Entrevista con Carlos López Jones, consultor en economía

La propuesta del senador Ricardo Monreal para una iniciativa que buscaba regular a las calificadoras de deuda, luego de que Pemex informara que ya no iba a continuar contratando los servicios de una de ellas por la baja en la calificación de su deuda, terminó en una vuelta atrás para iniciar un diálogo para alcanzar un consenso en dicho tema.

No es la primera ocasión en que sucede algo similar con una iniciativa que genera polémica y advertencias de que será más costoso para el país la implementación de la misma, como fue el caso de la planteada reforma al Banco de México para que pudiera recibir divisas sin importar la fuente de las mismas, en lugar de iniciar un diálogo con los sectores involucrados para considerar sus opiniones y necesidades.

Pero queda la duda acerca de que hubiera pasado si se lograba aprobar una ley para regular a las calificadoras de deuda –de manera similar a la que busca hacerlos con las redes sociales–, por lo que Siempre consultó a Carlos López Jones, consultor en temas económicos, para conocer si una iniciativa como la comentada sería benéfica para el país.

Carlos López Jones, consultor en economía

Las calificadoras

De entrada, nuestro explica lo que es una calificadora, un término que es muy escuchado y leído, pero que pocos conocen realmente su significado y las funciones de estas empresas.

“A nivel mundial hay más de 100 países, incluido México, hay más de 50 mil empresas, muchas de ellas mexicanas, que salen al mercado a buscar dinero. Lo hacen en dos formas, una es a través de emitir acciones y la otra es a través de papel de deuda, esto es, le dicen al mercado necesito tanto dinero para llevar a cabo tal proyecto y estoy dispuesto a pagar tal tasa de interés. Es ahí cuando la calificadora entra, porque habiendo tantas opciones necesitas una tercera opinión, alguien ajeno que te diga que tan bueno es el proyecto, que tan probable es que te paguen los intereses, que tan probable es que te paguen el dinero que estás prestando.

“Entonces los gobiernos y las empresas le pagan a las calificadoras para que juzguen como está su situación y den una opinión de que tan viable es que paguen. Dependiendo de que tan alto sea el riesgo, la calificación va a ser más alta o más baja, a menor riesgo –está muy seguro el dinero– la calificación es muy alta, AAA, AA, A, y así llegamos a BBB- que es un nivel en el que es muy probable que me paguen los intereses y si me paguen el total de mi capital, eso se llama grado de inversión.

“Debajo de BBB- empiezan las B, en donde la calificadora dice es probable que no te paguen, luego vienen las C en lo que es probable que no te van a pagar y luego vienen la D que es no te pagarán.

“Las calificadoras van poniendo las calificaciones de acuerdo a cómo ven las cosas, ¿por qué es importante que existan? Porque habiendo tantas opciones en la mesa de donde invertir, los inversionistas tienen una forma relativamente segura de invertir y así poder hacerlo en donde ellos decidan. Dos, porque los fondos de inversión a nivel mundial para atraer clientes les dicen ‘trae tu dinero a mi fondo y te prometo que sólo lo voy a invertir en papel de deuda BBB para arriba, que es buena deuda y sí te van a pagar’, no va a ser una súper tasa de interés, pero tu dinero está seguro y vas a obtener un cierto rendimiento.

“Eso hace que dinero que está en Estados Unidos de inversionistas en fondos de inversión, fondeen proyectos mexicanos, gracias a que existen las calificadoras, de otra manera sería muy difícil que una empresa mexicana pudiera obtener mil millones o dos mil o tres, porque en Estados Unidos, en Europa y Canadá que es donde hay más dinero, no van a venir al país a preguntarle a la empresa que haces, a que te dedicas, como lo haces, etcétera, se necesita un tercero, un referí, que nos diga que tan bien está la empresa, cual son los problemas para que me pague o cuales no.

“Qué pasa si nos quedamos sin calificación, pues pasa un desastre, porque para empezar los grandes fondos que tienen nuestro papel, porque tenemos cierto nivel de calificación, tendrían que vender esos papeles y al venderlos habrá quien los compre, pero la tasa va a ser muy castigada, de un 4, 5 o 6 por ciento que hoy paga, llegarían a pagar 20 o 30 por ciento, los costos financieros de México se elevarían enormemente, el tipo de cambio se iría a las nubes porque mucho de este papel está en dólares; México tiene actualmente una deuda externa de estos papeles, tan sólo del gobierno, CFE y Pemex, de 220 mil millones de dólares, eso es más que nuestras reservas internacionales que andan alrededor de 190 mil millones de dólares, y se ha podido colocar esta gran cantidad de dinero gracias a que las calificadoras le han dicho al resto del mundo que México tiene grado de inversión y puede pagar los intereses de sus deuda y puede pagar el capital.

“Porque es tan importante que las calificadoras sigan calificando a México”.

Sí están reguladas

Pese a que uno de los argumentos centrales de las iniciativa del senador Monreal era la falta de una regulación para estas entidades, la realidad es que sí lo están, como explica a continuación Carlos López Jones.

“Las calificadoras ya están reguladas en la ley mexicana, en la Ley del Mercado de Valores entre el artículo 334 al 341 habla precisamente de las calificadoras. Esta Ley del Mercado de Valores nos remite a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) la cual a través de circulares regula todos los aspectos relacionados a las calificadoras, por lo que sí tienen quien las califique, es falso que no hay; igualmente han sido sancionadas cuando se han equivocado, por ejemplo en Estados Unidos tuvieron el problema en 2009, cuando Enron envió información falsa.

“Que es lo que pretendía señalar el senador Monreal, que las calificadoras deberían considerar la parte humana, es decir, si en este momento una calificadora le da una muy mala calificación a un municipio en México, pues ese municipio tendrá que pagar una alta cantidad de intereses, lo que podría hacer poco viable el proyecto que se pretende, él dice que hay que tomar un aspecto humano, el problema está en que si las calificadoras toman el aspecto humano y no califican lo que es la capacidad de pago de esa deuda, pues ningún inversionista va a entrar a ese proyecto, se convertiría en algo inviable lo que el propone”.

El factor Pemex

Uno de los temas que hay detrás de la intención para ir en contra de las calificadoras, es que la calificación de la situación financiera de Pemex ha ido a la baja, pero el discurso oficial señala a las calificadoras como las culpables de esta situación.

“En el caso de Pemex, hay que señalar que hay tres calificadoras: Standard & Poors, Moodys y Fitch, la primera y la segunda han dicho que creen que el gobierno mexicano va a respaldar a Pemex y, en consecuencia, le vamos a dar a la empresa una calificación muy similar a la que le damos al gobierno. Fitch –que a la que le dijeron gracias por tus servicios, adiós–, dijo no, espera, tengo que calificar a la empresa petrolera por lo que es, una empresa y de acuerdo a los parámetros que le doy a todas las demás empresas petroleras del mundo, para Fitch Pemex está quebrada, en los últimos años ha perdido 1.15 mil millones de pesos y el gobierno mes con mes le tiene que estar dando dinero a la empresa, es una compañía quebrada; si bien es cierto que no ha dejado de pagar sus deudas, también es cierto que en cualquier momento podría dejar de hacerlo, para Fitch es un papel especulativo que no ofrece tantas garantías como una de grado de inversión, entonces Fitch ya había colocado a Pemex en BB-, casi a punto de no va a pagar su deuda, ten cuidad con esta empresa.

“Si pareciera que el objetivo del gobierno mexicano, a través de estarse peleando con las calificadoras tiene que ver con dos cosas: una, meter en la mente de las personas la idea, dar el mensaje de que las calificadoras son malas y no nos quieren, porque el presidente está en contra de los neoliberales y, dos, si nos llegara a bajar la calificación la culpa no es del gobierno, sino de las calificadoras que lo hacen mal. Pero eso es tanto como decir que tengo un hijo en prepa, tiene un examen de matemáticas y en lugar de sacar 10, reprueba, yo me enojo con la maestra y le digo ‘por qué reprobó a mi hijo’, porque hizo mal el examen, aquí están sus respuestas, sería la respuesta, voy con la directora y le digo ‘corra a la maestra’, en lugar de ponerme con mi hijo a estudiar y ver como mejorara las cosas.

“Estamos enojándonos con la calificadora, cuando ésta lo único que está haciendo, bajo los mismos parámetros con los que evalúa a países y empresas, nos está evaluando a nosotros como país y a Pemex como empresa. Eso es lo único que está haciendo la calificadora”.

 

Y el futuro

Luego de este intento para sacar una iniciativa como reacción a la manera en que la deuda de Pemex es calificada, la pregunta que queda es que pasará en el futuro inmediato en este tema.

“En el caso de México y de todos los países, las calificadoras evalúan nuestra capacidad de pago, que es lo que debe tener México entonces, una fuerte recaudación y un PIB que siga creciendo para que esa recaudación siga aumentando, entonces la deuda adicional que han contratado México que pasó de 10.7 billones de pesos a finales de 2018 a 12.3 billones de pesos a febrero de 2021, pues e pueda seguir pagando; que es lo que han dicho las calificadoras, pues que ya se quedó México sin margen de maniobra, es importante que aumentes tu recaudación, que aumentes los impuestos para que tengas margen de maniobra y puedas seguir pagando los intereses de tu deuda.

“Las calificadoras le están exigiendo a México, pidiendo, recomendando que lleva a cabo una reforma fiscal para 2022, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, ya dijo que ese está pensando en una para ese año, el presidente no ha querido tocar el tema, pero hay que recordar que en 2018 cuando tomó posesión dijo que en los primeros tres años de su gobierno no llevaría a cabo un aumento de impuestos, pero es muy probable que para 2022 –una vez que pasen las elecciones– el gran tema del presupuesto sea una reforma fiscal.

“Ahora bien, que pasa si no se logra una reforma fiscal o es insuficiente, pues las calificadoras van a decir ya no tienes fideicomisos, no tienes guardaditos, tu recaudación fiscal se está cayendo –pandemia o lo que sea, se está cayendo–, entonces es muy probable que dejes de pagar los intereses de tu deuda extranjera, entonces te tengo que bajar la calificación y el presidente está haciendo todo lo posible para decirle a la gente que no es su culpa, por supuesto que es su culpa, pero le va a decir a la gente que nosotros estamos haciendo bien las cosas, son las calificadoras mala onda, gachas, fifís, neoliberales, las que no nos quieren, lo cierto es que las calificadoras evalúan a todos los países por igual, sean neoliberales, fifís, socialdemócratas por igual y los más probable es que si no hay reforma fiscal nos van a bajar la calificación”.

@AReyesVigueras