Entrevista con Flavio González Ayala, Internacionalista del Colmex

 

La pandemia no las detuvo y el pasado 8 de marzo de nueva cuenta las mujeres salieron a las calles. Cerca de 20 mil mujeres, incluidas niñas y jóvenes se manifestaron para exigir un alto a la violencia de género que vivimos a diario en México.

Con cantos, gritos y consignas, miles de mujeres mexicanas pintaron de morado y rosa zonas de las calles del Monumento a la Revolución, pasando por Avenida Juárez y la calle 5 de mayo. Las mujeres clamaban “Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”. A su paso, los reclamos también quedaron plasmados en la áreas y vallas de la zona.

En años pasados los reclamos fueron dirigidos al Estado y a la sociedad masculina en general. Sin embargo en esta ocasión se dirigieron consignas directas: ¡”Un violador no será gobernador!, se escuchó gritar en diversas ocasiones, en clara alusión a la candidatura de Félix Salgado Macedonio para el gobierno de Guerrero.

La marcha reunió a diversas colectivas, desde las madres víctimas de feminicidio, estudiantes de diversas casas de estudios como la UNAM, el IPN o UAM, hasta mujeres transgénero.

Y en Palacio Nacional las vallas de más de dos metros de altura tampoco las detuvieron. Con martillos y cercas metálicas de calles aledañas, derribaron el muro que el gobierno federal colocó desde el fin de semana para proteger la fachada del inmueble. Ahí lanzaron bombas molotov, usaron gasolina y prendieron fuego. Mientras un grupo de policías que esperaba detrás del llamado “muro de paz” formó una valla humana y lanzó gas que algunas participantes identificaron como lacrimógeno; así lograron dispersarlas solo por unos momentos.

En redes sociales fue difundido un video que mostraba a francotiradores arriba de Palacio Nacional, lo que muestra que el presidente tiene miedo y que está custodiado hasta con los dientes.

Las mujeres claman justicia, han despertado y se hacen oír a pesar de un gobierno déspota al que no le importan los agravios hacia las mujeres, menos la igualdad de género en las actividades productivas. Un gobierno que ha desaparecido programas de apoyo a la féminas, que evade responsabilidades y no les muestra ni el mínimo respeto.

Así como en la Ciudad de México, en Puebla, Chiapas, Nuevo León, Guerrero, Oaxaca y Colima, entre otros estados más, miles de mujeres exigieron parar la violencia contra ellas.

Flavio González Ayala, Profesor Internacionalista del Colegio de México, entrevistado por este semanario, manifestó que el muro de acero alrededor de Palacio Nacional fue un grave error del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y representa un símbolo de su intolerancia. “Haber puesto esa valla, sobre todo viniendo del conflicto por la construcción del muro con Estados Unidos, resulta simbólico. Cómo es posible, lo que nos hacía Estados Unidos que nuestro propio gobierno lo haga, no se entiende desde de la posición de las  mujeres, hay muy poca empatía con la lucha de las mujeres que le han contestado y le han dicho”.

Agregó: “Recuerdo una cantante que le dijo: ‘Presidente ésta lucha no es contra usted, es una lucha del siglo, es un lucha latinoamericana, una lucha de las mujeres del mundo, por reivindicar sus derechos’. El gobierno mexicano no solo con ese muro, sino con el muro que  ha venido construyendo con la candidatura de Salgado Macedonio, candidatura que las mujeres también repudiaron, y que se esperaba que pudiera después de destruir este muro, construir un puente el día de mañana. Si quitan esa candidatura, que es ofensiva y agresiva contra las mujeres, sería edificar un puente, no se ve esa intención por parte del gobierno mexicano de querer construir ese puente, de querer hacerlo, y el presidente sigue sin entender el grito de las mujeres”.

Abundó que el presidente mexicano tiene en su gabinete muchas mujeres, casi la mitad de su gabinete está conformado por ellas, pero un conjunto de mujeres, no hacen una política de género. ”No ha entendido la necesidad de construir y de entender cuántas violaciones hay, cuántos asesinatos hay. Como hombre no soy parte, pero si apoyo, creo que los hombres podemos apoyar, entender. Y lo que se le grita al presidente, rompa el pacto, ese pacto que cada hombre tenemos que romper, ese pacto de machismo, de abuso, y de sometimiento por siglos. Hay muchas cosas que se deben de entender, pero lo más triste es que todavía a pesar de toda la lucha, el presidente sigue diciendo que son hordas de conservadoras”, apuntó.

Con preocupación en la voz, el también profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de SLP, y académico de estudios de Asia y África del Colegio de México, añadió que el pasado 8 de marzo escuchó a muchas mujeres decirle: “Presidente, lo que está sucediendo no es contra usted, entienda nuestra lucha, ayúdenos; y las tacha de conservadoras. Escuché que las mujeres quieren ser empáticas y no desean la violencia; la misma jefa de gobierno de la Ciudad de México el martes decía es que atacaron a los policías, no se debe de tolerar ningún tipo de violencia contra nadie, y la violencia prendió. Ni la agresión contra las mujeres policías, pero de la otra parte tampoco, es una cuestión de descalificación de unos para otros. El error del muro que hizo el presidente López Obrador, tendrá que pagarse tarde que temprano, porque si no se entiende la rabia, el coraje de miles de mujeres de este país, no se está entendiendo nada, y se va a tener que cobrar. El error de ese muro, el gobierno hace unos días lo calificaba como un éxito porque no lograron vandalizar varios edificios históricos, pero jamás tendrá un comparativo con la cuestión de la ofensa que se ha hecho contra las mujeres, contra la violación de las mujeres”.

Y por otro lado, dijo, se cometieron varios errores: “Uno, los francotiradores que estaban arriba de Palacio Nacional, que dijo el gobierno mexicano que no lo eran, y el gas pimienta que se lanzó contra personal de seguridad y mujeres, que también negó el gobierno”.

Señala que pese a lo señalado por el gobierno, especialistas en temas de armas explican que efectivamente había gases que estaban posiblemente en oficinas de seguridad, había casquillos y el gobierno lo negó.

A pregunta sobre que AMLO abrió los Pinos a la gente, días previos al Día de la Mujer, se amuralló Palacio Nacional, el especialista señala, “la casa donde vive el presidente, se convirtió en una fortaleza que significaron los oídos sordos de una monarquía al estilo los Romanov en Rusia, que se aisló y protegió con su Ejército y vallas, previo a la caída del imperio en la Revolución, sin escuchar las demandas de pobreza de los habitantes. Parecen cerrarse los oídos ante las demandas de las mujeres de los maltratos y feminicidios, de mejores políticas públicas y estrategias que bajen los índices de impunidad, urge la eficiencia gubernamental y de justicia, que garanticen que no habrá más generaciones de niñas abusadas y asesinadas, porque es algo que se puede hacer sin que haya consecuencias”.

El internacionalista abundó: “Es triste, hacer la analogía con la caída del imperio ruso, ahorita Andrés Manuel López Obrador, parece no tener costo a corto plazo, vienen las elecciones del 6 de junio, parecería que las mujeres pueden ponerse de acuerdo, y se presentan en contra del gobierno, se ve una lucha y un triunfo de las mujeres. El problema es que ahí sí el presidente de la República entiende lo que es la cuestión electoral, sin parecer que entienda algo más. Lo maneja tan bien que vemos los candidatos que se imponen, regreso al caso de Salgado Macedonio, si lo impone hay muchas probabilidades de que gane, y para él la respuesta seria vean, gané; su movimiento no me tocó.

“No entiende que esto no va nada más allá a las elecciones próximas, ni a las del 2024, es una demanda y una lucha de quien esté en el poder, que no tenga realmente una política de género adecuada, que se imparta justicia, en este país no se ha impartido justicia, ni hay una política adecuada. las necesidades del pueblo”.

 

Imperios que construyen su propia caída

En el transcurso de la entrevista, Flavio González Ayala una vez más hizo el comparativo con los Romanov que dijo “no escuchan, y de los imperios que no llegan a escuchar, pues es la construcción de su propia caída tarde que temprano”.

Sobre la inequidad entre los géneros dijo: “Cuando hablo de el tema con mis alumnos respecto de los feminicidios, se señala que la violencia se debe de controlar; las violaciones, entender que los seres humanos ninguno es objeto de nadie, el hombre debe de entender que la mujer no es objeto de nadie; cuando hay relación entre personas precisamente por eso somos seres humanos para poder comunicarnos, y en la cuestión laboral —perdón lo voy a decir—, por tener vagina o pene es mayor el ingreso, no se justifica esa cuestión, porque a final de cuentas son las capacidades de los seres humanos las que nos deberían poner en un trabajo, y no por el hecho de ser hombre o mujer que el ingreso disminuya”.

Reiteró que hace falta sensibilidad por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la política de género “no es una lucha contra su gobierno, es un conflicto que viene de generaciones, que está cambiando, es como cuando se luchaba contra la esclavitud. En Mauritania en 1982 apenas abolieron la esclavitud y en el 2007 y en el 2014, se hicieron leyes. Si la esclavitud ha tardado apenas en los últimos 200 años en desaparecer, la lucha de las mujeres está en ese camino, y si el presidente no entiende este momento histórico, le puede costar a su gobierno, y él que se dice más humanista, le está costando caro no entender y tener apertura. Es cerrarse como lo mostró con Palacio Nacional. Por eso el país está como está”.