La celebración del Día Mundial en Contra de la Violencia hacia las Mujeres, tiene como origen el recuerdo de los hechos acaecidos  25 de noviembre de 1960, cuando las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y María Teresa) fueron asesinadas en República Dominicana por la Policía secreta del entonces dictador Rafael Trujillo, cuyo gobierno fue responsable de la muerte de más de 50.000 personas después de más de veinte años del triple asesinato en 1981 durante el Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, se propuso esta fecha por su valor simbólico, y en 1999 la ONU declaró el 25 de noviembre como el Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer.

A partir de entonces cada 25 de noviembre es propicio para analizar las circunstancias en las que se desenvuelve la mujer actual. Sus vivencias y aspiraciones cotidianas que animan y motivan el quehacer de las mujeres en sociedad. La marcada desigualdad que ha existido entre hombres y mujeres, ha tratado de ser justificada a lo largo de la historia, para ello se han invocado múltiples causas atribuidas, en su conjunto, a las diferencias naturales, a la pluralidad de costumbres y culturas.

La sociedad aún asigna estereotipos definidos. A la mujer el espacio de la fragilidad y la sumisión, mientras que al hombre le confiere el de la fuerza, la agresividad y la violencia. La violencia de género incluye violación, abuso y hostigamiento sexual, agresiones en el ámbito doméstico, lesiones y hasta homicidio. En esta situación se reproducen al interior de la familia o del espacio doméstico de convivencia, las jerarquías asignadas a los roles de género, edad y preferencia sexual predominantes en la sociedad, con lo cual el agresor es predominantemente el hombre y la víctima la mujer. Esta característica hace que la vida de una gran cantidad de mujeres esté marcada por el riesgo de sufrir múltiples actos de violencia que pueden acompañarle durante todo su ciclo de vida.

En México las mujeres cotidianamente se enfrentan con alguna forma de violencia de género, ya que en pleno siglo XXI seguimos viviendo en una sociedad con una cultura patriarcal en donde las mujeres deben resistir malos tratos, discriminación de diversa índole en la casa, el trabajo, en el sector educativo y en general en la comunidad donde se desarrollan.

Un estudio realizado en julio de 2016 por El Programa Universitario de estudios de género de la UNAM y la Secretaría de Gobernación a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres cuantifica el costo de la violencia contra las mujeres en México, y señala que: “Medir los costos que alcanza la violencia contra las mujeres es una forma de medir su gravedad, su persistencia, su impacto en la sociedad. Un peso utilizado en atender la violencia es uno menos en inversión productiva, en educación, en investigación científica”

Del estudio realizado por estas instituciones se observa que, a partir de la metodología utilizada, se obtiene un costo de la violencia de pareja contra las mujeres en el año en 2015 en México fue el equivalente de 1.4 por ciento del PIB que en términos absolutos fueron $245, mil 118, millones 266,538 pesos. A este monto, habría que sumar los costos por los otros tipos de violencia en contra de las mujeres.

La importancia del estudio que menciono, es que busca que los gobiernos tanto Federal como locales, instrumenten programas preventivos más intensivos, en contra de la violencia de género, tal vez quizás observando el fenómeno traducido en cifras de costos destinados a la atención de las consecuencias que sufren las mujeres violentadas, la reacción de los gobiernos sea más contundente, que si apeláramos solamente a la ética, que en muchas ocasiones ni conocen, del respeto a la vida y a la dignidad de las mujeres.