Entrevista con José Luis Espinosa Piña, ex director del ILCE.

Los medios públicos mexicanos se han convertido en materia de debate. Los recortes de personal han sido uno de los puntos que más se han discutido, pero lo que ha generado encendidas polémicas es la orientación que se la ha dado a ciertas emisiones que para muchos se aproximan más a la propaganda que a la comunicación que debería darse desde estos organismos.

El episodio del enfrentamiento entre Sabina Berman y John Ackerman es un reflejo de la manera en que ha manejado una de las principales televisoras del Estado mexicano como es el Canal 11.

En este sentido, Siempre entrevistó a José Luis Espinosa Piña, ex director del Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE), órgano que se integró a la Red de Televisoras Educativas y Culturales del país y que desarrolla una función de difusión que va más allá de nuestras fronteras.

“Lo que debemos entender es que los medios públicos son públicos porque se cubren con recursos fiscales, es decir con el presupuesto federal, por lo tanto, tienen que cumplir con esta naturaleza: no ser parciales, no ser partidistas, no ser sesgados, no adquirir inclinación hacia un movimiento o partido, sino que su naturaleza de medios públicos financiados con recursos fiscales obliga a un mínimo de ética, de decoro, pues a pesar de que está en la ley hemos observado una inclinación, en unos periodos más que otros, pero siempre un equilibrio y mesura en la medida de lo posible”.

Pero, asegura nuestro entrevistado, eso ha cambiado con la llegada de un nuevo gobierno a la administración pública federal.

“A partir de que llega la 4T observamos un desbalance que está a la vista, el ejemplo más claro es lo que pasó en el programa de John y Sabina. Ella, que es una profesional de los medios, nadie puede desconocer que tiene simpatía por el movimiento que encumbró al hoy presidente, pero también tiene una ética periodística, tiene una calidad profesional y sabe perfectamente su oficio, con elegancia y soltura, con el equilibrio que se le exige a un profesional para conducirse, pero con la irrupción de Ackerman, que raya en lo panfletario, sin ningún tacto, sin ningún oficio, sin pudor, con un descaro que raya en lo grosero, tiene una visión del periodismo que no es periodismo, es propaganda”.

José Luis Espinosa Piña.

Propaganda o periodismo

Para Espinosa Piña, lo ocurrido en el Canal 11 deja en claro que asistimos a una batalla entre lo que debe ser el periodismo y lo que se hace como propaganda.

“El periodismo busca diferentes voces, un debate inteligente en donde se expresen opiniones, no busca la imposición de agendas o de ideas, entonces contrastaba y se evidenciaba que había dos personas con naturaleza diferente, uno, el propagandista y otra, la periodista, la conocedora de su oficio y el medio. Ackerman es un improvisado y le fue muy mal en redes sociales, porque es panfletario. Bien sabemos que los medios de comunicación, en especial la televisión, han transitado por diferentes momentos los últimos años o en los sexenios, a pesar de todo hemos visto que hay reglas no escritas, normas éticas, que se siempre se cuidaron, esto se observó desde la época de Zedillo hasta Peña, se avanzó en la libertad de expresión, no había una imposición en forma grosera como ocurría en los sexenios del PRI en los 70 y 80 y empezábamos a tener en la televisión pública espacios de verdadera libertad. Hoy queda un espacio, no sé si está en peligro, pero es interesante que es Primer Plano que ojalá no sea tocado por la censura porque ahí hay voces mesuradas, equilibradas, que plantean ideas, que a veces coinciden, a veces discrepan, pero en las redes sociales es una brutalidad lo que estamos observando, vemos un maniqueísmo con un campo fértil, o blanco o negro, ese maniqueísmo que no puede darse en el análisis político y no puede asentarse en el debate en medios públicos porque le está haciendo mucho daño a México”.

Reiteró, además, que lo sucedido en el programa John y Sabina es algo triste en la historia de la televisión mexicana.

“Esto se dio porque este señor no entiende sus límites, no comprende la importancia de la autocontención, de las formas civilizadas de convivencia en democracia, en donde puedes tener militancia, lo que puedes tener es mal tacto, bajeza, desmesura y majadería”.

Consideró, asimismo, que Sabina Berman salió mejor librada del episodio.

Maniqueísmo y fanatismo

Otro tema que repasó nuestro entrevistado, es el que tiene que ver con la presencia no sólo de un maniqueísmo que se refleja constantemente en ciertos medios, sino también el fanatismo que ha irrumpido en el debate público.

“El maniqueísmo es lo contrario al periodismo, este último busca argumentos, el maniqueísmo es panfletario, es propagandista, cuando vemos periodistas en los extremos estamos hablando de sicarios del panfleto, del antiperiodismo o del pseudoperiodismo. El auténtico periodismo busca encontrar en el argumento la verdad, la comprensión de los fenómenos; por lo tanto, el periodismo auténtico jamás se colocará en los extremos, va en contra de su naturaleza. Si hoy tenemos estos extremos en los medios es porque alguien está generando esta atmosfera y creo que esa atmosfera se genera desde el discurso oficial del púlpito del poder, no se explica de otra manera, existe porque se tolera”.

De igual manera, explicó que, si esta situación se ha presentado en el país, es porque hay quien la promueve.

“En los medios, esto florece porque el ambiente se ha manipulado, conducido para discursos totalitarios de permanente descalificación o de alabanza y estridencia, es decir, esto florece porque hay un ambiente propicio para que florezca y todos tenemos que trabajar en ello, porque lo este país necesita es cordura, sensatez, necesita que prive el argumento y otra cosa que ha faltado y es muy importante en este sexenio, el debate público, el cual no es gritar en la Cámara de Diputados o en el púlpito del Ejecutivo, o en los asientos del Poder Judicial, sobre posturas de todo o nada, el debate público es exhibir argumentos, encontrar soluciones y armar alternativas, la gran tragedia de este país es que el debate está en su momento más débil, más mediocre, pusilánime y pequeño. Extraño esos días en que se podía debatir y encontrar un espacio para el debate y hoy esos no presenciamos, presenciamos descalificación a quien está en el poder entre la oposición, pero entre ellos mismos no hay profundidad en el debate, la pobreza del debate de la oposición va en concordancia con la pobreza argumental y la imposición ideológica del gobierno en turno”.

El secretario de adulación pública

Para el escritor Guillermo Sheridan, el conductor de la fallida emisión en la que participó Sabina Berman es, en realidad, el secretario de adulación pública por la manera en que da a conocer sus preferencias por el actual presidente, postura con la que coincide nuestro entrevistado.

“John Ackerman quería convertir al programa en una emisión de exaltación permanente, de loa constante, y eso rompe con la tradición como es la de Canal 11, rompe con lo que debe ser el periodismo, fractura toda posibilidad de crítica constructiva, de autorevisión y sienta un precedente nefasto e inédito”.

Finalmente, comentó que es lo que se podría hacer para que los medios públicos no caigan en la tentación de convertirse en promotores de políticos.

“Está muy lastimado el sistema de medios públicos, en tanto que fui director del ILCE y formamos parte de la red de televisoras educativas y culturales de México, que aglutina a los medios públicos de los estados, vimos la que la crisis que envuelve a los medios no es sólo por las redes sociales o los programas que se transmiten vía streaming, sino por el anquilosamientos, se debe entender que el nicho de estos medios no es la competencia con la televisión comercial, hoy hay nuevos públicos que consumen en nuevas plataformas y por eso la necesidad de reinventarse, pero en tanto esto ocurría debieran ser los medios públicos guiados por decisiones colectivas, como en el Canal del Congreso, para que no se cargue a ningún lado. Es tiempo de que los cuidemos como lo que son, patrimonio de difusión de cultura y valores, debe servir a la comunidad y no a la política”.

@AReyesVigueras