La corrupción representa la máxima traición a la confianza pública.
Antonio Gutiérrez.
El próximo miércoles nueve de diciembre se conmemora en todo el mundo el día internacional contra la corrupción, una iniciativa impulsada por la Organización de las Naciones Unidas desde hace un poco más de 17 años, cuando en aquel 31 de octubre de 2003 aprobó la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (UNCAC por sus siglas en inglés), la cual se logró implementar con su entrada en vigor dos años después en diciembre de 2005.
En ese proceso quedó determinado que sería la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC) quien se encargaría de ser una secretaría para la Conferencia de los Estados Parte, la cual se reúne cada dos años; he tenido la oportunidad de ser invitado y participar en algunas de ellas como Vicepresidente Mundial de GOPAC, los últimos encuentros se han desarrollado en 2015 en San Petersburgo, Rusia, en 2017 en la sede de la ONU en Viena, Austria, en 2019 en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos y el próximo encuentro está convocado para junio de 2021 en la sede principal de la ONU en Nueva York.
Los encuentros tienen como finalidad generar conciencia sobre los daños y consecuencias que causa este flagelo que afecta todos los órdenes, niveles de la sociedad, gobierno, economía, empresa, etcétera, y se determinó que todos los años, el 9 de diciembre, se realizaran acciones de referencia de la lucha contra la corrupción, así fue como nació el día internacional contra la corrupción.
Ahora diversos sectores trabajan distintas iniciativas uniendo fuerzas para hacer más eficaz esta lucha usando la tecnología, la investigación y la creación de leyes, políticas públicas, instrumentos nacionales e internacionales e involucrando permanentemente a la sociedad civil organizada.
La corrupción sistemática, también denominada gran corrupción es un complejo fenómeno que impacta de manera transversal a los ámbitos social, político y económico, no hay nación del mundo que se sustraiga a este mal, la diferencia la hacen aquellos que permanentemente están trabajando para luchar contra el, controlarlo y en medida de las posibilidades erradicarlo.
En cambio, existen otros países que no les interesa, son indiferentes, tienen deficientes mecanismos de combate y no avanzan, otros en condiciones más graves son parte de ese flagelo de la corrupción, lo permiten lo incentivan y se benefician.
No hay sector, área o instancia que escape a la corrupción, por ello debemos unir esfuerzos y combatirlo permanentemente, inclusive en este tiempo de covid 19 se han exacerbado conductas corruptas en los sectores público y privado, en nuestro país lo sufrimos con más claridad, dado los deficientes mecanismos de investigación, control y sanción que se agravan con un desinterés gubernamental que contrasta con su supuesto combate a la corrupción, ya que analizando los datos duros revelan que es más mediática y de discurso que en los hechos.
Recientemente Antonio Gutiérrez, Secretario General de la ONU se refirió a ello “La corrupción es criminal e inmoral, y representa la máxima traición a la confianza pública. Es aún más perjudicial en tiempos de crisis, como está ocurriendo ahora en el mundo con la pandemia por el COVID-19. La respuesta al virus está creando nuevas oportunidades para explotar la supervisión débil y la transparencia inadecuada, desviando recursos que debían estar destinados a personas que se encuentran en su momento de mayor necesidad”.
Ante un enemigo tan rapaz y dañino como la corrupción, se deben implementar medidas muy serias, fuertes y contundentes para que den resultados en este proceso. Invito a todos ustedes a conocer más sobre este día, las propuestas y acciones en las que podemos participar, en este año 2020 tiene como tema central lo que hemos vivido en esta pandemia y lo que necesitamos para salir adelante. “Recuperación con Integridad”, hacer lo que tengamos que hacer, pero en el marco de la ética, la responsabilidad en el interés general y buscando el bien común.
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