente fueron planteados, el presidente miente con todos sus dientes cuando dice que lo que se está buscando es abatir la corrupción, al contrario, el mover todo ese dinero al espacio discrecional del Poder Ejecutivo eso sí va a abrir espacio para la corrupción, va a permitir drenar fondos y pasarlos en sobrecitos de papel manila estilo Pio López Obrador y usarlos en la campaña electoral”.

Acerca de la acusación de que los fideicomisos, en especial el Fonden, eran cajas chicas de políticos o que ni la Auditoría Superior de la Federación los revisaba, se le preguntó a Alejandro Madrazo porque no se corregía esta situación en lugar de desaparecerlos.

“Porque corregir implicaría fortalecer la transparencia y salvaguardar la independencia de quienes formamos parte de estos sectores afectados por la desaparición de estos fondos frente al poder político y el presidente no quiere transparencia ni independencia frente al poder político, quiere el control político de sectores que –si bien somos pequeños y marginales, en términos del electorado–tenemos una gran capacidad de crítica frente al gobierno, lo hemos hecho con gobiernos anteriores porque esa es nuestra función, hacer investigación y criticar, entonces la crítica más importante a políticas públicas tan desastrosas como la de seguridad de Felipe Calderón en la guerra contra las drogas, ha venido desde la academia, específicamente desde el CIDE hemos hecho un trabajo particularmente denso en ese tema; la crítica a la corrupción del gobierno de Peña Nieto vino de los espacios independientes de los medios y periodistas, no fue la FGR o la PGR las que hicieron esas investigaciones, fueron periodistas independientes que exponen su vida y necesitan esos mecanismos de protección que están en los fideicomisos que están por desaparecer, la Estafa Maestra o la Casa Blanca vino del periodismo independiente, las críticas acerca de cual había sido el índice de letalidad de la guerra de Calderón, eso vino desde la academia, y la crítica social que viene desde el cine es muy importante y con una incidencia muy relevante en ciertos momentos, por ejemplo La dictadura perfecta, El Infierno o La Ley de Herodes, por citar sólo a un cineasta, han servido para criticar duramente al régimen priísta luego duramente al régimen de Felipe Calderón y la guerra contra las drogas y, luego, duramente a la alianza de Enrique Peña Nieto y las televisoras, somo espacios desde donde surgen voces críticas en contra del gobierno y a este presidente le queda clara la potencia que tienen estas voces porque él fue quien capitalizó políticamente las críticas que hicimos a los gobiernos precedentes y quiere asegurarse que no vayamos a enderezar ese mismo tipo de críticas en contra de su gobierno que está siendo, por decirlo de alguna forma, más militarista que el de Felipe Calderón, más opaco y gandalla que el de Enrique Peña Nieto en utilizar recursos para su propio proyecto y más torpe que el de Fox”.

Alejandro Madrazo puntualiza que detrás de esta acción y el argumento de que se combate la corrupción o se busca recursos para temas como la salud, en realidad hay un movimiento para acallar la crítica.

“No quiere que enderecemos esas críticas en contra de su gobierno y, sobre todo, no quiere que lo hagamos de frente a las elecciones que vienen el año que entra y las que le siguen después, la revocación de mandato en el 22 y la presidencial en el 24. El presidente está haciendo una movida política para neutralizar a sectores críticos, eso es lo que están en el fondo de esta discusión”.

Los efectos

Aunque al momento de redactar estas líneas no se resolvía totalmente la desaparición de los fideicomisos, quedando pendiente la decisión del Senado, nuestro entrevistado ejemplificó cuales serían los efectos en caso de que estos instrumentos acaben desapareciendo.

“Los efectos son diversos dependiendo del tema y del fideicomiso. En el caso de la ciencia, vamos a perder la capacidad de generar nuestros recursos, de generar proyectos multianuales y proyectos de investigación amplios, y de atraer recursos y donantes externos como ahora logramos a través de los fideicomisos internacionales como el PNUD de la ONU o bien filantropías internacionales como la Ford, Thinker u Open Society Foundation, nos va a coartar la posibilidad de realizar proyectos de investigación con fondos distintos y nos va a obligar a ir a mendigar centavos ante el Conacyt y la SEP o quien sea que esté subordinado al presidente y eso le va a dar un enorme control a éste sobre la agenda de investigación de este país”.

Asimismo, las alternativas que nuestro entrevistado ve son pocas si se logra concretar lo que el mismo califica como despropósito.

“Lo que estamos haciendo es pelear porque no desaparezcan los fideicomisos, hace una semana nadie estaba hablando de esto, durante meses los distintos sectores habíamos estado presionando, informando, argumentando, negociando por separado y claramente no funcionó eso porque decidieron atropellarnos. Lo que estamos haciendo es llevar al debate público lo que es el despropósito de desaparecer los fideicomisos con la esperanza de que la clase política se concientice. No creo que sea tan fácil como que el presidente dice y se hace, o espero que no sea tan sencillo, el hecho de que hasta el día 7 de octubre se esté tramitando el proceso en la Cámara de Diputados cuando pretendían haberlo finiquitado desde una semana antes, habla de las dificultades de pasar un despropósito como este, creo que entre más los medios expongan la finalidad y la orientación política de esta movida, más alto va a ser el costo político y con tantita suerte, criterio y sensatez, y un poco de humildad, ojalá recule el presidente en este manotazo autoritario que está dando.

“Si esto no ocurre tendremos que buscar otras alternativas, quizá buscar que se creen fideicomisos públicos a nivel estatal en aquellos centros que estamos en entidades federativas donde todavía hay gobernadores que no se someten a la autoridad del presidente, quizá haya que crear fideicomisos privados, quizá tengamos que utilizar asociaciones civiles y fundaciones, pero eso tiene el problema de temas fiscales en el sentido de que va a ser más dinero que se va a ir a impuestos y que no se va a destinar a la investigación o bacas, no es sencillo, justamente el vehículo del fideicomiso público es el idóneo para lo que estamos haciendo con éstos, que es dar certeza jurídica para que los donantes puedan poner dinero ahí sabiendo que no va a ir a las arcas del gobierno para fines distintos a los que los están destinando, dándonos autonomía y participación en las decisiones de cómo, quién y cuándo se gasta este dinero y, finalmente, separarnos de los ciclos políticos anuales, regateando para ver cuanto nos van a dar de presupuesto en la Cámara de Diputados. Ningún vehículo tiene esas virtudes como el fideicomiso público para cumplir esas funciones.

“Así, no va a ser fácil de sustituir, vamos quizá a poder sustituir parcialmente algunos de los problemas, pero sin duda alguna, nos vamos a ver fuertemente afectados y me temo que estamos viendo la pérdida de una generación entera de investigación, yo en concreto lo que estoy viendo y es lo que más me preocupa es que los asistentes de investigación, que en realidad son los investigadores que estamos preparando para el futuro, se pagan fundamentalmente con el dinero de los fideicomisos, al menos en el CIDE, y vamos a perder la posibilidad de ir formando jóvenes en este proceso de convertirse en investigadores”.

@AReyesVigueras