Estamos a 8 semanas de que, Joe Biden proteste oficialmente al cargo de presidente de los Estados Unidos, el número 46 por cierto y en verdad que el futuro inmediato luce complicado, por un lado, está el repunte del mortal Coronavirus que tantas muertes ha causado y por el otro, la sinrazón de Donald Trump por dificultar una transición ordenada y fluida con la administración entrante.

En torno al Covid-19, los fallecimientos han superado la cifra de 250 mil, más de un cuarto de millón y los contagios rondan los 11.5 millones, incluso en los 50 estados se presentan cifras descontroladas tan es así que en las pasadas 4 semanas los decesos aumentaron en 42 por ciento y el promedio semanal superó los 820, los decesos llegaron a superar los mil en la semana del 8 al 14 de este mes.

Un año después de que se reportara la primera infección por COVID-19 en China, en Estados Unidos se reportan fallecimientos por la enfermedad a un ritmo no visto desde mediados de agosto. El número de casos confirmados de coronavirus sigue aumentando rápidamente y la pandemia no muestra signos de desaceleración a medida que se acerca la temporada navideña y cuando dos vacunas muy prometedoras aún están a meses de que se distribuyan de forma generalizada.

Mes con mes se ha registrado un incremento tanto en los contagios como en los fallecimientos en todo el país y esto ubica a los Estados Unidos en el nada envidiable primer lugar a nivel mundial.

Las sombrías cifras se acumulan a medida que el presidente, Donald Trump, sigue resistiéndose a reconocer su derrota en las elecciones y permitir la transición en la Casa Blanca, como resultado, el equipo de COVID-19 del presidente electo está tratando de prepararse para asumir la responsabilidad de luchar contra la pandemia sin acceso a la información que actualmente está en manos del grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca dirigido por el vicepresidente, Mike Pence.

“Nuestro equipo no puede comunicarse con ellos” dijo David Kessler, miembro del comité asesor de Biden, “cuanto antes el equipo de transición de Biden pueda reunirse con los funcionarios que trabajan en estas cuestiones más fluida será la transición para el pueblo estadounidense”.

Las congelantes temperaturas que ya se presentan en el norte y centro del país de las barras y las estrellas, sólo permite prever un mayor incremento de estas preocupantes cifras. Nada bien se ven los meses por venir y hay que recordar que el 15 de enero se presentó el primer caso. Un hombre de 35 años que venía de visitar a su familia en Wuhan fue el primer portador.

Los meses posteriores nos presentaron escenas terribles en los hospitales, en los centros de salud y entre las autoridades locales y federales que se vieron desde entonces superadas.

Donald Trump es uno de los mandatarios más cuestionados en el mundo por su manejo en la pandemia del Covid-19, el 22 de enero cuando se presentó el primer caso dijo… “lo tenemos todo bajo control. Es una persona que vino de China, lo tenemos bajo control. Todo va a estar bien”, dijo en enero en una entrevista con CBC. En ese momento hablaba de una «relación genial» con el presidente de China, Xi Jinping, y aún no culpaba al país asiático por la pandemia mundial tal como lo hizo en posteriormente y en repetidas ocasiones, entre ellas, ante la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre.

El presidente Trump fue muy prolífico en torno a la desacreditación de este virus, frases que pasaran sin duda a la historia… “parece que, para abril, en teoría, cuando suba un poco la temperatura milagrosamente desaparecerá. Eso es cierto. Estamos haciendo grandes cosas en nuestro país”, dijo en un mitin político. Días después, el 24 de febrero tuiteó que el coronavirus “está bajo control en Estados Unidos”.

Referente al proceso electoral, múltiples han sido las acciones que han complicado el escenario y de nueva cuenta Trump, es el responsable de muchas de ellas… “yo gané las elecciones del pasado 3 de noviembre en que hubo un fraude generalizado que dio la victoria a Joe Biden”. “Gané las elecciones. ¡Fraude al votante en todo el país!”, escribió en su cuenta de Twitter, todo en mayúsculas, junto a una serie de comentarios en los que pone en entredicho la limpieza de los recuentos y las decisiones sobre impugnaciones que ha presentado su equipo.

Los equipos de transición del presidente saliente y del entrante aún no se han logrado poner de acuerdo en la ruta a seguir, los días pasan y los problemas crecen, no hay presupuesto para esta importante etapa, pero más aún, para que inicien las acciones para evitar los contagios y la propagación del Coronavirus. Trump parece resistirse a dejar la Casa Blanca y todo lo que conlleva estar en ella lo cual incluso se ha calificado como un berrinche, pero un berrinche que afecta a millones de personas. Hasta la fecha ni Trump, ni su equipo de campaña ni nadie del partido republicano han podido demostrar el “fraude” que tanto menciona.

El 20 de enero del próximo año, Joe Biden, será el único responsable de lo que pase en los Estados Unidos de ahí su urgencia de avanzar por la ruta que mejor estima, sin embargo, el tránsito se ha visto complicado. No es por sobreestimar a Donald Trump pero mucho podría hacer con permitir que inicie una nueva estrategia en contra de esta pandemia, así como de entregar no sólo las llaves de la Casa Blanca sino todos los documentos, secretos y, hasta historias que la acompañan.