Curiosamente los votantes no se sienten responsables de
los fracasos del gobierno que han votado.

Alberto Moravia.

 

Los más afectados como siempre son los más pobres, los que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, siempre ha sido así, pero en esta ocasión que un presidente de la República reconozca que por decisión personal se permitió que las partes más bajas de Tabasco fueran inundadas.

Solo que da la casualidad de que la inundación con conocimiento de causa fue para las zonas habitadas por indígenas y las comunidades más marginadas, evitando un daño mayor a la capital del Estado, Villahermosa.

Todo gobierno tiene que tomar decisiones, algunas de ellas causan afectaciones, lo criticable en este caso es que hasta ahora se declare que se tomaron esas decisiones, cuando en el momento más crítico y de mayor daño el gobierno federal guardó silencio.

Inclusive observamos una disputa entre el gobernador tabasqueño y el Director General de la Comisión Federal de Electricidad por acusaciones graves por las inundaciones que fueron deliberadas.

El gobierno el federal y las autoridades operadoras de las presas guardaron silencio, algunas como Manuel Bartlett hicieron mofa de las acusaciones y el presidente se dedicó a proteger a sus funcionarios y a dar recomendaciones fuera de lugar, como las dadas a sus paisanos para que se retiraran a las zonas altas y así se pudieran resguardar.

Eso ni en las peores épocas, ni durante los desastres más graves sucedió, parecía una burla, pues días antes en el Congreso de la Unión, dentro de los 109 fideicomisos desaparecidos estaba el del Fondo de Desastres Naturales.

Es decir, se desmanteló el mecanismo para proteger a la población durante las afectaciones por desastres o daños naturales, así, sin personal, planes o programas que inmediatamente se activaban para proteger a la ciudadanía, esta vez no existieron y los daños han generado consecuencias que en muchos casos son irreparables.

El presidente de la República se limitó a realizar recorridos desde el aire para observar la afectación, pero sin determinar acciones concretas y específicas para ayudar al pueblo tabasqueño principalmente a los más pobres y necesitados.

Por un lado, vemos que el discurso de ayuda a los pobres se limita a entregas de dádivas económicas de manera directa a un número determinado de personas que en realidad son las clientelas electorales que se han construido durante sus campañas.

No les interesa sacar a los pobres de la pobreza y mucho menos les interesa los pobres que no están en sus listas de apoyo, la prueba es lo que pasó en la inundación en Tabasco, el presidente está dispuesto a hacer lo que sea para salvar sus decisiones, las cuales calla, después acepta y con gran indiferencia las olvida para pasar al siguiente capricho, error o imposición.

De por si es grave el daño que el pueblo ha sufrido por la pandemia, además debe sumársele el generado por las malas decisiones y la indiferencia. Ahora todo México se encuentra con el agua hasta el cuello.

@perezcuevasmx

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