Reza un refrán muy mexicano…” agradece cuando los problemas vienen solos” que bien podrían escuchar en Texas, Estado que vive graves problemas por la pandemia (el segundo en contagios y tercero en decesos, además de la crisis económica incuantificable aún) y, ahora se presenta la peor tormenta invernal en los últimos 30 años que dejó a más de 4 millones de personas sin luz y las afectaciones que conlleva.

Texas el segundo estado más poblado de los Estados Unidos con cerca de 30 millones de habitantes y después de Alaska el de mayor extensión, vive tiempos difíciles, donde la muerte y el miedo se pasean.

Vale la pena recordar el mensaje del gobernador Greg Abbott…” El estado de Texas es fuerte; nuestra gente no se da por vencida y como hemos visto en años anteriores, en tiempos de prueba por huracanes, inundaciones o incendios, hoy respondemos con calma y fortaleza. De la misma manera en la que superamos esas pruebas, también lo haremos esta vez.

Cuando los vecinos nos unimos, somos más fuertes.

No tengo la menor duda de que los Tejanos continuaran trabajando juntos con un mismo espíritu en los próximos días y semanas.

Aquí estamos para ayudar.

Y bueno a un año de la invasión de este mortal virus sin duda que los gobernantes han sido factor importante y no sólo me refiero a la actuación de Donald Trump, sino al gobernador Greg Abbott y su equipo cercano quienes de manera muy a la ligera iniciaron las acciones de prevención, sólo recordemos al vicegobernador, Dan Patrick y algunos de sus mensajes públicos…” no hay dilema, hay que salvar la economía y levantar las restricciones impuestas para frenar la epidemia de covid-19” y a esto se le preguntó ¿y qué pasa con los que morirán, especialmente las personas mayores? Y su respuesta un reflejo claro del tratamiento irresponsable… “los que tenemos 70 años o más, nos cuidaremos nosotros mismos, pero no sacrifiquemos al país” y bueno Patrick será recordado y no de la mejor manera… “el remedio no puede ser peor que la enfermedad”.

La lucha política estadounidense (las elecciones presidenciales de noviembre) sin duda que impactaron en el manejo de esta enfermedad donde fue claro que las acciones preventivas, incluso las que buscaban evitar la propagación quedaron en un segundo término, siempre con la idea clara de no restar votos a pesar del alto número infectados y hasta de fallecidos.

La realidad, esa necia y contundente realidad desnuda el mal manejo que se ha hecho de la autoridad e incluso de parte de la sociedad texana, hasta este fin de semana los contagios van rumbo a los 3 millones y los fallecimientos rondan los 50 mil. Así o más grave la situación.

Y aunado a estos terribles datos, tenemos que ver los efectos causados por un frente frío no visto desde hace 30 años, donde se registraron apagones generalizados porque la red de energía se vio colapsada por un aumento en la demanda que superó en mucho a la oferta lo que ocasionó que millones de personas en el estado que rara vez experimenta temperaturas tan bajas, lucharon para hacerle frente a la falta de energía y a las bajas temperaturas.

Y lo impensado, un vórtice polar en Texas, que para los que no somos expertos en temas climatológicos es como si el aire ultra frío del invierno y que gira como un trompo en la parte superior del planeta, se hubiera salido de su cauce y se dirigió al sur.

Esta ruptura particular del vórtice polar ha sido enorme. Los meteorólogos lo llaman, uno de los más grandes, desagradables y duraderos que han visto y lo han estado observando desde al menos la década de 1950.

Texas, enfrentó una serie de tormentas invernales “sin precedentes” que dejaron a la entidad congelada y paralizada, con temperaturas peligrosamente bajas ya que se presentó una caída histórica de nieve.

A consecuencia de estas bajas temperaturas, 12 personas perdieron la vida en el Estado, las intoxicaciones por monóxido de carbono, la hipotermia y los accidentes de tránsito las causas.

Las afectaciones económicas se verán en los próximos días y semanas ya que las actividades fueron suspendías por varios días, la gente simplemente no pudo salir de sus casas ante el peligro que representó la nieve y el hielo. Además, no hubo luz, ni calefacción en muchos hogares, tampoco agua, lo que provocó que se generaran compras de pánico, desabasto y desorden en la cadena de suministros en general.

Sin duda que los texanos “traen el santo de espalda”, no salen de un problema cuando están en otro y eso que no hemos hablado de la migración, la generación de energía eléctrica, la polarización social y el racismo que han cobrado mayor fuerza.

El hombre, sin duda mucho tiene que ver con estos difíciles momentos y no sólo en Texas, sino que en estos grandes males que se han presentado; la deforestación, el cambio climático y el rompimiento de las normas básicas de convivencia, sin duda que son factores para considerar. Hasta cuándo seguiremos teniendo espacios para rectificar nuestro proceder, en verdad que no lo sé, pero los días difíciles y las temporadas de preocupación, angustia y miedo cada momento son más largos.