Al Auditor Superior de la Federación le fue como en feria por haberse equivocado por unos cuantos miles de millones, en lo relativo al costo que para los mexicanos tuvo la suspensión de la construcción del nuevo aeropuerto. Se desvirtuó su trabajo que, en general, era aceptable, por un error de cálculo respecto de un rubro de la cuenta anual.

Hay algo que es cierto y que nadie puede negar: por la suspensión definitiva de la construcción del aeropuerto de Texcoco se perdieron no los millones que dijo el Auditor, tal vez menos, la mitad o lo que sea, pero lo cierto es que el haberlo suspendido tuvo un costo-pérdida muy importante y que eso, finalmente, lo terminaremos pagando todos los mexicanos.

La suspensión de la construcción del aeropuerto fue una de las promesas de campaña. AMLO, que la ofreció, no contempló vías alternas. Si existía la sospecha de que había habido corrupción en la adquisición de los terrenos, tanto de los que servirían directamente para construir el aeropuerto, como en la compra especulativa de los terrenos aledaños; si se habían abultado los costos de la obra, existían otras vías para enmendar los abusos y castigar a los responsables. Se optó por una solución radical costosa y absurda: suspenderla de manera definitiva.

De que por la cancelación de la construcción hubo una pérdida y que ella es enorme, no se puede negar. No lo justifica la suspensión el hecho de que haya sido una propuesta de campaña, ni el hecho de que la ciudadanía haya votado por AMLO. Finalmente, los votantes, si bien son buenos, no puede dejar de reconocerse que estuvieron mal informados de la pérdida que representaba abandonar lo iniciado y del costo a pagar para transformar el aeropuerto de Santa Lucía.

La Constitución Política prevé la existencia de la Auditoría Superior de la Federación (artículo 79). Su organización se regula por una ley que expide el Congreso de la Unión; goza de autonomía técnica y de gestión. Por razón de que la Cámara de Diputados tiene un papel determinante en lo que se conoce como paquete hacendario: presupuesto, ley de ingresos, empréstitos y cuenta anual (artículo 72, inciso H y 74, fracción IV), se le hace formar parte de la organización de esa Cámara,

El desprestigio en que cayó la Auditoria Superior de la Federación por la ofensiva emprendida por el gobierno federal es algo grave. Se debilitó una institución cuya actuación debía ser fortalecida y su autonomía respetada. Para el país, para los mexicanos y, en especial para el gobierno, su debilitamiento implica un grave retroceso.

La prensa ha informado que muchas áreas de la administración pública federal están al margen de la acción vigilante de la Auditoría, Se comentó que la secretaría de la Función Publica se niega a abrir parte de sus archivos para que sean revisados. La Secretaría de Defensa Nacional, que maneja el grueso del presupuesto federal, está al margen de la acción de supervisión. En contra de lo que dispone el artículo 79 constitucional, goza de una auténtica inmunidad.

Violar la Constitución Política, al parecer, es una moda permanente. Lo hicieron los gobiernos priistas, panistas y ahora los morenistas. Para hacerlo no importan los colores ni la ideología.

Si el mismo presidente de la república cuestiona y pone en duda la actuación de la Auditoría Superior de la Federación, qué respeto le van a guardar las restantes dependencia. Ahora falta que los gobiernos de los estados miembros de la federación hagan lo mismo, que se nieguen a ser auditados respecto del uso que hacen de los fondos y recursos federales que reciben.

La Cámara de Diputados, controlada por Morena, al revisar el informe de la Auditoría Superior, se limita a tomar nota. Su actuación no se refleja en fincar responsabilidades a quienes son responsables de manejos indebidos y provocan grandes pérdidas en el patrimonio público. Poco o nada funciona en este rubro.

De seguir como vamos, en poco tiempo la Auditoría se convertirá en una comparsa más del presidente de la república. La Cámara de Diputados, de quien depende la Auditoría, no entró en defensa de ella ni hizo un pronunciamiento oficial defendiendo su actuación.