Del 23 al 27 de noviembre pasado, el Instituto Nacional de Salud Pública analizó la situación de la pandemia en México, en unión de 13 instituciones: Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (POPS/OMS), Universidad Nacional Autónoma de México, Programa Universitario de Investigación en Salud, Academia Nacional de Medicina, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), El Colegio de México, Banco Mundial, Fundación Mexicana para la Salud y cinco institutos nacionales de salud: de Enfermedades Respiratorias, de Ciencias Médicas y Nutrición, de Cardiología, de Geriatría y de Psiquiatría.

El Seminario Reflexiones sobre la respuesta de México ante la pandemia por Covid-19 y sugerencias para enfrentar los próximos retos, se llevó a cabo de manera virtual con la participación de 38 especialistas de 29 instituciones, quienes elaboraron sus recomendaciones, que se presentaron a los medios el 27 de enero pasado.

 

Los pequeños grandes logros

Uno de los logros fue la conversión de las camas hospitalarias de cuidados intensivos, que pasó de las dos mil preexistentes a 10,779 (datos del 27 de enero). Otro logro es que fue el primer país de la región en poner en marcha, desde enero de 2020, la técnica molecular de diagnóstico (PCR), de acuerdo con los lineamientos de la OMS; además, se “capacitó a 168 laboratorios públicos y privados. Se evaluaron y aprobaron 60 pruebas moleculares, dos pruebas de detección de antígenos de SARS-CoV-2 y 39 pruebas serológicas”, como aseguró el doctor Jean-Marc Gabastou, asesor internacional en Emergencias en Salud, de OPS/OMS.

Un logro más, son las negociaciones del gobierno mexicano para tener acceso a las vacunas contra Covid-19, por medio del mecanismo global Covax y de las contrataciones directas con productores para garantizar que toda la población pueda vacunarse.

En una relación sucinta, Iliana Yashine, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo enumeró: iniciar el desconfinamiento y la reapertura económica con protocolos de cuidado sanitario para la población; lograr acuerdos interinstitucionales (dentro del sector público y con el privado) para la atención de enfermos de Covid-19; desarrollar una estrategia de educación a distancia para los niños y jóvenes desde el nivel preescolar hasta el medio superior; mantener la entrega de bienes y servicios de los programas sociales existentes, tanto de transferencias de ingreso, como de otro tipo; adelantar la entrega de la pensión de los adultos mayores al inicio de la pandemia; iniciar un programa de créditos para micro, pequeñas y medianas empresas.

 

Los desaciertos

En la lista de errores pueden sumarse los que se deseen, pero debe considerarse que nos encontramos en una crisis, con conocimientos precarios del virus SARS-CoV-2; además, tenemos factores estructurales que limitan la capacidad de respuesta a la epidemia, como deficiente sistema de salud, graves enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, obesidad), desigualdad económica y social, concentración demográfica también desigual, entre otras condiciones desfavorables.

Aun así, puede señalarse que al comienzo de la pandemia hubo informaciones contradictorias dentro del mismo gobierno (no usen cubrebocas, reúnanse, las estampitas nos protegen) y aún ahora las hay, como los cambios constantes en el Programa Nacional de Vacunación, sin mencionar las diferencias entre lo que se dice en las conferencias vespertinas y en las matutinas.

También se hizo una distinción poco clara de las áreas Covid y No Covid en los hospitales, que favorece una falsa sensación de seguridad y propicia la transmisión del virus; en descargo debe aceptarse que no hay suficientes hospitales. Baja disponibilidad de pruebas de diagnóstico, aunque al principio las de anticuerpos no eran muy confiables. Insuficientes estrategias de atención comunitaria, derivadas del deficiente sistema de salud, pero que podrían mejorar. Y, claro, muchos más, como sucede cuando se enfrenta un problema nuevo.

 

Las recomendaciones

La primera recomendación, que es fundamental, es aumentar el presupuesto para la salud pública; pero también es conveniente ver la crisis en el contexto socioeconómico y político, como Pablo Enrique Yanez Rizo, de la CEPAL, quien recomendó: ampliar la transferencia directa de ingreso a los hogares; maximizar el impacto de los programas sociales existentes; crear un registro de personas sin afiliación a la seguridad social; colocar como prioridad la protección y generación de empleo; maximizar el trabajo a distancia; escalonar y racionalizar horarios en los trabajos presenciales; mantener la política de recuperación significativa de los salarios mínimos.

En las Reflexiones también se planteó reforzar el uso de cubrebocas “desde la cúpula del Estado hacia todos los niveles”; continuar con la sana distancia, confinamiento y no realizar reuniones; además se recomendó realizar una campaña de comunicación certera y clara sobre beneficios, eficacia y seguridad de las vacunas, con una explicación de los criterios de vacunación por grupos de edad y apegarse a ese orden.

Esas son las más trascendentales, pero todas las recomendaciones se encuentran en el documento, que se puede consultar en: https://www.insp.mx/avisos/recomendaciones-pandemia

 

@RenAnaya2

f/René Anaya Periodista Científico