El amor es eterno o Sueño de amor eterno (Peter Ibbetson, Estados Unidos, 1935) de Henry Hathaway, con Gary Cooper, Ann Harding e Ida Lupino, en un pequeño papel.

Estrenada en México, el 24 de marzo de 1936, en el Cine Regis, Petter Ibbetson, clasificada, entre buena y obra maestra, criterios aparte, fascina por el tema tratado: un drama, llevado hasta el paroxismo romántico del amor loco imposible, y trágica historia que sobrepasa la realidad, para caer en el delirio del sueño y la fantasía, lo que le da su sentido poético. Si la secuencia inicial dibuja una relación cotidiana creíble entre una niña y un niño (Virginia Weidler y Dicki Moore) caprichosos que son separados por razones de la vida (la muerte de la madre del niño), las secuencias finales son una descripción natural y sobrenatural de un capricho sin fin entre dos adultos que al volverse a encontrar (aquellos niños caprichosos) se amarán hasta el último instante de sus vidas ya envejecidos y más allá de su muerte.

Más conocido por sus westerns, films noir y de aventuras, Marquis Henri Leonard de Fiennes Hathaway o simplemente Henry Hathaway (13 de marzo de 1898, Sacramento, California, Estados Unidos-11 de febrero de 1985, Hollywood, California, Estados Unidos) dirigió magistralmente a Gary Cooper y a Ann Harding. Apoyado por la hermosa fotografía de Charles Lang y el montaje de Stuart Heisler que también fue un apreciable realizador de westerns, creó una atmósfera real y surreal, en la que la vigilia contrasta diametralmente con el onirismo delirante, dándole forma y sentido muy autoral a la adaptación (el guión fue de Vincent Lawrence y Waldemar Young inspirados en la obra de teatro de John Nathaniel Rafael) de la novela inglesa, Peter Ibeetson, escrita en 1891 por George de Maurier. Cabe destacar que la música (Ernst Toch) y la escenografía (Hans Dreier y Robert Usher) son aspectos muy importantes de la obra en su conjunto.

Jean Mitry escribió sobre la película en estos términos: “Con este film, sacado de una prodigiosa novela inglesa, el correcto artesano que es Hathaway ha realizado una de las más puras y asombrosas obras maestras, entre los clásicos del cine. Dos seres, amigos desde la infancia, enamorados uno del otro desde siempre, pero a los que la vida ha separado, siguen viviendo un amor imaginario, hasta que los una la muerte. Hecha de nada, esta versión onírica del tema Tristán, vale, en principio, por el análisis de la micropsicología infantil (en la primera secuencia, la más conseguida) y por la creación de una atmósfera de lento sortilegio. Gary Cooper se mueve con facilidad en el universo al que otros films no le tenían acostumbrado.”

Reproduzco el comentario crítico, dirigido a mí, de mi amigo Julio Téllez García, al análisis crítico de Jean Mitry: “Nada de correcto artesano, termino creado por los de la Nueva Ola y los criticones sabios de todos conocidos. Esos llamados “correctos artesanos” son creadores de películas inolvidables, nada soporíferas como muchas de los llamados “autores de cine” o del “cine de arte”. Cualquier película norteamericana de los años treinta, dirigidas por “artesanos”, como el que tú pones como ejemplo, son verdaderas obras de arte. Te recomiendo el libro de memorias de Frank Capra, “El nombre delante del título”, en el que demuestra que muchos directores considerados “artesanos” son auténticos creadores. Así lo entendía Capra y por eso exigía el nombre del director por delante del título de la película. El tema da para muchos comentarios. Ya le seguiremos dando al tema.”

Aceptada la propuesta de seguirle dando al tema, he encontrado el siguiente comentario sobre Peter Ibbetson que es una sinopsis del guión: “Es una nueva versión de Forever (Estados Unidos, 1921), película silente de George Fitzmaurice (otro “artesano” o “autor” de cine en Hollywood)”. Habría que ver Forever, para comparar la calidad de una y otra películas. “En la Francia del siglo XIX, un niño y una niña ingleses son vecinos de lujosas mansiones parisinas; entre ellos hay una amistad que llega al nivel de amor. A la muerte de la madre del muchacho, éste es trasladado a Inglaterra, donde con el paso del tiempo, se convertirá en un prestigioso arquitecto. Llamado por una duquesa, para un trabajo en sus tierras, ambos sentirán una cierta atracción recíproca, y al poco tiempo comprobarán que incluso comparten sueños. Pronto, ambos reconocen en el otro a su amor de infancia. En un enfrentamiento, Peter Ibbetson mata al marido de su amada accidentalmente. Condenado a cadena perpetua, los amantes seguirán unidos en sueños”.

Dada la importancia de la película, indagué más y encontré los siguientes comentarios sobre ella. “Peter Ibbetson es una película de drama/fantasía estadounidense, en blanco y negro… Una historia de amor que trasciende todos los obstáculos, relata la historia de dos jóvenes que son separados en la infancia y luego unidos por el destino años después. A pesar de que están separados en la vida real porque Peter es injustamente condenado por asesinato (en realidad fue en defensa propia), descubren que pueden soñarse en la conciencia del otro mientras duermen. De esta manera, viven juntos sus vidas. Las transiciones entre la realidad y la fantasía son capturadas por la cinematografía de Charles Lang, como se comenta en el documental Visions of Light (1992)” de Arnold Glassman, Todd McCarthy y Stuart Samuels”.

Abundan los comentarios sobre “la extrañeza estética de la película” que denotan su importancia: “El director Hathaway se inspiró en las ilustraciones originales de la novela de du Maurier en su enfoque de varias escenas y su énfasis en la repetición de temas y símbolos”. “El Sr. Hathaway (escribió el crítico de cine Andre Sennwald, en The New York Times) une los abismos espirituales entre Lives of a Bengal Lancer (su película anterior) y el frágil mundo de sueños del clásico sentimental de du Maurier con éxito asombroso. Con su franqueza y su calidad masculinas cordiales, escapa hábilmente de todos los escollos exuberantes de la trama y le da una ternura que siempre es galante en lugar de simplemente suave. El photoplay, aunque apenas es un rayo dramático, posee una belleza luminosa y un encanto sensible que lo hace atractivo y conmovedor”.

La revista Variety publicó: “Desde un punto de vista técnico, la imagen es casi superior, ganando tanto peso por belleza y serenidad que casi supera la incredulidad de la historia”.

“Por su atmósfera lírica y fantástica, la película fue muy alabada por el movimiento surrealista. En su libro El amor loco (1937), André Breton, quien le dio una acogida positiva, la describe con estas palabras: Una película prodigiosa, triunfo del pensamiento surrealista”.  Hasta aquí lo poco que pude recopilar de los comentarios a favor de una película, fuera de serie, que se puede ver en YouTube en estos tiempos de pandemia, en los que no hay aforo a las salas de cine. Es verdad, a momentos escuchamos diálogos que son de la más pura poética surrealista. Una película cometa de un realizador que, se dice por ahí, es responsable de películas emblemáticas, para hacer reflexiones detalladas, como, entre otras, el western Nevada Smith (Estados Unidos, 1966), uno de mis favoritos.