La toma de la presa “La Boquilla”, en Chihuahua y de casetas de peaje en autopistas del país; los bloqueos en las vías del ferrocarril en diversos estados; el robo de hidrocarburos y las amenazas en contra de refinerías y plantas generadoras de electricidad, han puesto en serio riesgo la seguridad nacional, lo que obliga a las autoridades a replantear la estrategia y legislar en materia de protección de infraestructuras críticas o estratégicas y poner a salvo la vialidad política y económica de México.

Así lo señaló a este semanario, José Luis Calderón González, vicepresidente de la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada A.C.(AMESP), quien destacó que debemos proteger mejor las instalaciones que resultan esenciales para el funcionamiento de una nación y contar con una legislación que siente las bases para determinar los parámetros, estrategias y políticas para la prevención y protección de todas estas.

¿Instalaciones estratégicas o infraestructuras críticas?

No tenemos claridad en un concepto. Para una mejor comprensión y con base en mi conocimiento, tomemos en cuenta que una nación depende de ciertos sectores estratégicos para sostener su modelo de autodeterminación. Estos sectores dependerán de los intereses nacionales, pero en México se podrían considerar estratégicos sectores como: el energético, la industria nuclear, el transporte, las comunicaciones, la alimentación, la salud, el sector financiero, la seguridad y defensa, el turismo. De estos sectores derivan miles de servicios esenciales que son necesarios para el mantenimiento de las funciones sociales básicas (salud, seguridad, bienestar social, desarrollo económico); o el eficaz funcionamiento de las instituciones del Estado y las administraciones públicas a nivel estatal o municipal. Los servicios esenciales son viables gracias a que detrás de ellos hay redes de “infraestructuras clave” que podemos dividir en dos:

  • Infraestructuras Estratégicas: Las instalaciones, redes, sistemas y equipos físicos y de tecnología de la información sobre los que descansa el funcionamiento de servicios esenciales. Ejemplo: una oficina de pasaportes.
  • Infraestructuras Críticas: son aquellas infraestructuras cuyo funcionamiento es indispensable y no permite soluciones alternativas, por lo que su perturbación o destrucción tendría un grave impacto sobre los servicios esenciales pudiendo impactar de manera negativa una ciudad, región o inclusive el país. Ejemplo: un aeropuerto o una refinería.

El grave problema es que hoy, en el año 2020, no se tiene una definición bien establecida y si bien muchos instrumentos constitucionales intentan abordar el tema, lo hacen de manera desarticulada y con una visión poco actualizada a la realidad del país y el tamaño de sus desafíos.

¿Por qué urge legislar en materia de protección a infraestructuras críticas?

Uno, por el contexto de inseguridad, violencia e impunidad tan grave que vive el país y las múltiples afectaciones y expresiones violentas en contra de muchas infraestructuras como las presas, casetas, aeropuertos y ferrocarriles. Dos: El cambio climático y los fenómenos naturales adversos que aumentan en número y severidad. Tres; La evolución demográfica y económica nacional que han obligado y obligarán a la creación de nuevas infraestructuras de todo tipo y en todo el país como el tren maya, el transístmico, el aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucia, la Refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Tulum, entre otros.

Cuarto: La tendencia a concesionar infraestructuras de carácter critico o estratégico a operadores privados sin apoyo de coordinación en protección, ni guías o lineamientos claros en materia de protección y quinto, la caducidad o carencia de los sistemas de protección en infraestructuras que fueron diseñados y concebidos en el pasado cuando el contexto de país era otro.

¿La seguridad pública no las puede atender o proteger?

El policía es un servidor Público que se forma con aras a ser un líder social, que promueva la cohesión comunitaria por medio de la proximidad y enfocado a la prevención y actuación sobre la comisión de un hecho ilícito como transgresor de la ley, distinto a un soldado de mar o tierra que se forma y profesionaliza para garantizar la Seguridad Nacional, entendiéndolo como la protección del territorio y su soberanía ante posibles amenazas del territorio nacional.

Por ello, ni las fuerzas armadas ni las agencias de seguridad publica tienen vocación, recursos o visión para liderar hoy esta tarea, ya que es multisectorial y si bien, estas dos instituciones están naturalmente vinculadas a esta tarea, se requiere de un mando dedicado que trabaje desde un enfoque integral y con funciones específicas para diseñar medidas de planeación y protección, así como mecanismos de información, comunicación, alerta y coordinación entre las fuerzas y cuerpos de seguridad (fuerzas armadas: ejército, marina, Guardia Nacional, policías y seguridad privada), los organismos gubernamentales cabeza de sector, los operadores y propietarios de infraestructuras a nivel nacional o con interdependencias supranacionales.

¿Papel de la seguridad privada en la protección de infraestructuras?

Las infraestructuras se deben proteger bajo una visión de capas aplicando capital humano especializado y tecnología en seguridad con políticas y procedimientos claros para la atención y protección de amenazas en el entorno físico, cibernético y humano. Aquí la relevancia de la seguridad privada que cuenta con organizaciones especializadas en la protección de distintos tipos de infraestructuras en sus distintas modalidades, es decir: un aeropuerto demanda un elemento de seguridad con una capacitación específica, así como técnicos para la instalación y operación de sistemas o tecnologías de seguridad que tengan y apliquen normativas y estándares de esa industria.

¿Hay algún proyecto de iniciativa de ley al respecto?

Al momento no existe o al menos no es de nuestro conocimiento. Es lamentable pues siguen aumentando sucesos negativos y preocupantes como la toma de casetas; bloqueos de ferrocarril y carreteras; toma de instalaciones como aeropuertos; ataques y robo a las instalaciones de Pemex y CFE; prisiones; instalaciones de la Sedena y ahora a las de Guardia Nacional.

Digo preocupante no solo por las afectaciones económicas y el empleo reactivo de recursos elementales como el tiempo y el recurso humano para atender “parcialmente” estos sucesos. Lo grave de esto es la afectación de la imagen de nuestro México, en el exterior que repercute en la disminución de inversiones e inclusive a nivel personal pues mucha gente decide viajar a otros países donde exista certeza para viajar con seguridad y sin complicaciones.

¿Cuáles son las amenazas a las infraestructuras?:

Las amenazas a las infraestructuras son múltiples y diversas. Lo grave es que de materializarse puede brotar efectos en cascada que pueden afectar a otros sectores e infraestructuras a nivel local, nacional e inclusive supranacional. Es decir, si bloquean el ferrocarril entre México y USA: afectan a clientes, proveedores, líneas de fabricación, cadenas de suministro de ambos países generando daños a los flujos operativos, administrativos y financieros de personas, comercios, industrias y sectores en ambos lados de la frontera, pudiendo en un caso grave escalar a un conflicto diplomático.

Las más preocupantes son las de carácter social como ataques físicos o cibernéticos, asaltos, sabotajes, destrucción, intrusión, secuestro, colusión, extorsión a funcionarios, espionaje, accidentes, pandemias, y condiciones climáticas adversas.

De manera muy personal, hay dos amenazas graves son el desconocimiento por parte de los responsables en el diseño, implementación y adquisición de sistemas y estrategias de seguridad y protección, así como lo que concierne a esta entrevista, carencia de una ley para efectos de protección de infraestructuras críticas y estratégicas lo que constituye un riesgo para la seguridad nacional.