Este pasado lunes 8 de febrero el presidente nuevamente apareció en su conferencia de prensa mañanera, sin cubre bocas y haciendo aspavientos de la recuperación de su salud, declarando que no va a obligar a nadie a utilizar cubre boca, pero tampoco sugiere o recomienda utilizarlo, aún a pesar de las elevadas cifras de contagios y defunciones diarios. Es por demás, ni con la fiebre y las molestias de la enfermedad, va a cambiar de opinión y actitud ante tan terrible pandemia.
El inquilino del Palacio, estando aún en confinamiento envió al Congreso una iniciativa preferente para reformar la Ley de la Industria Eléctrica, y por ser preferente esta iniciativa deberá ser discutida dentro de los siguientes 30 días a su presentación.
El sentido de dicha reforma es contraria a la Constitución, y además con los compromisos adquiridos en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, con el tratado con la Unión Europea y con el acuerdo Transpacífico, lo que pondría a México en una situación muy difícil ante sus socios comerciales.
La tozudez del Presidente preocupa, pues evidentemente, no entiende que no entiende la magnitud de los compromisos internacionales y los nacionales con las empresas que invirtieron en energías limpias, que de llevarse a cabo dicha reforma el Poder Judicial va a tener mucho trabajo resolviendo la cantidad de Amparos que seguramente se van a interponer, pues esta reforma modificaría las condicione en que las empresas privadas decidieron invertir para la generación de energías limpias.
En varias ocasiones ya, ha sometido al legislativo, utilizando su propia fuerza parlamentaria y usando las mismas viejas tretas, que antes denunciaban en tribuna, se han construido mayorías ficticias con el éxodo de diputados entre los partidos minoritarios, que de manera oportunista venden sus votos a los nuevos detentadores del poder, como ya se hizo antes.
Lo anterior de suyo grave, lo es más cuando se aprueban leyes represivas o se intentan aprobar leyes con graves problemas de constitucionalidad o francamente anticonstitucionales como la de extinción de dominio o los delitos contra quienes ejercen la abogacía. Esta ultima de plano innecesaria dado que ya está perfectamente normado lo que hoy pretenden regular.
Lamentablemente con esta reforma el resultado será el encarecimiento de la energía eléctrica y por supuesto una mayor contaminación puesto que se da prioridad a la CFE en el suministro de energía electica con la utilización de combustibles fósiles contaminantes.
No cabe duda de que en México desde hace dos años iniciamos un retroceso en el tiempo, las decisiones políticas son las que se hubieran tomado hace 40 o 50 años en lugar de apostar por las energías limpias como todos los países avanzados, nos refugiamos en nuestros energéticos, contaminantes y caros.
La prisa por enviar la iniciativa de reforma y de enviarla como preferente, evidencia que el Presidente no tiene la certeza de ganar en las elecciones del mes de junio para renovar la Cámara de Diputados, y que si no es aprobada por esta legislatura a modo mayoritariamente integrada con diputados afines al mandatario, la próxima legislatura seguramente realizaría un dictamen en contra de dicha iniciativa; esperemos que los pocos diputados y senadores de oposición hagan bien su tarea y revisen bien la iniciativa y las consecuencias que tendrá si se aprueba sin cambios y con premura.