Los resultados de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a la cuenta pública del 2019 señalan gastos irregulares y fallas en el Ejército, Santa Lucía, Tren Maya, mal uso de programas sociales como el apoyo a los “ninis”, vacunación a niños, entre otros. Al darse a conocer el mismo, Andrés rechazo de inmediato y concluyó con su famosa frase: “yo tengo otros datos.”

Posteriormente, David Colmenares, titular de la ASF (nombrado en marzo del 2018 por la bancada del PRI y Morena, es la primera señal de un pacto de transición) descalificó los resultados reconociendo errores metodológicos sobre los resultados del aeropuerto. Sin duda esta acción socaba la credibilidad de dicho organismo autónomo y lo convierte en mayordomo de la 4T.

Los cálculos del gobierno federal sobre la cancelación del NAIM se estimaron en 110 mil millones de pesos y la auditoría reveló que fue de 332 mil millones de pesos. Que se reconozca un “error metodológico” no significa que el monto fuese el que el gobierno federal anunció, al día de hoy no sabemos si fueron 300, 250, 200 o cualquier otra cantidad entre las mencionadas.

Lo único que sabemos es que una vez más México perdió, tanto en transparencia como en recursos por pésimas decisiones del gobierno.

El principal interesado sobre la auditoría es el propio gobierno para revisar que los recursos se estén gastando y usando para los objetivos planteados en su agenda; aunque claro esta, que a ningún gobierno le gusta que le señalen sus fallas o se hagan públicas.

La ASF nos debe una explicación a los mexicanos ya sea por cometer errores tan sencillos o por no actuar como contrapeso y con transparencia. En el caso de que sea cierto que se equivocaron con las cuentas del NAIM, no olvidemos los demás señalamientos irregulares en el gasto del 2019 donde nada mas no cuadran las cuentas.