Ya sé que vamos muy bien. Que el optimismo en el gabinete es que ya nadie para a la 4T. Que este año creceremos al 6, o al 10 o al 15 por ciento. Sí.
Máxime si usted es cliente frecuente de las mañaneras de Palacio, donde nuestro máximo líder muestra cifras optimistas de todo, tiene siempre otros datos, define a su manera los términos tradicionales que él llama neoliberales, donde es México uno de los mejores países librados del Coronavirus, y donde la estrategia de vacunación Coronavirus es ejemplo mundial.
Sus obras magnas van a toda máquina, aunque todas o estén inundadas seis meses al año, bloqueadas por comunidades indígenas, o bloqueadas por el Poder Judicial que amparó a los quejosos.
Vamos viento en popa sí, ellos se llevarán las gubernaturas centrales para el negocio de la droga, digo, para combatir la droga, como Guerrero, y ahí sigue fregando en BC el medio mexicano muy cuate del de Palacio. Las finanzas del pueblo sabio y bueno ya muy cerca de las de Pénjamo, pero rumbo a Dinamarca.
México, cerca de convertirse en nación tóxica.
El concepto “tóxico” se ha popularizado mucho para aquellos instrumentos financieros y mercados, que a raíz de la crisis subprime, la de 2007-2008 que comenzó con el otorgamiento de valor falso de inversión, a paquetes de hipotecas de muy baja calidad, a los que se les aplicó valor hipoteca prime, para incluirlos en fondos de inversión y vendérselos a Inversionistas ávidos de comprar bonos relacionados.
Eran activos de pésima calidad, de mucho riesgo de quiebre y con ínfima probabilidad de recuperar el valor principal. Pero dada la gran demanda por bonos hipotecarios, se inventaron paquetes hipotecarios, para venderlos como “oportunidades únicas” a los compradores.
De ahí se originó en 2007 el desastre mundial financiero más grande de la humanidad por lo menos desde 1929.
¿Pero qué tiene que ver esto con México para llamarlo país tóxico?
¡Todo! Hemos perdido de nueva cuenta la confianza de Inversionistas en México y en el exterior. Para comenzar, la espalda que el sector público le dio a su pueblo, a los trabajadores de PyMEs como restaurantes, fondas, tlapalerías y farmacias de la esquina. Muchos más, lo que provocó millones de desempleados, que volvieron a engrosar las filas de la pobreza extrema a entre 5 y 10 millones de mexicanos. Aún no tenemos datos definitivos.
Cuando un país se percata de que su economía, su pueblo, no las empresas sino su pueblo se empobrece, toma cartas en el asunto. Se sientan a hablar con empresarios, con la banca, con los organismos Multilaterales, negocian, piden préstamos internos y externos. En 2020 el gobierno federal no se quiso endeudar y hundió a sus habitantes, so pretexto de no apoyar a los empresarios asociados con las fechorías del pasado. ¿Qué tenía que ver una cosa con la otra?
No conforme con lo anterior, el ejecutivo redujo en forma de faquir a la burocracia, poniendo a más mexicanos en las calles. Los mexicanos que pertenecen a la economía informal también se quedaron sin empleo. Todos se pusieron a buscar trabajo presionando aún más el reducido mercado de trabajo.
El hombre de Palacio vio satisfecho cómo todo el país se hundía, menos los que votaron por él, y los que son parte del pueblo más que bueno, buey, que le creen a López todo lo que dice y hace. México era y es el país de América Latina mejor posicionado para aplicar medidas contracíclicas de choque, que reanimaran de forma artificial y temporal el ritmo de la economía, mientras los mercados recuperaban sus ritmos naturales internos y externos.
¿Por qué no se hizo?
Porque al señor López le vale madres todo. Él solo piensa en su posición totalitaria, dulce venganza, ahora él es el terrateniente nacional. El que no se le hinque y le bese los sagrados pies, no pasa la prueba del añejo.
Desde 2019 disponíamos de líneas inmediatas de apoyo del FMI y del Banco de la Reserva Federal de los EEUU. De cada uno montos inmediatos promedio por 60 mil millones de dólares, o promedio 1.2 millones de millones de pesos para mantener a la población, a las pequeñas y medianas empresas a flote.
Con eso hoy sabemos, por la resultante promedio de éxito de estas políticas en naciones de la OCDE y otros desarrollados, que ya México se encaminaría a recuperar este o el próximo año los empleos perdidos, y a salir de la crisis de salud de la mejor forma posible. Pero no. Todo se quiso monopolizar para controlar el rumbo electoral en las próximas elecciones intermedias.
¿Y entonces?
El gobierno decidió comprar el costo tóxico de su capricho.
Que se jodan todos. Tomen todos. Nos han obligado a enfrentar complejas situaciones patrimoniales, de salud, difíciles de resolver, que dejan en la población promedio del país una confusión, entre si se trató de una irresponsabilidad presidencial, o circunstancial por la pandemia.
Con el nivel de educación promedio del país, si difícilmente conjugamos verbos, imaginemos pedirle a todos que procesen el escenario en el que México lleva ya un año combatiendo al virus, y desde por lo menos agosto de 2018 haciendo frente a la nueva peste política.
Por cierto que de acuerdo al reporte más reciente de Educación en México dado a conocer por el INEGI, cerca de 5.2 millones de niños y jóvenes mexicanos abandonaron sus estudios a partir del año pasado, por desánimo de sus resultados, por carecer de recursos para pagar los costos de la educación a distancia o digital. En última instancia para ayudar a la familia en el trabajo, a generar algo de economía para poder vivir.
Con esa formación del capital humano desde su base de edad, imaginemos la oferta laboral que México tendrá para ofrecer valor agregado en los próximos 20 años y en función con los cambios laborales por la cuarta revolución tecnológica en marcha en todo el mundo.
Rezagos en el conocimiento económico, financiero, energético, en nuevas tecnologías en todo, el sector primario, secundario, aún terciario, en ciencias, en todo, pondrá en desventaja a las nuevas generaciones frente a la competencia global y regional.
Las entidades financieras, las empresas, los trabajadores se encuentran todos en difíciles situaciones económicas. Todos además combatidos, atacados, exprimidos con los impuestos.
“Nada sube de impuesto”. Eso es lo que nos piden imaginar. Pero entre actualizaciones por la inflación, que nuevos IEPS, y una persecución fiscal policial a todos, resulta extenuante el ritmo de vida en el país. Agregue el alza mensual al gas, a luz, gasolinas, el desfase evidente del rango 2 a 3 por ciento de inflación de banco de México, lo que mantendrá altas las tasas y el costo del financiamiento. Agregue a lo anterior la nueva Reforma Fiscal después de las elecciones intermedias de junio, que ya anunció la SHCP.
El Ángel Caído.
El origen de toda esta situación se debió a un mal Análisis de Riesgo País, que si bien se lo deben de haber entregado a Palacio, de inmediato se fue al cesto de la basura.
A lo anterior agregue usted el descenso del valor de los activos que garantizan al país: devaluada la garantía quirografaria del gobierno federal, ya no hay credibilidad ni interna ni externa en el gobierno; pero además destruida la confianza en Pemex por su mal manejo. Así es, Pemex es un ángel caído. De las petroleras del mundo, tiene la deuda más grande de todas, ya inmanejable. En términos teóricos Pemex es una empresa que resulta difícil saber cómo darle valor, cómo podría venderse ni en el presente ni en el futuro próximo.
El riesgo sociopático.
Cuando un líder ya no cree en nadie, resulta muy difícil que ese líder se mueva sin fomentar la oposición. Por eso amenaza a periodistas, empresarios, congresistas, a jueces, amenaza con violar la autonomía del poder judicial por la vía de una enmienda constitucional, que vendría a violentar la autonomía de los poderes de la unión. Por lo mismo violenta la propia Constitución.
Por eso amenaza a EEUU tan solo por un par de frases de la encargada de la frontera sur de los EEUU, Roberta Jacobson, quien gran conocedora de México, nunca siquiera hubiera soñado en insinuar alguna intromisión en la soberanía nacional. Así México se ha vuelto en dos años un país tóxico. Las empresas extranjeras ya no quieren invertir en México. Muchas empresas mexicanas invierten ahora hacia afuera del país. Los pequeños cierran, quiebran o se endeudan.
Fuera Fitch. Ahora Moody’s mantiene perspectiva negativa para el sistema bancario del país.
Los bancos, los clientes, los deudores, todos se verán afectados. México no recuperará los niveles previos a la pandemia, sino hasta 2026. A la letra dice Moody’s: “Los riesgos de activos aumentarán ante medidas de apoyo limitadas y la finalización de los periodos de gracia. Serán mitigados gracias a las elevadas reservas para pérdidas crediticias creadas en 2020 y al adecuado nivel de capitalización”. Total que resulta incierto el escenario mexicano.
Si acaso se recuperará en algo la economía, debido al efecto Recuperación EEUU.
Como EEUU sí aplicó estrategias anticíclicas, se evitó por lo menos un 50 por ciento de impacto mayor destructivo, gracias a que se apoyó la formación de capital en aquella nación, la gente sobrevivirá la crisis. Dice la flamante secretaria del Tesoro, —que algo de experiencia tiene en el mundo financiero—, Janet Yellen, que es de esperar que este mismo año se recupere el crecimiento pleno de la economía, con tasa natural de desempleo, pero la población seguirá con empleos, y los jóvenes educados.
Mientras tanto México dejó de estar en la lista de las 25 economías más atractivas para invertir de AT Kearney. EEUU lidera el rango, seguida por Canadá, Alemania, Reino Unido, Japón, Francia y Australia.
¿Reino Unido es seguro para invertir?
Sí, porque pese al Brexit y a Boris Johnson, Reino Unido es campeón del Estado de Derecho. Estado de Derecho es la moneda de curso más valiosa para cualquier país, de cualquier latitud del Orbe.
En México no hay Estado de Derecho. El de Palacio ataca abiertamente al Poder Judicial, borró al legislativo, amenaza a gobernadores, a periodistas e intelectuales, viola acuerdos previos, vacuna a quien él decide, ataca directamente al INE, al INAI, se robó el año pasado los fideicomisos constituidos autónomos y Constitucionales, ataca a Bimbo, a Walmart y a Oxxo con dichos populacheros falsos. Hace el señor y dice el señor lo que se le viene en gana. Entonces no hay Estado de Derecho en México.
Mientras tanto, no habrá remanentes de Banxico para darle de comer al insaciable hombre líder, Pemex es ángel caído, el gobierno federal asume la deuda del ángel caído, y entre todos pagaremos por ahí de entre 300 mil mdp y 600 mil mdp de Pemex este año, lo que ellos decidan, con tal de que no se moleste el señor de los palacios…….
Efrén Flores es licenciado en Economía. Durante más de 35 años se ha dedicado a la comunicación en medios electrónicos e impresos, con temas financieros, económicos, empresariales, estratégicos, RSE, PyMEs, y nuevas tecnologías que revolucionan a nuestro mundo. Es conferencista en México y en EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivas del autor. Efrén Flores nunca ha pertenecido a Partido Político alguno.

