La “cuarta transformación” se comporta como un tornado, arrasa con todo a su paso, sin importar si es en beneficio o perjuicio de las y los mexicanos.

Esta administración demuestra su desprecio por el Estado de derecho, la impartición de justicia, los derechos humanos, la cultura, la ciencia, tecnología y un sinfín de actividades. A continuación, lo explico.

Hace unos días, la mayoría aplastante de Morena y sus aliados aprobaron en el legislativo federal una pregunta inentendible, enviada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para una consulta populista e innecesaria: ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?

Se desconocen cuáles son “las acciones pertinentes” o “las decisiones políticas” a las que se refieren, mucho menos se conoce quienes son “los actores políticos” ni a que se refiere con “años pasados”.

Lamentablemente, es notorio que los ministros de la Corte tuvieron la voluntad de darle una pregunta al ejecutivo para que en pleno proceso electoral siga con su circo.

El espectáculo de hace unos meses consistió en la venta y rifa del avión presidencial que no se vendió y ni rifó, ahora el circo de la “cuarta transformación” nos presenta un nuevo especulo, que como ya es costumbre, implica gastar el dinero de nuestros impuestos.

8 mil millones de pesos va a costar este nuevo espectáculo de la consulta, qué ironía, al mismo tiempo la 4T bajo un falso argumento de necesitar dinero, pretenden eliminar 109 fideicomisos sobre diversas materias.

Buscan cancelar estos fondos con los que se impulsa la cultura, deporte, ciencia, tecnología y con los que se protegen a las víctimas, periodistas y defensores de derechos humanos.

Es inconcebible que haya una propuesta de esta naturaleza, con la que se atenta contra diversos sectores, que por cierto se han manifestado en contra de dicha iniciativa.

Ni ahorran, ni combaten la corrupción; ni consultan, ni respetan el Estado de derecho, sus decisiones se asemejan a un tornado que acaba irracionalmente con todo.